Parte 2

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No es que Louis se haya vuelto obsesionado con el chico, porque, o sea, el no. Es solo que su curiosidad está innegablemente picada por el encanto de escena que presencio hace unos días previos. Así que si el solo pasa por Lush en su camino hasta su trabajo, está bien. Es solo de casualidad. El simplemente quiere ver si el chico Lush es aun más lindo en persona.

Es muy difícil alcanzar un vistazo. Frustrantemente difícil. Las pocas veces que el pasa caminando y el chico Lush está trabajando, su espalda esta volteada hacia él mientras trata con un cliente. Tiene una muy buena espalda, en realidad, hombros recios, algo encorvados tal vez, pero Louis está cansado ya de ver su espalda con la esperanza de que este se voltee.

El está caminando en frente de la tienda ese viernes, su cuerpo algo volteado mientras busca en el perímetro al chico Lush, cuando se golpea en algo solido.

Da un brinco hacia atrás y maldice, acariciando su adolorido hombro. “Mierda, lo siento” el dice. “No me fije por donde iba camin...,” deja de hablar una vez que mira un poco hacia arriba. El chico Lush está parado ahí sonriendo, una bandeja de pequeñas tazas de plástico con, por lo que se ve, una especie de crema frente a él.

“Holaaaa” dice. Su voz es profunda y suave, nada en lo absoluto a lo que Louis esperaba que sonara. Es alto, con piel pálida y tenue, brillantes y largos ojos verdes, arriba de unos llamativos labios rojos sacados directamente de la portada de un álbum de los Rolling Stones. Esta sonriéndole de una forma amigable, sus ojos brillan con interés mientras bate sus pestañas adorablemente. “Soy Harry. Te gustaría una prueba?”

“Em, S-si. De qué?” Louis tartamudea.

Harry sonríe abiertamente y pone su bandeja en una mesa a su lado, recogiendo una taza plástica de ahí y colocándola en la palma de su mano. Retira la tapa y  lo mueve bajo la nariz de Louis. “Huélelo. Es para tu cara.”

Louis lo olfatea y arquea sus cejas en sorpresa. “Huele a galletas.”

“Si!” anima Harry. “Es nuestro ‘Deja que los buenos tiempos sigan’ exfoliante facial. Limpia tu cara y hace que lo quieras comer también” Tapa el recipiente  y escoge otro, sosteniéndolos frente a él para que Louis los tome. “Nuestro tubo pequeño esta por £6.40 pero tu eres lindo así que te daré estos gratis,” dice guiñando un ojo.

Louis toma nervioso las muestras mordiéndose el labio “Oh, muchas gracias Harry. G-gracias”. Harry se le queda viendo con una amable sonrisa, y Louis no sabe qué hacer. Así que entra en pánico. Sin ninguna otra palabra que decir se voltea y camina rápido hacia American Apparel, no volteando a ver hacia atras hasta que está a salvo escondiéndose detrás de un perchero con artículos en descuento. Harry frunce el seño hacia la tienda y tuerce su boca ante la confusión. Se encoje de hombros unos segundos después y se voltea para atender a un cliente.

Cuando siente que puede respirar de nuevo, Louis sale de su escondite y se prepara para su turno de trabajo. Tal vez acaba de ser un completo imbécil enfrente del chico más en forma que ha visto en toda su vida, pero también acaba de conocer al chico más en forma que ha visto en su vida. El chico Lush es aun más sexy de lo que esperaba. Louis va a pasar todo el verano frente a un chico realmente sexy y él se queda totalmente aturdido como para sostener una conversación. Esta arruinado.

***

Louis no está evitando a Harry es si, pero despues de huir de este literalmente, decide que salirse de su camino hacia su trabajo solo para pasar por Lush es tonto. Le lleva treinta segundos menos tomar su ruta directamente hacia American Apparel, y esa es una valiosa mitad de minuto en su opinión.

Tal vez esta algo mas abatido de lo usual, pero Louis no piensa en que su preocupación en ver hacia la otra tienda en sus ratos libres tiene alguna relación con su mal estado de ánimo. Es probablemente tan solo un efecto colateral de ser empleado de una tienda.

Cotton Candy Kiss | l. s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora