- Cande: ¿Podes calmarte? –me pidió.
- Lali: Es que no puedo más boluda, no quiero llorar, me hago la fuerte todo el tiempo pero me quiero morir, te juro. No sabes el dolor que siento, la angustia. –le contaba angustiada- Encima la semana que viene empiezo a laburar y no sé como mierda voy a hacer, no tengo ganas de hacer nada, no tengo ganas de salir de mi departamento.
- Cande: ¿Estás así por Peter? –me pregunto casi sin querer nombrarlo.
- Lali: No lo nombres –negué con mi cabeza- Y no sé si por eso, no sé si por él, por Franco o por mí. Porque yo fui la única que causó y se confundió con todo esto.
- Cande: Pero ¿tan mal están las cosas con Franco? –nunca me preguntaba por él.
- Lali: Cande –la mire sincera- Franco se caga en mí, vos misma lo viste en el boliche.
- Cande: ¿Y eso a vos te importa? –me miro.
- Lali: Hace unas semanas me importaba, ahora ya no –levanté mis hombros en señal de desinterés ya entendí que él no quería nada serio conmigo. –la mire- Me arrepiento tanto de haber dejado todo por este tipo.
- Cande: ¿Y por qué no lo dejas? –era obvia su pregunta.
- Lali: Porque qué se yo, él me usa a mí... yo lo uso a él. Hay veces que no quiero estar tan sola, y él me acompaña.
- Cande: Pero él no es la persona que te hace bien Lali –me explicaba como si yo no lo supiera.
- Lali: Todo el tiempo me habla mal de Peter, me hace dudar de todo, de lo que pasé con él. Todo el tiempo tiene algo para decirme en mí contra, cosas que me hacen pensar –bajé la mirada.
- Cande: Lali más de lo que te dije de ese flaco no te puedo decir, en estos tiempos hasta estuvimos alejadas por él –tenía razón- porque no podía creer... dejalo Lali, dejalo. –me lo decía tan relajada.
- Lali: No me importa estar o no estar con él, no siento nada... –hice un pausa- quiero saber de Peter gorda –volví al llanto- quiero volver a estar con él, no veo la hora de verlo aunque sea.
- Cande: ¿Le seguiste mandado mensajes?
- Lali: Si, pero no me contesta, ni me contesto jamás –me seque las lagrimas.
- Cande: Bueno escuchame –me miró nuevamente- vos ahora pensa en algo para estar mejor, no podes estar todo el tiempo pensando en Peter, ya va a aparecer, en seis meses tiene que aparecer. –me lo decía como si fuese un dia.
- Lali: ¿Seis meses? –abrí los ojos.
- Cande: Bueno pero por ahí aparece antes, no sabemos, nadie sabe, aparecer va a aparecer. Mientras tanto vos no podes estar así, todos los días, todas las veces que vas a bailar estar como hoy, todas las veces soportar a Franco, todos los días de cama que tenés, no podes. –me enumeraba todo lo que estaba haciendo mal, y con tanta razón- No es así. La semana que viene empezas con la tira, es un nuevo trabajo, no conoces a nadie, no podes empezar de esta forma, ¿no te parece?
- Lali: Es que yo sé y te entiendo lo que me decís, pero no puedo hacer nada, no puedo mejorarme. No puedo mirar adelante sin saber nada boluda, Agustín no me quiso decir nada, lo mande a la mierda. No sé, no sé qué hacer. –me agarré la cabeza.
- Cande: Pero ¿qué es lo que querés saber? –me cuestionó.
- Lali: Saber... saber cosas de él, saber dónde está, saber cómo está, saber si está tan mal como yo... si ya se olvido de mí, si todavía le importo...–hablaba lento.
- Cande: Lali conoces a Peter, lo conoces mejor que nadie y creo que tenés que estar segura de lo que Peter es, y lo que debe estar sintiendo –me dijo casi retándome.
