Día 20: Screaming

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Fanfic
Fandom: Bakugan
No Ships

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Había sido otro de aquellos días. Hydron sólo se tiró a la cama, cansado y cerró los ojos, momentáneamente deseando no volverlos abrir. Por más que intentaba ser lo que su padre quiso siempre fallaba, ni el mismo Hydron sabía cómo, sólo sabía que la había estropeado en grande cuando se ponía corporal el asunto y era víctima otra vez de ese robot hecho de pesadillas para hacerlo gritar en agonía. Y nadie decía nada. Ninguno de los sirvientes se animaba a decir algo, probablemente porque ellos mismo ya habían experimentado la furia del Rey Zenoheld. Hydron no los culpaba. Si él, que era el príncipe de Vestal, quien mandaba sobre ellos tanto como su padre lo hacía, acababa mal, ¿quién decía que ellos tenían gracia alguna? Tampoco es que Hydron los tratara del todo bien, él quería ser lo que sea que su padre quisiera que fuese, así que adoptaba las actitudes que él parecía aprobar, tratándolos igual de mal que lo hacía su padre, claro que no iban a decir nada al escucharlo gritar. A nadie le importaban los gritos de dolor de un príncipe tan débil como él.

Hydron vivía en un constante intercambio donde no quería vivir o no quería morir, inclinándose más a uno que el otro en ciertos momentos, pero no del todo queriendo ni uno ni otro. No quería morir cuando todo salía bien y él mismo estaba seguro que su deber como príncipe estaba bien hecho, pero tampoco es que le importara si su vida fuera a terminar, claro, bajo ciertos términos. Y en momentos como este, no quería vivir, pero tampoco es que le apeteciere suicidarse o quitarse la vida con sus propias manos en ese mismo momento. Sólo quería acostarse un rato, dormir, quizás soñar con algo agradable y despertar ligeramente motivado, o soñar una pesadilla y sentir desesperación por cómo ésta retrataba tan vívidamente su realidad que deseaba que acabara, o incluso no soñar nada y sólo despertar sin ningún sentimiento en concreto, sólo abrir los ojos en un día demasiado soleado para el humor grisáceo del príncipe.

Pero esta vez era diferente. Habían descubierto el origen de esas criaturas llamadas Bakugan, un lugar llamado Vestroia, un lugar que estaban planeando colonizar y era obvio quién iba a estar a cargo de esa colonia. Eso le daba ciertas esperanzas, una oportunidad de probar que era un príncipe digno del título y no algún inútil, de hacer a su padre orgulloso al fin, de hacerlo reconocer que había algo de valor en él. Se podría decir que la idea de ser el encargado de la colonia de Vestal era lo que por fin inclinaba la balanza entre sus deseos de no vivir o no morir hacia el lado de no morir. La esperanza en la colonización de Vestroia era algo que lo hacía, por primera vez en mucho tiempo, decir que quería vivir, que no quería morir, aunque fuera en un susurro lanzado al aire que nadie escucharía, igual que sus demás deseos y sentires. Era un avance, al menos podía estar seguro de algo: No era una excusa tan patética como príncipe como a veces creía.

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No soy de escribir drabbles, pero en serio que tengo medio corta la inspiración. Eso no me detendrá aún así. Intentaré acabar este Fictober, mi depresión no me vencerá esta vez.

Fictober 2020Where stories live. Discover now