12. Vergüenza

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DISCLAIMER: LOS PERSONAJES, ASÍ COMO EL UNIVERSO EN EL QUE SE DESENVUELVEN, PERTENECEN A J.K. ROWLING. YO SOLO LOS TOMO PRESTADOS

N/A: Segunda parte! Ya sé que esta historia se está volviendo similar a una montaña rusa emocional. Discúlpenme jajajaja Quizá sea lo más cercano a mí propia personalidad que he escrito en la vida.

¿Dije que iban a ser dos partes? Ups, perdón. Ceo que serán tres jajajajaja

La palabra correspondiente al día de hoy es: veneno


12. Vergüenza

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Que se la tragara la Tierra.

Que se abriera en ese preciso momento y ella cayera hacia sus profundidades con todo y cama.

Cualquier cosa era mejor que la vergüenza que estaba sintiendo en ese momento.

Lo primero que notó al entreabrir los ojos fue que no se encontraba en su cama. Pensó que quizá estaba alucinando, producto del dolor tan terrible que estaba partiéndole en dos la cabeza. Sintió la boca seca y se giró para buscar en su mesita de noche el vaso de agua que siempre dejaba allí.

Y entonces vio la espalda de Draco Malfoy sobre su cama.

No. Esa no era su cama. No sabía en qué maldita cama estaba, aunque las cortinas color verde del dosel debieron darle la primera pista.

—¿Malfoy? —Hermione se restregó los ojos con incredulidad. ¿Qué mierda estaba pasando? Lo último que recordaba era haberlo visto sentado a su lado en la barra del bar—. ¿Qué pasó anoche?

Bajó la vista para ver si su ropa le daba alguna pista de lo que había ocurrido y, entonces, se percató de que estaba completamente desnuda frente a su antiguo compañero de escuela, con los pechos danzando alegremente al aire mientras él la miraba confundido.

Como fue capaz, jaló las sábanas para cubrirse el cuerpo y, al hacerlo, descubrió cierta parte de la anatomía de su acompañante que no recordaba haber visto antes.

Mierda.

De verdad era un digno exponente de la casa de las serpientes.

Mierda. ¿Por qué estaba pensando esas estupideces?

Enrojeció completamente y, con el peso del entendimiento escurriéndose lentamente por su cerebro como agua helada, dejó que su único pensamiento se deslizara a través de sus labios—: Mierda.

Draco Malfoy se levantó de su propia cama con el trasero al aire y se escabulló dentro de unas puertas dobles. El muy cretino estaba largándose, dejándola allí sola y completamente desnuda, sin una sola explicación de qué demonios había sucedido.

—¡No me dejes sola aquí, Malfoy!

Draco asomó la cabeza, con los ojos entrecerrados y gesto de no soportar su propia existencia.

—No grites, Granger. Mi cabeza va a explotar. —Él salió de lo que ahora ella comprendió era su armario, por fortuna ya enfundado en un pantalón de satín y camisa interior—. Sólo pretendía vestirme. Y no es que me queje, pero quizá tú deberías hacer lo mismo.

Las orejas le iban a empezar a humear en cualquier segundo, Hermione estaba segura de ello. Frunció el ceño y miró a Draco con molestia.

—Bueno, si no quieres —dijo él. Se encogió de hombros e inhaló profundamente—. ¡¡Blippi!!

DRAMIONE : Treintaiún formas de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora