Treinta y uno.

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Tenía tanto sueño que sentía que podía derretirse sobre la cama

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Tenía tanto sueño que sentía que podía derretirse sobre la cama.

¿Qué hora era? Ugh. Ni siquiera quería saberlo. Solamente esperaba no llegar tarde al almuerzo con Jiwoo, o sino la pequeña diablilla se encargaría de propinarle un buen gancho izquierdo en su bonita nariz.

Suspiró hondo enterrando su rostro en la almohada, cuando un aroma familiar ingresó por sus fosas nasales, despertándolo por completo.

SeokJin.

Se puso alerta, incorporándose tan abruptamente en la cama que un dolor punzante se extendió a lo largo de su parte inferior, desde sus caderas hasta sus muslos. Se mordió el labio para ahogar un quejido, inspeccionando a la vez el cuarto en el que se encontraba.

Oh, Dios, no había sido un sueño.

Vale, que no tenía que cundir el pánico ¿no? Estas cosas siempre ocurrían en las películas. Tipo idiota se acuesta con tipo extra idiota porque la noche anterior, con el ambiente y un poco de alcohol en el sistema, la idea parecía fascinante, para descubrir a la mañana siguiente que —en efecto— no, no lo era.

El único problema era que se había acostado con SeokJin y no se arrepentía de nada.

"También me gustas". ¿Eso también había sido real? ¿SeokJin también sentía cosas por él? ¿SeokJin estaba interesado románticamente en él? Sintió cómo la sangre empezaba a acumularse en sus mejillas, causando que le ardiera la cara como si le estuvieran quemando.

Era mutuo. No podía creerlo. Siempre había asumido que SeokJin era incapaz de verle de esa manera, que nunca podría hacerlo. Cuando eran adolescentes, ya le había rechazado, por lo que supuso que ahora lo haría también.

Pero no.

El hetero-imbécil gustaba de él.68

Se lo había dicho, y luego lo había besado, y luego habían hecho cositas.

JungKook estaba en las nubes.

Se cubrió la boca con las manos, para que su grito no se escuchara hasta Europa, y se volvió a recostar en la cama, siendo incapaz de ocultar la sonrisa que sus labios esbozaban con facilidad. Era mutuo, le repetía su mente con felicidad y cariño, con alegría irracional llenándole el corazón. Se sentía tan jodidamente feliz. Ahora SeokJin y él podían— Esperen, ¿dónde estaba SeokJin?

Frunció el ceño al percatarse de que el pelinegro no estaba a su lado, ni presente en su propia habitación. ¿Había huido? ¿Eso era posible? Estaba familiarizado con las escenas comunes donde, tras una larga noche de hacer cositas, uno de los dos se escabullía fuera del departamento, abandonando a la respectiva pareja sola y desamparada en un catre vacío, para después nunca regresar. Pero este es su departamento, no el mío... ¿Se va a mudar o qué?

Rent a boyfriend [JinKook] Where stories live. Discover now