L Bello Durmiente

Capítulo 10

-¡Bienvenidos a una nueva edición de L Bello Durmiente!.- anunció Takada con un collarín ortopédico.-Seguramente se preguntarán por qué estoy de narradora en este capítulo. La razón que el otro día, cuando volvía de un importante viaje de negocios, tuve la desgracia de compartir el taxi con la autora del fic y tras una serie de eventos desafortunados chocamos contra un muro.

Pero creo que ustedes no están para escuchar la historia de mi pobre y conmovedora vida. La autora está bien, solo se rompió todos los huesos del cuerpo y tiene que guardar reposo por, digamos, un año. Así que desde este capítulo hasta el final seré la narradora oficial.

Veamos... En el último capítulo, mi adorado Light quedó perdido en el laberinto de matorrales, mientras que mi enemiga mortal, Misa, con su muy tétrico compañero le pisaban los talones.

Mientras tanto, los irresponsables padrinos buscaban a Light.

-¡Mierda! ¡Yo decía que había que ponerle una maldita correa para no perderlo! Pero no, la pelusa decidió que no le claváramos un chip en su enorme cabeza hinchada por su monstruoso ego, ¡porque sería inhumano!

-Mello, gritar no resuelve nada...

-¡No! ¡pero me hace sentir mucho mejor!-dicho esto desenvolvió una tableta de chocolate.- Además de mi precioso chocolate, claro está.

Matt se mantuvo silencioso, porque es muy dificil opinar sobre algo cuando se está inconsciente. Sin más remedio, Mello y Near siguieron explorando la zona boscosa porque no podían encontrar el laberinto.

Y hablando del laberinto, en la mitad de este, el tan guapo y adorado Light buscaba la salida que lo llevara un paso más cerca de cumplir sus sueños de amor. ¡Oh pero que romántico!

-Veamos, ya fui por ahí, gracias a estas fechas que marque en el suelo. Solo espero que este camino me lleve a la salida, llevo ya dos días aquí, y me estoy muriendo de hambre...-suspiró el castaño, con las mejillas algo hundidas y una mirada más de muerto que de vivo.

Utilizando el muy conocido método de llevar una mano pegada a la pared para no perderse, por fin, terminó el último tramo del gigantesco laberinto vegetal. Con los ojos vidriosos de la emoción dio unos pasos fuera, se tiró al piso y comenzó a besarlo.-Gracias diosito, gracias...

De un árbol descendió una sombra, se trataba de Ryuk saltando de un manzano, con no muchas manzanas a un vistazo más cercano.-Light, que gusto, ya me empezaba a aburrir, hasta estuve considerando seriamente en si escribir o no tu nombre en mi cuaderno.

-Oh... pues gracias por no hacerlo.

-De nada.

-Eso era un sarcasmo.

-... lo sabía.

Un rato de silencio. Luego Light se puso de pie como pudo.-Pues bien, ¡a continuar a por la princesa! ¡Elle voy por ti...!-pero al dar el primer paso cayó al piso. Ryuk lo miró, y revisó su Death Note para asegurar que no había escrito su nombre por error.

-Nop. Solo tengo el nombre del viejo que traía un carro con manzanas. Light, ¿estas bien?-hizo la pregunta obvia al pobre tipo en el suelo.

-Tú que crees... Estuve dos días sin comer ni beber nada... por lo que más quieras, dame aunque sea una de tus manzanas...-le suplicó tratando de agarrarle una pierna al espectro.

-¡No! Solo me quedan una docena de ellas, ya les puse nombres y todo. Mira, esta es Manzanita, hermana de Manzana, la cual se peleó con Apple porque lo estaba engañando con Little Apple. A si los vieras, las discusiones que tenían eran tan grandes que tuve que comerme a Apple para que quedaran en paz...