𝖾𝗌𝖺 𝖾𝗍𝗂𝗊𝗎𝖾𝗍𝖺

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un mes después...

Bárbara

Toco la puerta de la casa de mi papá. Se abre la puerta lentamente y veo a mi papá.

— Pensamos que ya no ibas a venir — dijo el y me invitó a pasar.

Me fui directo hasta el tallercito de la tia.

Ella en cuanto supo que bailaríamos se ofreció a hacernos los trajes. Mi mamá fue la mas feliz porque no iba a tener que gastar plata.

Cuando entre la tia estaba concentrada pegando las ultimas cositas en el traje.

— ¡Barbi! — me hablo emocionada — te vas a ver preciosa mañana.

¿Como llegó septiembre tan rapido? nose, solo pestañe.

Todo estuvo tranqui.

El Ángel a estado super normal en los ensayos, juro que sentía que estaba con mi mejor amigo otra vez, y se siente lindo.

Pero lo que se siente realmente maravilloso es estar con el David, el tan solo sentarnos en la plazuela y hacer nada, es perfecto para mi.

El verlo como frunce el ceño cuando el sol le llega directo a su cara y aspira su cigarro enojado con el sol.

El tema con su papá es lo más complicado, por un momento crei que se había acabado porque ya no veía moretones en su cara, hasta que estos se trasladaron a sus muñecas y brazos.

De verdad ya no se que más hacer, el se niega a todas las propuestas que le hago para salir de ahi, el solo me responde terco que no se irá sin su mamá. Lo entiendo en ese sentido, pero si supiera el miedo que siento al verlo irse y no saber como lo vere al otro dia o si tan solo llegara con vivo al colegio.

— Hija — me hablo la tía haciéndome salir de mis pensamientos — pruébatelo para ver si le falta algo — me entrego el traje.

Deje mi mochila en el piso y me fui al baño.

Me puse la falda de plumas, tanta wea pa' bailar tres minutos.

Tome el peto y lo mire, ¿me lo pongo encima del sostén?

A la mierda, me lo pongo encima de mi sostén.

Me mire en el espejo, hice algunos pasos de la coreografía -que era como para niños de kinder- movi mi potito hermoso.

Todo perfecto.

Salí del baño y me fui al taller.

— Ay que te ves hermosa — dijo la tia al verme — ¡¡ven a ver a tu hija!! — le grito a mi papá.

Mi papá llego corriendo con la Daniela en los brazos.

— Naahh que me quedaste linda — dice mi papá con orgullo.

La Dani me miraba con atención.

— ¿Porque tienes plumas? ¿eres un pollo?— pregunto con inocencia.

Los tres nos miramos y reímos.

— No mi amorcito, es para un baile que va a hacer tu hermana mañana en su colegio— le explico la tia.

— Aah el que me dijo el Ángel— dijo con seguridad.

— Ese mismo— se lo confirme.

Se escucho el timbre de fondo.

— Yo voy — dijo la Daniela y empujó a mi papá para que la dejara bajar. Se fue corriendo hasta la puerta principal y mi papá la siguió.

La tia se acercó a mi para revisar el traje.

— ¿Todo bien? — pregunto.

— Si, me quedo de maravilla— le respondí satisfecha.

—Ay, pensar que el otro año ya salen de cuarto y no les voy a hacer mas trajes— dijo con nostalgia.

— Ya te pusiste sentimental mamá— escuche la voz al Ángel a mis espaldas.

— Es que me lo perdí tantos años — se lamentó la tia.

— Ah, eso ya no es culpa de nosotros— la moleste.

Ella me sonrió y me abrazo por los hombros, extendió su brazo para agregar al Ángel al abrazo.

{...}

— Mamaa!!! — le grite desde el baño — ¿el alisador?

— Pregúntale a tu prima — me respondió desde la cocina.

Me fui a mi pieza y vi a la Alicia raja en mi cama.

— Oye weona — le pegue con un cojín.

— Abuelita otro ratito— se tapo hasta la cabeza — si es sabado.

— Levanta tu raja maraca — la destape — tu quisiste venir.

Esta weona en cuanto supo que tenia la oportunidad de verme pasar vergüenza en frente del colegio no la desaprovecho.

— En cinco minutos salimos — aviso mi mamá.

— Mierda — dijimos al tiempo con la Ali.

Me fue corriendo al baño, me lave la cara y los dientes. En el colegio me arreglo el pelo, alguna weona debe tener alisador.

La Alicia estuvo lista en dos minutos y se subió al auto en un ratito.

Termine de ponerme la parte de arriba del traje, me puse un poleron y la seguí.

— Maraca te sentaste adelante— putee a la Alicia que estaba en el asiento del copiloto.

Me senté atrás, cerré un momento los ojos, estoy caga de sueño.

Colegio culiao, como nos citan a las diez de la mañana un sábado, están weones.

Mi mamá nos dejo en la entrada del colegio y se fue a buscar estacionamiento.

Que estrés, había mucha gente.

Lleve a la Alicia conmigo hasta mi sala donde se supone que el resto del curso se está preparando.

Estaba por llegar a la sala, cuando alguien me agarro de la muñeca y me giro.

— Te ves hermosa, preciosa, perfecta y todas las palabras que no alcanzan a describirte— me dijo al oído.

David culiao, lo quiero tanto.

Literal estoy con un pantalón de pijama y con un poleron que me quedaba gigante. Y aun asi me veo perfecta para sus ojos.

— Te quiero — pase mi manos por su cuello y le di un beso.

El se separó y me miro con ternura.

— Yo te quiero más, barbarita — me abrazo por la cintura.

— Como que ya me duele la espalda de tanto cargar el violín— hablo la Alicia.

Con el David la miramos y le levantamos el dedo de enmedio.

— Hasta en esa wea se parecen — rodó los ojos la Alicia.

— Me voy a cambiar — avise.

— Te ayudo — dijo el David y me miro con picardía.

— ¡No! — grito la Alicia — para eso estoy yo.

— Pero Alicia — le reclamo el David — me cagaste.

— Cuando quieras primito — la Alicia le saco la lengua y paso su brazo por mis hombros.

— Voy a necesitar me ayudes a pintarme el cuerpo— me dijo el David, se dio media vuelta y se fue.

— Ah mierda — dijo la Alicia— anda detonao tu pololo.

— No somos pololos.

— ¡¡¿Todavía no?!! — se altero — puta los weones lentos, ya ha pasado casi un mes de tu cumpleaños po.

— Es que nose, estamos bien asi — comenzamos a caminar — no necesitamos esa etiqueta.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora