Capitulo 12

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El viaje fue casi al igual para los dos. Lali estaba de nuevo en Buenos Aires y su viaje había sido extenso para pensar, llorar, amar un poco más y empezar a extrañar.
Peter tuvo menos tiempo de viaje, pero al llegar a la casa y encontrarse solo nuevamente, lo hizo pensar en todo lo sucedido, lo que Lali le había dicho, sentirse feliz por una lado por volver a tenerla, a sentir que por unos horas, por un día todo había vuelto como si nada.
El amor estaba ahí claramente, y eso lo hacía sentir bien, feliz. Pero a la vez, ahora separarse de ella nuevamente y no saber qué hacer, porque él estaba con Delfina, tenía planes en sus vacaciones e ideas planteadas, que sólo por una noche con Lali, habían volado por los aires. Ahora no había ni ideas, ni planes, ni Delfinas, ni nada. Sólo una persona en la cabeza de él, en la de ella lo mismo.
Esto es parte de lo que hablaron, que por más de no estén juntos físicamente siempre en todo momento; ellos y nadie más.

Lo primero que hice al llegar fue llamar a mi amiga, la única que me entendía y sabía todo, y claramente esto lo tenía que saber. Era de noche así que llegué, la llamé mientras la esperaba me di una ducha y acomode un poco más cosas. Cocine unas salchichas para comer panchos, y el timbre dio señal que había llegado.

- Cande: Epa, epa, epa –me miró de pie a cabeza.

- Lali: Buenas –mi sonrisa de oreja a oreja me deschababa.

- Cande: Mmm –me analizaba la mirada- me das miedo.

- Lali: ¿No me vas a saludar? –le dije sonriente.

- Cande: Te voy a saludar y me vas a contar todo –me dijo casi amenazándome.

- Lali: Primero lo primero.

Me hacia la misteriosa pero ella sabía que había pasado algo, no porque yo le haya dicho algo, si no porque me conoce y mucho. Yo le esquivaba el tema hasta que no aguantó más, quería que le cuente.

- Cande: Bueno basta, por Dios, ¿tanto vas a esquivar el tema? Me voy comiendo tres panchos querida, dale –yo reía y tomaba jugo.

- Lali: Bueno... creo que es bastante obvio, ¿no? –le adelanté.

- Cande: ¿Qué cosa? ¿Hablaron, se besaron, volvieron, conociste a otro? –hizo una pausa y yo me reia- ¡Por Dios! ¿Qué es obvio? Teóricamente tenías que volver ayer, y jamás llegaste ni llamaste ni nada. Y fuiste con él, o sea. –trataba de unir cabos y yo la escuchaba atenta- Nada es obvio, contame por favor.

- Lali: Bueno, mira... te cuento desde el principio, banca –le dije en paz mientras tomaba un sorbo de jugo.

- Cande: Dale –se calmó.

- Lali: El viaje con él fue bastante malo, los palazos iban y venían...

- Cande: ¿Y después?

- Lali: Nada, después llegamos y fuimos a almorzar.

- Cande: ¿Juntos? –preguntó sorprendida.

- Lali: Obvio, y nada, fui a llamar a los chicos de la producción y me dijeron que en una hora me citaban en la playa. Entonces él me dijo que almuerce tranquila y después me llevaba hasta donde tenía que ir. –sonreí.

- Cande: Más tierno –sonrió ella también.

- Lali: Sí, entonces yo me fui a arreglar al baño, y boluda, vos tenias que ver cómo me miró cuando salí –ese dato se lo quería aclarar.

- Cande: ¿Qué te pusiste perra? –me conocía.

- Lali: –me rei- Un shorcito de jean chiquitito, y arriba, una camisa así media desbrochada.

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