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"Hoy día vámonos a algún lado" Dijo Iwaizumi.

Oikawa giró la cabeza en dirección donde venía la voz.

" ¿Podemos ir al parque? " Preguntó, intentando levantarse.

Iwaizumi rápidamente fue a su lado, ayudándolo a caminar.

"Claro que podemos. Vamos a cambiarnos. "

Ambos fueron arriba a sus habitaciones. Iwaizumi se cambió a ropa casual mientras Oikawa lo esperaba en silencio.

"¿Iwaizumi, hoy puedo ponerme tu ropa? " preguntó.

Iwaizumi dijo un "si" rápido y fue al closet. Escogió unos jeans negros y una camiseta azul. Caminó hacia Oikawa, alzando sus brazos y quitándose la camisa y antes de ayudarlo a ponerse la azul. Luego lo ayudó a ponerse los jeans. Tras eso ya estaban listos para irse.

Iwaizumi estaba acostumbrado a ayudarlo a cambiarse. Oikawa quería vestirse diferente todos los días e Iwaizumi no le importaba en lo absoluto. Lo que más quería era que Oikawa sea feliz.

Fueron abajo y se dirigieron a la puerta. Iwaizumi paró y se puso sus zapatos. El hubiera ayudado a que Oikawa se ponga los suyos, pero el menor insistió en usar Converse hoy. Y así, Iwaizumi terminó ayudándolo a ponerse los zapatos, tal como si fuera una madre ayudando a su niño pequeño.

Abrió la puerta, una cálida ventisca de agosto los recibió. El cielo estaba despejado y habían mariposas volando. Iwaizumi quería que Oikawa pudiera ver eso.

Le puso lentes de sol a Oikawa para evitar que otra gente lo mirara. La semana pasada ellos salieron a pasear un rato y la gente solo los observaba. Se pasaban mirando a Oikawa y eso le frustraba a Iwaizumi.

Agarró la mano de Oikawa.

"Vamos a caminar lento, solo no te sueltes ¿ok? ".

Oikawa sintió sus mejillas arder, luego asintió y comenzaron a caminar.

Oikawa no sabía cómo se veía el mundo. Solo sabía que estaba caminando en algo duro, podía sentir el calor, pero no tenía idea de cómo lucía.

El, un poco, quería ver cómo era el mundo.

Caminaron alrededor de una hora y Oikawa sintió algo suave. De pronto el suelo se había vuelto suave.

"Estamos en el parque" dijo Iwaizumi.

Oikawa se arrodilló, sus manos tocaban el césped. Inhaló profundamente.

El aire era dulce.

Pudo escuchar a gente hablando, niños riendo, y podía oír algo zumbando.

Iwaizumi se sentó junto a Oikawa.

Él escogió un lugar callado. No habían muchas personas alrededor, había árboles y flores alrededor.

"Dame tu damo" Dijo Iwaizumi. Oikawa tendió su mano y sintió algo en su palma. Aunque no podía verlo, podía sentir que era algo frágil.

Lo llevó hacia su nariz, oliendo el objeto.

Dulce. Oh, era dulce.

Él conocía este olor.

"Es una rosa" Él sonrió.

Pasaron el resto del tiempo explorando el parque. Oikawa se sentía extremadamente feliz, no solo había tocado muchas cosas nuevas, también pasó todo el día fuera junto a Iwaizumi. El mayor agarraba su mano, él lo atrapada si en algún rato estaba apunto de caerse, le limpiaba la tierra de la ropa si se ensuciaba.

Oikawa había olvidado el hecho que sus padres todavía no lo contactaban. El estaba feliz, demasiado feliz.

Él seguía pensando cómo hubiera sido todo si Iwaizumi no hubiera llegado a su vida. ¿Alguien más habría tomado su lugar? ¿Alguien más lo habría hecho así de feliz? ¿Otra persona sería capaz de hacer que su corazón latiera así?

No.

Iwaizumi era el único.

Oikawa trataba de parar sus sentimientos hacia el mayor, pero fallaba.
Cuando Iwaizumi lo tocaba, sentía que dentro suyo estaba repleto de colores. Él no sabía cómo se ven los colores, pero cuando Iwaizumi tocaba su rostro, podía sentir su interior siendo pintado de color rojo. Cuando Iwaizumi tomaba su mano, sentía que el azul se apoderaba de él.

Y cuando se besaron- la paleta de colores explotaba, llenando a Oikawa con los colores del arcoíris.

Él nunca se había sentido de esa forma.

Oikawa ya llevaba un rato sentado en el césped. Iwaizumi le pidió que no se moviera. Podía oír el sonido del lápiz moverse en el papel.

"¿Iwaizumi, por qué me dibujas? " preguntó.

Al principio oyó un suspiro.

Luego una risa.

"Porque eres una obra de arte humana. Tu belleza no tiene precio. Si pudiera te dibujaría en la luna, para que todo el mundo pudiera ver lo hermoso que eres."

Escuchó algo moverse y de pronto sintió la mano de Iwaizumi en su pecho.

"Tal vez ahora no lo entiendas, tal vez no entiendas lo hermoso que eres, pero aquí estaré yo para decírtelo todos los días. Cada día te diré lo hermosos que son tus ojos, tu cabello, TODO TU ser. Eres el ser humano más perfecto". Iwaizumi se inclinó, dándole un pequeño beso en la mejilla a Oikawa.

Oikawa pudo sentir lagrimas saliendo de sus ojos.

"No soy perfecto. Tu lo eres. Tu eres perfecto, Iwaizumi. Yo no merezco a mi lado a una persona con tan buen corazón cómo tu. Solo soy un ser humano perfecto, y tú eres un ángel que vino del cielo."

Sintió cómo Iwaizumi limpiaba sus lágrimas y lo abrazó.
Las fuertes manos de Iwaizumi estaban envueltas en la cintura de Oikawa, acercándolo lo más posible.

"Entonces estoy atrapado en tu perfección y no quiero liberarme."  Susurró Iwaizumi.

.

.

.

"Hoy fue divertido! " Exclamó Oikawa mientras se arropaba.

Cerró sus ojos, recordando el gran día que tuvo. Sintió su cama hundirse un poco y Oikawa se movió al lado de Iwaizumi. Se acomodó en el cálido pecho de Iwaizumi, cayendo dormido en sus brazos.

El sonido del corazón de Iwaizumi lo calmaron y se fue al mundo de los sueños.

El sonido del corazón de Iwaizumi lo calmaron y se fue al mundo de los sueños

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Blank [Iwaoi] -traducida-Where stories live. Discover now