十一

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— ¿Verduras hervidas?

— No.

— Kimchi con arroz.

— No.

— Bueno, entonces Bulgogi.

— No, Jiminnie, ya te dije que no.

Jimin había pasado casi dos horas nombrando platillos y comida simple una tras otra, mientras intentaba adivinar cuál era la comida favorita de su hyung. Incluso si realizaban otras actividades, Jimin no hablaba y se centraba solo en enlistar platillos aleatorios.

Cualquiera habría perdido la cabeza. Cualquiera se habría molestado y posiblemente deseado arrancarle la cabeza al gatito, pero no Yoongi.

¿La razón? Ni siquiera el podía entenderla. Era que Jimin era su Omega, y tanto él como su gato lo sabían de sobra, pero no era eso únicamente, era la sensación de sentirse importante, recibir la atención de su Omega, o era más bien el hecho de que Jimin era sumamente dulce y encantador al hablar. La verdad es que esa razón era incierta.

Entonces, por más que Jimin cuestionara, por más que solo hablara de comida, Yoongi no podía molestarse.

— Entonces, ¿Eres de esos que come más cosas como hamburguesas con papas fritas? No lo pareces Hyung.

— No, Jiminnie.

Ambos estaban recostados en el suelo del callejón, el sol pegaba en sus cuerpos y esto era más que nada un baño de sol compartido donde ambos se relajaban con el calor que brindaban y podían sentirse completos.

Aún bajo los rayos Jimin seguía insistiendo una y otra vez en comida, por una simple razón: cocinarle a su alfa.

Días atrás Jimin había hecho esa propuesta, había invitado a su Hyung a casa para comer algo mucho más delicioso que una rata peluda, pasar tiempo juntos e incluso juguetear en su casa de madera que Taehyung le había comprado, pero Yoongi se había negado rotundamente a hacerlo. No dio razones, pero cuál sea que fueran, no impedirian el plan de Jimin. No estaba desanimado, ni mucho menos pensaba darse por vencido, él sabía que Yoongi tarde o temprano cedería.

— Bueno, entonces salmón. A todo el mundo le gusta el salmón.

Jimin afirmó mientras se recostaba a lo largo sobre el suelo, extendiendo sus patas delanteras y traseras por completo, sin embargo, ni extendiendo sus patas era por mucho del tamaño de Yoongi, quien estaba hecho un olivo a su costado. Yoongi tenía su vista directo a la salida del callejón, y sus patas hacía la parte trasera, mientras que Jimin tenía su trasero hacía la salida del callejón y sus rostro hacia la cola de Yoongi. Las patitas delanteras de Jimin rozaban la cola esponjosa de Yoongi y mientras más de movía, más despertaba su instinto por jugar. 

Yoongi movía su cola cuando estaba relajado y ciertamente ocurría únicamente en los momentos que compartía con Jimin y su guardia podía bajar ligeramente. Entonces, su pelaje y su cola iba en pequeños movimientos de derecha a izquierda, y las pequeñas patitas de Jimin intentaban atraparla. Cuando las patitas de Jimin rozaron con la cola de Yoongi, atrapándola solo por solo unos instantes, Yoongi abrió los ojos y dejo de dormitar. Sonrió internamente, de manera dulce, porque Jimin era lo más dulce y tierno que había conocido.

Estiró su rostro con cuidado, dejando su cola moverse aún de un lado al otro para que su gatito siguiera jugando, y con cuando, pero sumamente atrevido atrapó la cola delgada y peluda con manchas naranjas y negras de Jimin.

Jimin maullo de sorpresa dando un respingo y girándose a ver a Yoongi, quien sostenía su cola entre sus mandíbulas con cuidado, y le sonreía como el buen minino que era.

❝ 𝐈 𝑴𝑬𝑶𝑾 𝐲𝐨𝐮  ❞ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿWhere stories live. Discover now