VII.

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Investigación  ×  Y  ×  Análisis.

Kaede estaba sentada en medio del sillón, el televisor estaba apagado, el control remoto por el que peleaban hace un par de horas, yacía frente a ellos en la mesa del centro, ya nadie le prestaba atención; Gon estaba sentado a la derecha de la Seiyu, Killua estaba en el piso frente a ellos y Leorio recargado en la ventana que esta junto al televisor, los tres escuchaban atentos lo que su amiga relataba con un llanto calmado. 

—Huí del lugar..., y no pude hacer nada al respecto, no pude ayudar a nadie... Probablemente ya todos estén
muertos —finalizó su relato. Con el pañuelo que Gon le había dado, secó por quinta vez sus mejillas mojadas, ya no quedaba rastro de su maquillaje, todo había sido lavado por las gotas saladas que salieron de sus ojos y sorbiendo su nariz, escuchó lo que sus amigos tenían por decirle.

—No puedes culparte por no hacer nada. Tú solo seguiste tus instintos de escapar del peligro, es algo racional del ser humano y si eso te hace mala persona, entonces todos en este mundo lo somos. No te culpes más.

Ella asintió para darle la razón a Leorio.

—¿Quién sería tan estúpido como para echarse de enemigo a los grandes líderes de la Mafia? —se preguntó Killua en voz alta.

—El Gen'ei Ryodan... —Tan sólo con nombrarlos, un escalofrío recorrió el cuerpo de los ahí presentes.

—¿Estás segura?

—¿Cómo lo sabes?

—Lo escuché... Alguien lo dijo.

Claramente ella les había contado todo, eliminando a Hisoka de la historia.

—Ellos..., ellos realmente son personas peligrosas y lo mejor será que nos mantengamos alejados —miró a sus tres amigos—. No quiero que ninguno de nosotros se acerque o se relacione con las arañas para nada. Debemos mantener los ojos bien abiertos y cuidarnos las espaldas, la Brigada está en la Ciudad y ya sabemos de lo que son capaces.

—Definitivamente así será, eso no está a discusión.

—Kaede... —Gon llamó a su amiga y ella lo miró— ¿Puedo...? —bajó la mirada apenado y sacudió la cabeza, luego la volvió a mirar—, ¿Puedo dormir contigo esta noche?

El semblante de Kaede se relajó totalmente y amenazantes lágrimas se querían formar de nuevo en sus ojos. Le regaló una sonrisa genuina a la vez que lo atraía hacia ella para abrazarlo.

—Ay Gon... —soltó un suspiro—, yo debería preguntarte eso a ti —dijo con la voz rota, sonriendo y dando cariñitos al cabello del niño—. Por supuesto que sí, dormiremos juntos.

—Deberíamos juntar mi cama  con la de Gon y dormir aquí los cuatro
—sugirió Killia con las mejillas rosadas y con rostro despreocupado.

—No es tan mala idea —Kaede se separó de Gon y lo miró—. ¿Te parece bien que hagamos eso?

—¡Uhm! —asintió el niño con una alegre sonrisa.

—Entonces ya regresó —se levantó y caminó hacia su cartera—. Me daré un baño y volveré con la pijama puesta ¿Sí?

—¡Aquí te esperamos! —le dijo un Gon muy entusiasmado. 

Los tres la vieron marcharse y al cerrar la puerta con ella fuera, Killua fue el primero en tomar la palabra.

—Leorio...

—¿Hmm?

—¿Crees que Kaede sepa la clase de personas que eran los que murieron esta noche?

Fruto Maduro. [Hisoka Morow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora