Capitulo Nueve

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San

Los días siguen pasando, contando tres más en los que estoy viviendo en esta casa, trabajando también por supuesto.

Hoy es miércoles y la señora Jung me ha pedido que vaya al salón donde tan solo he entrado durante este tiempo para limpiar unicamente. Que quiera verme a solas, porque se que la señora Kang no tiene que ir, me pone algo nervioso, más porque ya estoy aquí, con la mujer cruzada de brazos frente a mi, poniéndose en pie.

— Cierra la puerta San.

Hago lo que me dice en forma de orden, acercándome hasta la puerta para cerrarla, volviendo a situarme ahí donde estaba antes de hacer lo que me ha dicho.

— Bien San —que empiece así solo me pone más nervioso —quiero compartir algo contigo por lo que sucedió hace tres días.

— Pero señora Jung yo..

— No me interrumpas —habla ciertamente autoritariamente —no quiero tener que volver a decirte que no te tomes la confianza de estar cerca de mi hijo. No me gusta que te acerques a Wooyoung. Mi hijo es muy sensible y que tu estés dándole esas esperanzas solo le hará sufrir más.

No es nunca mi intención hacerle sufrir y eso Wooyoung lo sabe porque ayer mismo me lo preguntó. Y yo siempre soy sincero con cada palabra que digo.

— Pero mi hijo insiste en que quiere ser tu amigo —sus palabras ahora despiertan mi curiosidad —no me gusta esa idea y lo sabes perfectamente. Insiste tanto que he estado pensándolo con calma y llegaremos tu y yo a un acuerdo.

Asiento aceptando eso de llegar a un acuerdo, aunque no se muy bien que me puedo esperar de la señora Jung, de que es lo que ha podido pensar por las súplicas de su hijo por tener al menos un amigo.

— Dejaré que pases tiempo con mi hijo pero con las condiciones que yo te ponga —vuelvo a asentir —si incumples alguna se acabó y como reaccione mi hijo solo será asunto mio. Lo primero que quiero que tengas claro es que solo podrás estar con Wooyoung siempre y cuando acabes todas tus tareas, las que yo te ordene. Y el lugar donde podréis estar juntos será su habitación con la puerta abierta o el salón. Lo acomodaré para la seguridad de mi hijo. En ningún momento quiero escuchar que has hecho sentir incomodo a mi hijo o un solo grito o queja por su parte. Si eso sucede será el fin de esto que os estoy permitiendo hacer.

La señora Jung sigue hablando, dando más condiciones que escucho y memorizo los más de diez minutos que sigue dictandolas con paciencia, la misma que yo estoy manteniendo hasta que al parecer ha terminado, sintiendo el alivio invadirme.

— ¿Señora Jung? —miro a la mujer, viendo como se detiene en la puerta —¿podría ir a ver a su hijo ahora?

— Puedes San pero recuerda todas mis condiciones.

Aún sentado, quedándome solo en el salón de esta casa, pienso en todas esas condiciones, en lo extraño que es que me permita estar con Wooyoung cuando hasta hace tres días lo tenia prohibido, incluso habiéndome ganado una bofetada por haber ido con Wooyoung a la habitación cuando se sentía mal.

Mirando mi ropa, poniéndome en pie, pienso por un momento en si debería vestirme de forma más decente, llevando ahora mismo un pantalón blanco corto, una camiseta negra de manga corta también, siendo para mi lo más cómodo que he encontrado en mi armario para pasar mi día libre.

Armándome del valor suficiente me pongo en pie, saliendo del salón, dirigiéndome hasta ese pasillo que parece ya no será tan prohibido como antes, al menos no con respecto a una de las habitaciones.

Habitación frente a la que en pocos pasos me encuentro, respirando profundamente, cerrando los ojos unos segundos, abriéndolos de nuevo con la duda de si cambiarme de ropa o no. Decidiéndome por no cambiarme, estirando mi brazo hasta que mi mano roza la puerta, me atrevo a llamar dos veces, como siempre acostumbro a hacer, esperando así hasta que Wooyoung quiera abrirme.

Promise // Sanwoo //Where stories live. Discover now