Capítulo 7 (El signo premonitorio)

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—Muchas veces pienso que deberías seguir con tu vida, él no volverá.

—Cállate y pásame el cereal, Chastity.

Chastity es la hermana menor de Charlotte, se llevan por un año y son muy unidas pese a ser diferentes en muchos aspectos de su vida; ambas se cuidan entre sí desde que tienen uso de razón y, por esto mismo, Chastity ha estado preocupada por ella desde el incidente en su antigua secundaria; ha acompañado a Charlotte desde entonces a sus terapias con la señorita Brown, psicóloga de la chica antes mencionada. Su hermana espera con paciencia a que ella logre recuperarse de su pérdida y pueda volver a llevar su vida con normalidad; comprende que puede llegar a ser un proceso muy tardado, sin embargo, también intenta hacer que Lottie abra los ojos y se dé cuenta de que, aunque está avanzando, lo hace por las razones equivocadas.

—No tienes por qué hablarme así. —dice al momento de ponerle la caja de Cheerios en frente.

—Entonces deja tú de decirme que Helen no volverá, ¡porque yo sé perfectamente que me lo encontraré de nuevo! —vertió la leche en su tazón— Así sea lo último que haga, así me cueste la vida, yo volveré a verle —remata dejando caer los Cheerios violentamente, salpicando leche al momento.

—Uh, bueno, algún día volverás a verlo, supongo... ¿Segura que quieres continuar yendo con la Brown?

—Sí, ¿por?

—Lottie, créeme que no quiero ser insensible, pero tu duelo ha durado mucho...

—¡¿Duelo?! —interrumpió la otra— ¡¿Acaso me estás insinuando que Helen está muerto?!

—N-no —murmuró la hermana—, más bien es referente a tu pérdida, al hecho de que él haya desaparecido tan repentinamente, sé que es difícil aceptarlo pero, si él se fue, dudo mucho que vuelva poner un pie en esta ciudad.

Charlotte bajó su guardia al ver la incomodidad en el rostro de su hermana, ¿se habría pasado de la raya? Ciertamente, fue así. Se llevó la cuchara llena del cereal a la boca y se lo tragó como si fueran malas palabras e insultos hacia Chastity; palabras que no se merecía, pues sabía por su mirada triste que sólo se preocupaba por su bienestar y salud emocional.

—Lo siento -posó la mano en su mejilla—, en verdad lo siento, Chas, es sólo que... Me sigue doliendo el hecho de no saber nada sobre Helen. No saber si está bien o si esté sufriendo aún la muerte de Tom, o s-si él mi-mismo esté muerto... —su voz comenzaba a quebrarse y sus ojos se cristalizaban a cada palabra.

Chastity tomó su otra mano, que estaba sobre la mesa.

—Lottie, sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa. A mí sólo me interesas tú y si tu bienestar depende del de otra persona, hasta que no hayas aprendido a tratar eso espero, en verdad espero que Helen esté bien.

Charlotte esbozó una pequeña sonrisa mientras con la manga del pijama se limpiaba un par de lágrimas que habían escurrido por sus mejillas.

—¿Y mamá? —preguntó de la nada.

—Sigue en el hospital, no regresará hasta pasado el medio día, ha tenido mucho trabajo últimamente.

***

Nina negaba con la cabeza al tiempo en que miraba a sus dos amigos sentados frente a ella, la expresión en su rostro era de total desaprobación a lo que Painter había comentado hacía unos minutos atrás. Jack tenía una pequeña sonrisilla burlona en los labios y ella sabía que en el fondo, disfrutaba verla así: disfrutaba verla preocupada por el imbécil de Helen, como si fuera algo suyo.

—Eres un idiota y Jack un zoquete por apoyarte —dijo mirándole a los ojos—, ¿sí topas que al lugar al que quieres ir queda a cinco horas en bus desde el pueblo más cercano? Ni se diga de Slenderman, con trabajos te dejó quedarte, si se entera de de la estupidez que planeas hacer terminarás como los curiositos que se quedan por estos rumbos.

—¿Cinco horas? ¿Pueblo cercano? ¿No es más fácil salir del pueblo que literalmente está colindando con el bosque? —preguntó Helen.

Nina soltó una risa seca y fingida.

—Ja, ja, ja, no, ni lo pienses —cruzó una pierna—, no creas que por parecer "más humano" pasas desapercibido, habrá gente que conoce tu crimen, quizás haya gente que te reconozca...

—Nadie supo —interrumpió Helen—, a pesar de haber sido yo decidí no huir sino hasta una semana después de la tragedia, alegando por escrito que no podía más con lo que pasaba.

Nina alzó una ceja denotando su incredulidad.

—¿Y entonces qué planeas hacer, ah?

—Tenía pensado salir de Peebles a Edimburgo en bus y de ahí a Glasgow en tren.

Ella hizo una mueca que deformó la sonrisa tallada en sus mejillas, ¿Helen acaso estaba loco? Usar el transporte público ponía en riesgo todo, sobretodo a ellos mismos pues si comenzaban a llegar más turistas indeseados de lo normal aquel monstruo no sólo arremetería contra aquellas personas sino con quienes coexistían en parcial armonía con él.

—Además tu maistro apenas se trajo de Edimburgo una "muñeca" recientemente, ¿no? —dijo Jack con la vocecita burlona que tanto odiaba ella.

—Y tú me contaste que fuiste de ayuda —aseguró Helen.

Nina quedó muda ante aquellas acusaciones tan, pero tan horriblemente verdaderas.

—Es cierto, es cierto —Jack se frotaba la barbilla de una manera tan horriblemente arrogante mientras dirigía esas cuencas vacías a ella— y aquí mi buen amigo Helen Otis iría sólo de paso a resolver asuntos pendientes, nada de traer mascotas nuevas al bosque como comprenderás —rió.

—Es como un viaje de negocios si lo ves de otra perspectiva —Painter se encogió de hombros.

—Haz lo que quieras entonces, idiota -masculló Nina—, pero, si algo no sale como lo esperabas, en serio ni se te ocurra llamarme, de ahora en adelante ráscate con tus uñas, animal.

—No me digas que estás celosa —esa maldita voz altanera...

—No, ciego de mierda, no estoy celosa, sólo no quiero problemas con los demás, ya bastantes cosas tengo encima como para cargarme otra cosa.

—Ah, vamos, Hopkins, te contaré con lujo de detalle absolutamente todo lo que ocurra, ¿estamos? Sé que adoras el chisme —dijo Helen tomando una postura mucho más relajada en su asiento.

—Ya te dije, no cuentes conmigo si algo se te va de las manos.

—Sólo iré a hablar con Charlotte, no tengas cuidado... Lo único que espero es que siga viviendo donde yo recuerdo.

—Ajá, ya lárgate a buscar a tu novia la loca —se paró ella de manera violenta de su asiento para luego salir disparada y fúrica de aquel sitio.

Algo no le olía bien a Nina, y odiaba cuando nadie ponía atención a sus sexto sentido; sabía que esa inocente visita le acarrearía más problemas a Painter de los que pudiera manejar, pero, total, eso ya no quedaba bajo su jurisdicción y Helen podía irse bien a la mierda con sus jueguitos estúpidos.

Las cosas estaban por cambiar, y Nina odiaba el cambio.

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2020 ⏰

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