Epílogo

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— ¡Diablos! — se quejó Gulf cuando no entendía como funcionaba su nueva cafetera.

Su nana estaba ayudando a Thanya, los otros empleados estaban ocupados y el omega no quería molestar a nadie, seguían siendo tan terco como lo fue su abuelo, y con el paso de los años solo empeoraba. 

Mew era el único que sabia como persuadir a su obstinado pero que con los años mas hermoso omega.

¿Qué tan difícil es entender un nuevo electrodoméstico? 

Pues al parecer mucho mas de lo que pensaba, cuando por fin entendía su vieja cafetera tenia que averiarse.

Mew rio al ver a su omega escudriñando el aparato queriendo entenderlo, Gulf jamás logro conseguir dominar el campo de la cocina. Podía ser multifacético en muchos aspectos, pero la cocina le había declarado la guerra para siempre.

Se acerco silenciosamente, posando las grandes manos en las caderas del menor, pegando el cuerpo a la espalda, causando que el menor de un respingo.

Sonrió con nostalgia recordando los primeros días que conoció a Gulf y un sentimiento de dejavu sintieron los dos.

—La cocina nunca será tu fuerte, ¿no es así? — pregunto haciendo reír al menor, usando casi las mismas palabras de aquel entonces cuando empezaban a conocerse.

—Tal parece— respondió girando un poco para depositar un pequeño beso en el rostro de su alfa.

El mayor entrelazo los dedos y sonrió orgulloso viendo la sortija de matrimonio, tanto suyo como la de su omega en el dedo indicado, y con las manos unidas empezó a indicarle a su precioso esposo como funcionaba aquella maquina, pasando el otro brazo con mas posesividad por la cintura abarcándolo completamente.

—Gracias Alfa— susurro el omega conectando la mirada con su amado.

— Vivo para cuidar de ti mi precioso omega— respondió roncamente bajando los labios al cuello, besando la marca que recientemente había renovado.

—¡PAPA! — Teo entro a la cocina tan rapido como sus fuertes piernitas le dejaban correr, con la emoción brillando en sus preciosos ojos—¿Es verdad que vendrá Dilan? — pregunto con una alegría ostensible.

— Si mi amor, vendrá con tío Mild y tío Champ— respondió el omega deshaciéndose del agarre de su alfa para ir a levantar a su hijo de 6 años, lo sentó sobre la barra de la cocina y tomo una servilleta para limpiar el resto de chocolate que tenia en la boca y parte de su rosada mejilla.

Mew se recostó al costado de la encimera mirando silenciosamente a su omega y su hijo, deseando volver a tener mas cochorros, aunque ya tenia a Thanya, Teo y la pareja de gemelos, para él nunca seria suficiente.

— Iré a pedirle a nana que me ayude a ponerme guapo para Dilan— dijo el pequeño bajando los pies al suelo con ayuda de su padre omega para ir corriendo por las escaleras buscando a la vieja omega que era como la abuela, Agatha ya no era ama de llaves a pesar de que aun era obstinada en controlar a los de servicio, pero la familia la trataba igual que una familia, como siempre Gulf y Max lo hicieron.

—¡VE MAS LENTO! — ordeno Gulf preocupado de que se caiga, viendo como su hijo bajaba la velocidad.

Mew se acerco otra vez y se agacho ligeramente besando de nuevo la marca en el cuello de su omega, con una emoción en el rostro que no pudo ocultar.

—¿Qué estas tramado? — pregunto el menor sonriendo, pues ya conocía al derecho y al revés a su alfa y sabia que pasaba algo por su cabeza, y como un niño ocultando su travesura no dejo que Gulf escuche sus pensamientos.

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora