XIV.

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Amistad  ×  Verdadera.

El sol resplandecía con muy poco brillo en lo alto del cielo, se habían cumplido 24 horas de la desaparición de Kaede y sus amigos habían pasado una mala noche sin noticias nuevas acerca de la Seiyu.

—Kurapika no se ha vuelto a comunicar desde anoche —mencionó Killua mirando su teléfono, se encontraba sentado de cabeza en el sillón, sus piernitas pálidas descansaban en el respaldo y su cabeza en los pieceros.

—¿Qué otra cosa podemos hacer?
—Gon estaba sentado en el piso, acunando su rostro con sus brazos recargados en la mesita de centro. Su voz llevaba cierto tono de tristeza.

Leorio se encontraba sentado en el sillón frente a ellos, tomaba pasivamente una taza de café negro. Se oyó el vibrar de un teléfono y los tres se pusieron alerta, miraron el dispositivo que Killua tenía en la mano y este se sentó correctamente.

—No es el mío —informó arrugando la frente.

Aquello provocó que Gon revisara el suyo, negando también ser su aparato el responsable de llamar la atención de todos, dejando la expectativa en Leorio. El moreno dejó su café en la mesita y sacó su teléfono.

—Es el mío... —confirmó—. Es un texto —y lo abrió para leer el contenido de este.

From: Número Privado.
To: Leorio.

"1311 - 7432 - 9923⭐^_^💧: (7:01am)."

—Es de un número privado y es un número de teléfono —comentó Leorio.

—Qué extraño...

—Intenta llamar al número.

—Eso estoy haciendo.

Leorio tecleó los números y picando a un acceso directo, fue redireccionado a la llamada de ese número; dejó el teléfono en la mesita de centro y lo puso en altavoz. La llamada dio cinco tonos antes de ser tomada.

—¿Hola? —escucharon una temerosa voz femenina del otro lado de la línea.

Leorio estaba tardando en responder, parecía estar tratando de recordar a alguien con esa voz, así que Killua tomó la palabra.

—Hola, ¿con quién hablo? —preguntó el niño.

Hubo un pequeño silencio, los tres chicos se miraron confundidos hasta que volvieron a escuchar hablar a la voz desconocida.

—¿K-Killua? —habló con mayor seguridad y en seguida fue reconocida.

—¡¡¡KAEDE!!! —gritaron los tres al teléfono, la chica tuvo que alejarlo un poco de su oreja ante semejante grito.

—Hai... —respondió débilmente, pues sabía que le esperaba una buena reprimenda.

—¡¿Pero dónde demonios estabas?!
—gritó Killua.

—¡¿Tienes idea de lo preocupados que nos tenías?! —reclamó Leorio en el mismo tono que el niño.

—¿Te encuentras bien? —Gon fue el único que no le gritó.

—Chicos... Lo lamento mucho, pasaron muchas cosas pero ahora mismo no puedo contarles, estoy esperando... No puedo decirles, no puedo hablar mucho, pero estoy bien; pronto me comunicaré con ustedes, no se preocupen.

Fruto Maduro. [Hisoka Morow]Where stories live. Discover now