Mí querido Alphα | TOMARRY. Omegaverse

19

Entramos juntos en un lugar aislado de ruido.

Yacía ese lugar oscuro, pero mágicamente se enciende una chimenea. Miro alrededor, las paredes están adornadas de cuadros y algunos espejos. Una cama aparece detrás mío y pequeñas velas aromáticas aparecen de repente.

—¿Te gusta? —me pregunta Tom entrelazando sus manos con las mías.

—Si, ¿Dónde estamos?

—Le llaman sala de meresteres, y al parecer está habitación supó lo que necesitamos.

—Es un lugar muy cómodo.

Miro a la cama y me arrojo a ella de un brinco. Sonrío mirando al techo y suspiro de felicidad, de pronto, veo que en el techo se forma muérdago.

Tom se encima en mi cuerpo y posa sus labios contra los míos. El beso se convierte en uno más lleno de gozo. Él lleva su lengua a jugar con la mía, me estremesco de tal sensación.
La temperatura de mi cuerpo aumenta y siento que mi rostro se tiñe de rojo. Tom me sonríe mirando mis ojos, el acaricia mi mejilla para luego llevar su mano a deslizarla debajo de mi camisa, siento su mano tocar mi pezon causando cosquillas.

—T-Tom... Me s-siento raro. —digo en un balbuceo.

—Es normal, Harry. Por cierto, está noche no usarás esa cosa conmigo. —dice señalando con su varita a mí collar antimarcaje— Evanesco...

En un pestañeo, Tom desvanece el collar a lo que yo me sorprendo.

El alfa vuelve a besarme y en medio de estos, nos fuimos quitando la ropa hasta estar completamente desnudos. Tom chupa mis pezones como una paleta mientras gimo de placer, luego pasa a lamer mi miembro hasta sorber en mi zona trasera.

—Sabes tan delicioso, a cerezas en almíbar... —me dice introduciendo su lengua en mi cavidad trasera.

—¡E-Espera T-Tom! —me sonrojo muy avergonzado.

Me posiciono en cuatro, siento que en mi trasero escurre el mismo líquido de aquella vez. Tom me toma de mi cintura con ambas manos. Incorpora su miembro dentro mío y comienza a embestirme tal como lo imaginaba. —Así es como se siente estar con un alfa—. Me enderezo tomando a Tom de su mejilla, él se acerca a besar mis labios. Las embestidas se hacen más bruscas entre rápidas estocadas.

—¡N-Nghhh! ¡T-Tom! ¡Ahh! ¡Hugh! —grito en gimoteos. Sentía que estaba a punto de llegar al climax.

Arqueo mi espalda en el lapso que Tom empuja más profundo a tocar mi punto dulce. Me estremesco más de placer a punto de perder poco a poco la cordura.

En ese momento, Tom termina soltando un líquido caliente de color blanco y yo igual.
Tom se agacha a colocar sus dientes sobre la cuenca de mi cuello mordiendome. De repente siento un intenso dolor.

—Ahora eres mío, Harry James Potter...