Capítulo 43

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Pensaron que después de tanta actividad de la noche anterior, despertarían cansados, sin ánimos de ir a trabajar.

Pero ahí estaban, en la cocina, a las 7 de la mañana, listos para partir al trabajo, mirándose con una sonrisita descarada tomando el café mañanero, dedicándose miraditas atiborradas de plenitud, con las energías totalmente recargadas con solo tres horas de sueño.

Se sentían como chiquillos viviendo su primera relación romántica.

Cuando salieron del departamento, se dirigieron al ascensor encontrándose en ella con una chica omega muy guapa quien al instante que vio al alfa, no le saco el ojo.

Gulf la miro desafiante pero la omega ni se inmuto, ver un alfa de la clase de Mew era un manjar para los omegas, eran más apasionados por lo que satisfacían más en la cama, la chica los había estado buscando por mucho tiempo y no dejaría ir a este alfa, le daría pelea a ese omega y su vanidosa actitud le aseguraba que no era rival para ella.

Lo que no sabía es que un alfa de sangre mestiza, aparte de lo apasionado que pueden ser como le habían dicho, también son lobos de un solo omega, jamás llamaría su atención otro omega cuando ya tenía con ellos al que querían, solo cuando esa relación termine o si no hay marca tal vez, con suerte, tenga oportunidad.

Tenía que ser muy descarada para querer coquetear con un alfa si todo ella olía a omega recién follada, hasta su maquillaje barato y su pelo revuelto la delataba.

Mew tenía agarrado posesivamente a Gulf, rodeando con sus fuertes brazos su delicado cuerpo, pensando que al llegar a la agencia tal vez encontrarían de nuevo ese patético regalo en el escritorio de su omega, estaba más preocupado en eso que ignoraba que había una lucha de miradas letales a su lado.

La chica se lamio los labios mirando el cuerpo de alfa, ignorando que la pareja estén abrazados, y liberó feromonas exageradamente dulces para llamar la atención del alfa.

Gulf rio de lado, giro su cuerpo sin salir del abrazo empezando a restregar su cabeza en el pecho de Mew, llamando la atención del mayor quien rio enternecido, Gulf nunca se atrevió marcarlo con su olor de una forma tan descarada, siempre lo hacía tan disimuladamente que él a veces ni se daba cuenta.

Últimamente tenía una actitud bastante posesiva y cariñosa, y no lo iba a negar, le encantaba.

— ¿Qué haces bebe? — Pregunto besando su cabeza, apretando el agarre en la pequeña cintura, se agacho más cerca del oído, susurrándole roncamente — harás que me ponga duro de nuevo— advirtió con malicia.

Gulf atrapo su rostro con sus dos manos besando la boca del mayor, a la vez clavando sus afilados ojos a la omega, Mew estaba desconcertado, el menor no hacia ese tipo de cosas si no estaban a solas.

La chica escucho aquel comentario del alfa aprovechando la oportunidad, ignorando el beso demandante del omega — yo puedo ayudarte con eso alfa— se ofreció llamando por primera vez la atención del mayor, Mew corto el beso y rio entendiendo lo que pasaba, le dio un piquito al menor y miro a la chica, Gulf recostó otra vez su cabeza en el pecho del alfa mirándola con desprecio y abrazando más a su alfa.

La omega le sonrió coqueta al alfa haciendo lucir sus atributos, nada fea, con curvas que enloquecería a cualquier alfa que quiera pasar el rato.

Gulf saco los colmillos gruñendo cuando la chica quiso tocar el hombro del mayor, amenazando a la basura que se atreve mirar a su alfa, la cara de la chica palideció completamente cuando lo vio, dio un paso atrás sorprendida buscando de que agarrarse para no caer de culo.

— Disculpa querida... pero tu ni le llegas a los talones a mi precioso omega, no tienes oportunidad ni siquiera de aspirar tan alto — advirtió sabiendo lo que peligroso que podía volverse su pequeño lobo picante.

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora