Lucí

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Tenía yo once años cuando la conocí... Lucì era la típica niña solitaria del salón de clase, no saludaba a nadie, solía sentarse en el primer pupitre y siempre sobresalía con altas calificaciones y un trabajo impecable.

Era físicamente muy linda, su cabello negro a la altura de sus hombros, lacio, delgada, nariz perfilada y labios pequeños, a la hora del recreo prefería la soledad y el retiro de la biblioteca que el bullicio de los niños jugando en el patio.

Un día la niña no llegó a clases, ese día mientras la profesora nos dictaba la lección, fue interrumpida por la directora quien le habló secretamente al oído, la mirada de la profesora era de terror sus ojos contenían las lágrimas.

Después de unos minutos la maestra nos dio una terrible noticia:
--niños su compañera de clases Lucí a partido con nuestro señor Jesucristo, pongámonos de pie y hagamos un minuto de silencio en su memoria.

Al regresar a casa mi madre me abrazo como nunca, al revisar la prensa allí estaba la noticia, asesinada y violada niña de 10 años, fractura de craneoencefálica, desgarramiento vaginal y anal y diversas lesiones de tortura en su cuerpo, la niña fue encontrada muerta en un terreno baldío.

Esa noche tuve muchas pesadillas sueños horribles donde veía a Lucì dentro de un carro color marrón de vidrios ahumados, pero ella parecía ir feliz tranquila sin miedo, de repente ya no estaba en el carro sino en el suelo luchando por su vida, ví las manos de alguien sobre sobre su boca y luego la golpeaban, ví sonreír a la persona, tres de sus dientes eran de oro. Desperté sudando sin decirle a nadie pues para mi era un simple sueño. Pasaron días sin noticias del asesinato, luego un día por fin un testigo afirmó ver a la pequeña con un hombre gordo que sus dientes eran llamativo pues alguno tenía pieza postiza realizadas en oro, para sorpresa de todo era el propio tío de la niña quien bajo engaños se llevó a la pequeña y le dio rienda suelta a sus demonios.

Lo mas triste es que el hombre era casado, y tenia tres hijas pequeñas.































Puedo decir que los monstruos no son los que se esconden debajo de nuestra cama, si no los que conviven con nosotros. Los propios humanos.

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Archivo ParanormalWhere stories live. Discover now