Año 477 A.C. el mundo está sacudido por la guerra entre el Rey Ciro II y su ejército persa, contra los griegos que intentan detener sus conquistas, mientras que en Grecia se levanta el Partenón griego, dedicado a la diosa Athena...
Mientras tanto, l...
Los tres caballeros de la corona le cortaron el paso a Héracles, que intentaba descender por el sendero de la niebla.
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- Sabes que no podemos permitirte que desciendas nuevamente al reino de los humanos. - Dijo Aquiles y Héracles apoyó su mano en el hombro del guerrero divino.
- Hazte a un lado, por favor. - Le pidió en tono gentil y Aquiles sonrió, luego le propinó un rodillazo en su estómago y Héctor le sujetó por detrás, impidiendo al semi dios, que pueda moverse.
- Comandante, no se resista. - Pidió Jasón y Hércules se deshizo del agarre de Héctor, tomándole por el brazo y arrojándolo contra la falda de la montaña. Aquiles y Jasón contra atacaron inmediatamente mientras que Hércules bloqueaba sus golpes como si no le hiciera la diferencia estar enfrentando a dos caballeros de la corona al mismo tiempo.
Héctor se sacudió la tierra de su túnica sagrada, dio un golpe de puño al suelo y se sumó al ataque de sus compañeros.
Templo de Aries.
El espectro de Mefistófeles miraba a todos los soldados de Hades caídos a su alrededor.
- Esa velocidad tuya es asombrosa. - Dijo el séptimo príncipe del infierno mientras aplaudía a Ramesth. - sin embargo no me das miedo. - Y mientras avanzaba se topó con la barrera de cristal frente a él. - Vaya, pero con todo ese poder ¿Y te escondes detrás de una barrera?-
Ramesth de Aries dio un enorme salto y extendiendo su dedo índice arriba, concentró todo su cosmos.
- No es un muro, es una caja. - Le dijo y Mefistófeles notó que estaba atrapado sin salida, excepto por arriba, justo, dónde estaba el caballero de Aries extendiendo su dedo hacia él.
- Hijo de puta astuto. - Dijo Mefistófeles con una sonrisa.
- Revolución estelar. - Dijo mientras dejaba caer sobre el espectro una lluvia de estrellas que aplastó rompiendo su armadura negra y dejándole muy mal herido.
Le demandó mucho esfuerzo ponerse de pie y aún más, mantenerse así.
- ¿Por qué lo haces? - Preguntó Ramesth. - ¿Por qué insistes en seguir adelante cuando no puedes mantenerte en pie?- Se acercó al espectro que le miraba espectante.
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