CAPÍTULO 44

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—¡Y tú que decías que no ibas a ser capaz de llenar este vestidor! —le dije a Adri desde el interior de su armario mientras ella colocaba los libros que había comprado esta mañana durante el Black Friday

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—¡Y tú que decías que no ibas a ser capaz de llenar este vestidor! —le dije a Adri desde el interior de su armario mientras ella colocaba los libros que había comprado esta mañana durante el Black Friday. Había quedado con Scott en su casa, cosa que me daba muchísima curiosidad, y estaba buscando entre los pañuelos y bufandas de mi amiga uno que me pegase con el abrigo marrón que había comprado ese día—. ¿Desde cuándo tienes esta camisa de rayas tan bonita? —descolgué la percha en cuestión y observé la prenda.

Adriadna tenía dos tallas de ropa más que yo, por lo que la camisa era idea para llevarla anudada o con el hombro al descubierto... ¡Ya me estaba imaginando un súper look para ir a clase!

—¡Me la compré hace un par de semanas!

—¡Pues quiero que me la dejes un día de estos! —la volví a colgar y seguí cotilleando su ropa. Mientras que ella era flores, lunares, estampados, colores alegres y brillos (Ágatha Ruíz de la Prada sería feliz en este armario) yo era todo lo contrario y amaba los colores oscuros y la ropa sin adornos. Pero ambas coincidíamos en nuestra pasión por las rayas, el encaje y el negro, así que a veces podía robarle la ropa, especialmente los jerséis— ¿Dónde tienes el pañuelo granate?

—¡En el segundo cajón de la cómoda junto al espejo!

—¡Vale!

Por pura curiosidad abrí en primer lugar el primer cajón, encontrándome el arsenal de juguetes, preservativos, lubricantes y demás cositas como esposas, aceites, antifaces y plumas... Mmm... Saqué las esposas, un antifaz, aceite de masaje con olor a chocolate y un pequeño juguetito al que no sabía ni cómo llamarlo pero que estaba compuesto por plumas en un extremo y servía para hacer cosquillas. ¡Ya verás, Scott! No me llevaba el cajón entero de puro milagro.

Después abrí el segundo cajón y saqué el pañuelo en cuestión, bien dobladito y colocado por orden cromático, como el resto de su ropa. Iba a quedar divino con mi abrigo nuevo y además combinaba con mi look, que consistía en una falda de vuelo granate, un jersey finito de rayas negras y blancas, medias y botas altas. Aunque tenía fe en no durar mucho tiempo desnuda.

Agarré todo lo que había sacado del primer cajón y salí del vestidor.

—Te he robado unas cuantas cosas del cajón de los juguetes —le enseñé ambas manos y Adri sonrió. Estaba sentada en el suelo rodeada de libros.

—Mientras me lo devuelvas limpio ya sabes que no hay problema.

—No me lo digas dos veces que meto el cajón al completo en el bolso.

—¿Cuál es el plan?

—Pues voy a su casa, así que espero que me desnude antes de que me dé tiempo a entrar en el recibidor.

—Joder, ¿no estás tú necesitada?

—Todavía no he empezado los exámenes y ya tengo ansiedad —me encogí de hombros. El primero de ellos sería el martes de la próxima semana y solo de pensarlo me quería tirar de los pelos—. ¿Qué hora es?

FRESIGAMBAS: Manhattan [TERMINADA]Where stories live. Discover now