𖥔 Rumor ── soohua ╱ minyeon.

11. la antagonista de su propia historia

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Mientras Miyeon terminaba de escribir su ensayo de historia, Minnie terminaba su manzana y leía aquel libro de cubierta roja que se suponía le contaba una historia emocionante. La tailandesa levantó la mirada, encontrándose con la mayor escribiendo con diligencia palabras aleatorias que parecían estarle brotando como agua en un río. La muchacha con flequillo soltó una risita al darse cuenta de sus propios pensamientos. 

— Miyeonie —susurró la tailandesa, cerrando el libro y dejándolo sobre la mesa frente a ella para prestarle toda su atención a la mayor.

— ¿Mmhm?

Miyeon levantó la mirada durante unos segundos para ver su rostro, indicando que la escuchaba, volviendo a bajarla hasta su cuaderno poco tiempo después.

— Cuando te dije de Soojin...

Ahí iba de nuevo.

Soojin, Soojin, Soojin, Soojin, Soojin.

Todo era Soojin, siempre. Ella no estaba sentada con ellas, pero era el único tema de conversación entre ellas.

— Lamento que fuera tan extraño. De verdad, uhm... Ni siquiera pensé en si era extraño para ti. ¡Pero no te preocupes! No me gustan las chicas. No todas. O, no lo sé, solo ella

La muchacha coreana frunció las cejas sin entender del todo lo que estaba diciendo. Entonces, suspiró para pasar su mano derecha por su rostro y ver a la menor con confusión, dejando su lápiz a un lado.

— ¿De qué hablas?

— Miyeon, si Soojin realmente no te agrada debes decirlo, entonces dejaré de mencionarla

— Minnie, ¿de qué hablas? ¿Qué tiene que ver que me agrade o no? O, peor aún, ¿de dónde sacaste que no me agrada? Por supuesto que me agrada, somos amigas, aún si ahora está alejada de nosotras

— Quizá debiste haber intentado hacerla entrar en razón en lugar de darte por vencida. Preferiste no intentar siquiera ayudarla a salir de ahí, ¿realmente se supone que debo creerte? Es obvio que esperabas que se alejara con ansias

La mayor bufó incrédula, sin poder creer lo que estaba escuchando. Minnie ahora parecía intentar hacerla lucir como la mala del cuento, a pesar de que ella no tenía nada que ver en toda la situación de Soojin.

— Bien, no tiene sentido siquiera responderte. Minnie, realmente lo transformas todo en Soojin, todo el tiempo. Sé que estás enamorada y todo lo que quieras, pero no quiero ni voy a dejar que me intentes transformar en una culpable de algo que no corresponde a mí

Minnie parecía ofendida por las palabras de la coreana. Su rostro era una retahíla de emociones, y era más que obvio que realmente creía que la mayor debía haber hecho algo más por Soojin. Como si Miyeon tuviera algo que ver en lo ciega que la otra estaba por Jongin.

— Entonces quizá no somos realmente amigas

Cuando la tailandesa se dió cuenta de que realmente había dicho aquella frase, su corazón se estrujó. Quizá estaba haciendo cosas por inercia y sin razón. Si Miyeon también se iba, ¿qué iba a ser de ella?

Miyeon soltó una risa sarcástica para ponerse de pie, tomando sus cosas y colocando su mochila sobre su hombro. La coreana miró una última vez a la tailandesa, pensando en lo mal que se habían tornado las cosas entre ellas desde hacía unos días.

— Lamento tener mis propios principios. Espero que encuentres una amiga que haga lo que a ti te gusta más, antes de lo que ella cree mejor

La pelinegra giró sobre sus talones, llevándose todas sus cosas consigo sin siquiera seguir intentando quedarse ahí. La tailandesa parecía haberse congelado en su lugar, sin saber cómo detener a Miyeon de abandonarla como se lo había buscado y sin entender porqué siempre que abría la boca decía cosas que no quería decir.