十五

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— Aquí es. — Yoongi dijo cuando detuvo su andar.

Jimin choco contra el pelaje largo de Yoongi cuando esté se detuvo, su cuerpo pequeño cayó contra el suelo frío, de un solo sentón, sus patitas traseras bien separadas, su bonito y redondo trasero contra el suelo en conjunto con su larga colita y sus dos patitas delanteras entre sus patitas traseras, con sus orejitas bien en punta.

Le tomo tiempo procesar todo. Porque desde que habían entrado en un barrio sumamente distinto en el que vivía, intentaba entender todo, procesar cada objeto y contexto que registraba en su mente mediante su excelente vista.

Casas realmente pequeñas, edificios altos y sobrepoblados, las calles repletas de locales de comida, gente comiendo en la calle, sentados en la banqueta y con un montón de riesgos de salubridad, pero en definitiva, aquello que más le estaba costando procesar, era el enorme edificio de color terracota, con ventanas rotas, la puertas maltratadas, le faltaba un buen mantenimiento, la pintura estaba craquelada y podía ver un par de ladrillos en la esteuctura. La puerta tenía un par de sellos por parte del gobierno. "Clausurado" podía leer la inscripción en rojo y debajo un par de escritos más. Claramente tenía indicios de abandono y descuido, y aunque así los costados los edificios estaban cuidados y poblados, precisamente ese estaba desolado y con apariencia obscura en el interior.

Jimin había pensado en muchos escenarios. Tal vez Yoongi vivía con una señora mayor que no se cuidaba las uñas de los pies. Tal vez Yoongi vivía en una casa con una señora que acumulaba gatos y basura. Tal vez Yoongi vivía en dos o tres casa al mismo tiempo. Tal vez vivía en una casa en los barrios bajos de Seúl. Tal vez ni siquiera tenía una propia habitación para él solo. Pero nunca imagino ese escenario. Ni siquiera entendía del todo.

Sus ojitos, bien abiertos, miraban una y otra vez el letrero, las ventanas rotas, el ambiente solitario. Y ahora solo quedaba hablar. Yoongi solo pensaba que quedaba hablar y poder despejar todas las dudas que sabía que su pequeño gatito fórmulaba dentro suyo, en su pequeña cabecita trabajando a mil quinientos por hora.

Por otro lado, Jimin era un gato bien educado. Sabía cuándo era el momento de quedarse callado y oir. Cuando debía esperar y solo escuchar. Este era uno de esos, y aún si estaba sorprendido, Jimin no pensaba hablar ni acomplejar a Yoongi, el solo iba a escuchar.

— Es extraño, lo sé, pero es lo que es. Este es mi hogar aunque no duermo aquí, aunque no había vuelto en mucho, aunque no existe nada, este es, o era mi hogar. — Yoongi dijo una vez que estaba sentado al comienzo de las escaleras principales para entrar al edificio.

En su estructura parecía realmente pequeño. Era menos de la mitad de lo que sería el edificio donde Jimin vivía con Taehyung y por dentro aparentaba ser aún más pequeño. No parecía existir una recepción como en el edificio de Jimin, ni mucho menos un portero o vigilante.

— Jimin, sé que esto no es lo que esperabas, ni tampoco lo que te mereces, pero debes saberlo. Debes saber que no tengo un hogar en realidad. Que duermo sobre trozos de periódico en el invierno, cuando hay lluvias en una caja de cartón y si hace calor entre las ramas frescas de un árbol. Lo siento.

Yoongi dijo quello dolido, con cierta tristeza en su corazón. Porque estar ahí le removía muchos recuerdos, tristes, dolorosos, también felices, pero el que más le preocupaba era el que crearía con Jimin ahí. Si le dejaba o si se quedaba.

Jimin se había sentado a un costado de Yoongi, siendo él una bolita de pelos blancos con naranja y negro, pequeñita, al lado de un pelaje largo y un gato enorme como Yoongi. Solo le escuchaba mientras miraba el edificio frente suyo. Jimin era un pequeño gatito mimado, sumamente dulce e inocente con su Hyung, pero ahora tenía esa faceta adulta y madura que a veces, tenía con Taehyung y para los demás.

❝ 𝐈 𝑴𝑬𝑶𝑾 𝐲𝐨𝐮  ❞ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora