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𝑴𝒚 𝑭𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒎𝒊𝒏𝒂𝒍

¡Aviso Capítulo
largo!

Youra se encontraba frente al juez quien daba como culpable a la chica.

—Ella fue quien mató a mi esposo, su señoría.

Youra estaba simplemente suspirando, ella sabía que no era culpable. Y que no merecía que la acusaran de homicidio.

Ya que en las cámaras de seguridad se veía como claramente la mujer mataba a su propio esposo y salía corriendo de ese lugar.

Pero Youra ni siquiera se inmutaba a lo que el juez decía. Porque se notaba que todo estaba comprado en su contra. Esa mujer tiene mucho poder.

Y para no alargar el problema simplemente no dijo nada.

—Entonces, Jung Youra caso de homicidio. Con cuatro años de prisión.

Los policías tomaron a Youra por ambos brazos, le colocaron las esposas y la llevaron a la prisión federal.

Después de que se vistiera con el típico traje naranja. Llegó a su celda, y se quitó la camisa naranja dejando ver una blusa de tirantes blanca. Dejó su camisa en su cintura y se sentó en la cama.

Eran dos camas una arriba y otra abajo al parecer no estaría sola.

—Oye estúpida, esa es mi cama.

Youra sólo la fulminó con la mirada y se acostó en la cama.

—¿Qué no me oíste, zorra?

Youra ya enojada fue hasta ella y tomó la cabeza de la chica fuertemente y guió esta con fuerza a su rodilla. Rompiendo la nariz de la chica.

Esta era bastante alta, parecía medir 1.80 y su cuerpo era grande. Lo que la hacía ver muy masculina.

—¿Qué te pasa, idiota?.

—Una cosa es que me digas estúpida y otra muy diferente es llamarme zorra.

La chica gigante se levantó dejando su mano en su nariz y se acercó con intención de golpear a Youra, pero esta fue más rápida, dejando una patada en su abdomen. Y un puñetazo en su rostro.

Haciendo que la chica se tomara nuevamente la nariz mientras que de esta sólo salía sangre.

—Muchas veces no te conviene meterte con cualquiera.

Youra era muy buena defendiéndose. Su madre le enseñó todo lo que sabe desde pequeña.

La chica que antes estaba tomando su abdomen y su nariz. Se encontraba desmayada en el piso.

No era cuestión de tiempo que vinieran los guardias. Ya que hay cámaras por todos lados.

Una risa hizo que Youra se levantara de la cama. Y caminara con cautela mientras seguía escuchando la risa.

Al desviar la mirada era un chico alto ojos rasgados, y pelo negro. Este se reía mientras miraba fijamente a Youra, él se encontraba con los brazos recargados en las rejas de su celda.

Al parecer no era una prisión para mujeres solamente.

—¿De qué te ríes?

El chico paró de reír, pero sin dejar una sonrisa, abrió su celda. Saliendo de esta. Y se recargó en las rejas de la celda de Youra.

—Pues, es gracioso y tierno ver a una chica tan diminuta derrotar a esa gigante mujer.

—No me digas tierna.