𝗉𝗂𝖾𝗇𝗌𝖺 𝗋𝖺𝗉𝗂𝖽𝗈

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*nuevamente, canción q no tiene nada q ver. pero STREAM WONDER🤍*

David

Olor a panqueques.

Que wea porque no esta en Juan maullando.

Abro mis ojos y la luz del ventanal me cega.

No es mi pieza.

Aweonao, estas en el sillón de la Barbi.

Me muevo en el sillón, mi espalda y abdomen están para la caga. Mi cabeza no duele ya que en cuanto me acoste en el sillón me quede dormido altiro, nunca me había quedado dormido tan rápido. Hace tiempo que no dormía toda la noche, o madrugada.

Me siento en el sillón y tomo mi celular que estaba en la mesita de centro. Le dejo un mensaje a mi mamá para que no se preocupe y vuelvo a dejar el celular en la mesita.

Me paro y voy hasta donde viene el olor a panqueques. Entro en la cocina y me encuentro con la mamá de la Barbi untando un panqueque con manjar.

— Que bueno que despertaste — dice con una sonrisa en la cara— ¿Sigues tu? — me ofreció en cuchillo con el que estaba untando los panqueques. — ¿te duele algo?

— El abdomen— hablo bajo.

Ella desaparece un minuto de la cocina y vuelve con un sobre de pastillas.

— Paracetamol — dice entregándome el sobre.

Saca un vaso del mueble de arriba, lo llena con agua y me lo da.

— Gracias— tomo el vaso, lo dejo en la mesa. Saco la pastilla del sobre y lo deposito en la punta de mi lengua, tomo un sorbo de agua y me la termino de tragar.

Tomo en cuchillo y comienzo a untar los panqueques.

— Gracias por dejarme quedarme aquí— le agradecí otra vez.

— De nada mi niño — dijo mientras ponía otro panqueque en la pequeña montaña— ¿David, cierto?

Asentí con la cabeza.

— ¿Es malo? — pregunto, sabia a lo que se refería.

— Si.

— ¿Podemos ayudar en algo más? — volteó en panqueque en el sartén.

— Ya hicieron demasiado.

— Cualquier cosa que necesitas las puertas de esta casa siempre van a estar abiertas — dijo— además parece que son bien cercanos con la Barbi, porque como para que se levante a las cuatro de la mañana.

Sonreí.

— La Barbi aunque no sabia nada, me ayudaba mucho.

— Créeme que tu también la haz ayudado mucho — aseguró— cuando peleó con el Ángel las primeras semanas andaba como alma en pena, como cuando su papá se fue... — suspiro.

¿Su papá se fue?

— Después se arregló con su papá, y en las tardes llegaba con una sonrisa distinta. — la tia llegó a mi lado y me sobo la espalda— ahora se que esas sonrisas no eran por su papá. 

Sonreí otra vez.

— Ahora anda a despertar a esa dormilona— dijo y me quito el cuchillo con el que estaba untando — sino te pesca dile que hay panqueques.

Salí de la cocina con dirección a su pieza.

Si a principio de año me hubieran dicho que estaría en la tranquilidad de la casa de la Barbi apuntó de comer panqueques, me hubiera reído fuerte.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora