Capítulo 28 - Luz de esperanza

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Era una mujer, sosteniendo una pistola, apuntando a la cabeza de los tres. Estaba evidentemente nerviosa, sus manos dejaban notar azar, y sus palabras temblorosas no la dejaban razonar correctamente.

-No duden ni un segundo en que les dispararé. -Afirmó la mujer-.

A Ben se le hizo familiar la voz, así que lentamente volteó la cabeza, y cuando aclaró su vista, y la fijó en dicha mujer, una pequeña sonrisa brotó de él. La mujer le vio, e hizo una cara de asco, estrés, pero finalmente bajó el arma.

-Charlotte... ¿En serio eres tú? -Preguntó inquieto Ben, mientras se incorporaba y miraba a la mujer-.

-No entiendo cómo sigues con vida... era tan... tan idiota. Primer candidato a morir en un mundo así. -Exclamó la mujer de cabellos rubios-.

-Creo que es ahora donde proceden a explicarnos qué carajos está pasando. -Interrumpió Miguel, mientras se incorporaba y le ayudaba a Riley a lo mismo-.

-Chicos, ella es Charlotte... -Afirmó Ben mientras la miraba a ella y devolvía la mirada a los chicos-. Somos, o bueno, fuimos...

-Compañeros de clase, compañeros... -Interrumpió Charlotte, mirando a Ben de manera seria-.

-¿Vienes con ellos?, supongo que sí. -Señaló Miguel a los soldados-.

-Muchachos, no vayan a disparar aún, lo tengo bajo control, pero no me esperen. Los veo en T7. -Dijo Charlotte por radio a los soldados, quienes siguieron de largo su camino-.

-Espera un momento, ¿Qué mierda es T7? -Preguntó inquieto Miguel, mientras cruzaba sus brazos-.

Charlotte suspiró. -No puedo decirles, es confidencial... pero, si están con este de aquí debe ser por algo. -Señaló ella a Ben, mientras este sonrió-. Lo que puedo hacer ahora es decirles que no pueden quedarse por mucho más aquí. Los Z están terriblemente incontrolables. -Concluyó la mujer-.

-Espera, espera, ustedes venían de allá, ¿Vieron la horda? -Preguntó Miguel, señalando la carretera-.

-¿Horda?, ¿De qué hablas muchacho? -Consultó con cierta inquietud ella-.

-Son demasiados Z... lo que sabemos es que vienen rodeando la costa atlántica, y ahora siguen nuestros pasos. No es seguro aquí, y menos cuando hay Desalmados, Involutarios e infectados por ahí. -Exclamó Miguel mirando a Charlotte, quien estaba perpleja-.

-Se te olvida agregar lo nuevo. -Interrumpió Ry-. Al parecer hay una nueva enfermedad, contagiosa, que vive entre nosotros y ha dejado un par de muertos.

-Fiebre, tos, convulsiones, ¿No? -Preguntó Charlotte-. Tuvimos varios casos así el semestre pasado, y lamentablemente no obtuvimos una razón para su origen, y a cambio obtuvimos estar en cuarentena.

-No nos desviemos del tema. Tenemos más de mil Z en nuestros traseros, no tenemos tiempo. -Interrumpió estresada Riley-.

-Sigan el camino hasta la reserva de Cuyahoga, allá sabrán qué hacer. -Concluyó Charlotte-.

La mujer se despidió de los chicos, y fue hasta entonces que apareció un soldado para custodiarla hasta quién sabe dónde. -Ya la oyeron ,sigamos nuestro camino. -Exclamó Miguel, mientras daba pasos hacia la carretera-.

La cuarentena entre las comunidades se iba a mantener vigente, era necesario, pero incontrolable. Estaba en cada uno cuidarse. Ben se dirigió a su motocicleta, se alistó, y se unió a los chicos. Estos últimos mencionados retornaron a los autos, y soltaron preguntas respecto a todo lo que había pasado. Miguel y Ry procedieron a explicarles. Las comunidades comenzaron a avanzar entonces, con discreción camino a Cuyahoga.

The Infection II: En busca de un finalOnde histórias criam vida. Descubra agora