DRAMIONE : Treintaiún formas de morir

17. Colgado

DISCLAIMER: LOS PERSONAJES, ASÍ COMO EL UNIVERSO EN EL QUE SE DESENVUELVEN, PERTENECEN A J.K. ROWLING. YO SOLO LOS TOMO PRESTADOS

N/A: Hola chicas! Primeramente una disculpa, me retrasé dos días con el fictober y bueno... en lugar de arrastrar esos dos días por el resto del mes he decidido que los dejaré para el último. Así, aunque este no es el capítulo 17 que escribo sino el 15, voy a dejarlo en el orden de la lista de palabras para después escribir y colocar en su sitio los capítulos faltantes.

Espero que así pueda continuar sin mayores contratiempos con el reto jejeje

Gracias por su apoyo chicas, no saben cuanto lo aprecio.

Este OneShot está basado en una conversación con Gallaecia Brigantia sobre mi fanart para el "Dibuja esto a tu estilo" de Kumatan Draws.

La palabra correspondiente al día de hoy es: café

17. Colgado

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Hermione bebió un sorbo de su café mientras leía El Profeta matutino.

Se preguntaba cuándo jubilarían a Skeeter pero, al parecer, esa mujer seguiría escribiendo hasta el día de su muerte. No, quizá incluso después de muerta se las arreglaría para continuar haciéndolo como fantasma.

Con que siguiera sin meterse con ella era más que suficiente. Encerrarla en un frasco a finales de cuarto año había valido totalmente la pena.

—Ya estamos listos, amor.

—¡Justo a tiempo! —respondió ella, mientras apuraba su taza y doblaba el periódico. Entonces volteó a verlo y sintió que se desmayaría.

—¿Qué mierda estás haciendo, Malfoy?

Draco observó a Hermione con una ceja alzada.

—¿Perdón?

—¡No puedes cargar a Scorpius así! —Corrió hasta él y, varita en mano, arrancó los amarres del fular y cargó al pequeño bebé en sus brazos—. Así no se usa, Draco. El bebé siempre debe ir con el rostro hacia el cuerpo de su padre, no al frente. ¡Vas a lastimarle la espalda! ¡¡Vas a hacer que se descoyunte su cadera!!

Draco se cruzó de brazos.

—Estás exagerando, Granger. Scorpius estaba más que feliz así, podía jugar con el estúpido peluche de hurón que le regaló Potter.

—Scorpius es un bebé, Draco. No sabe que lo lastima, sus huesos son flexibles. Tú eres el adulto, se supone que debes saber estas cosas. —Hermione besó la cabecita de Scorpius y lo abrazó con fuerza—. Ven, te mostraré cómo colocarlo.

Draco alzó el rostro, indignado.

—No. Sí yo lo voy a traer conmigo, lo haré como yo quiera hacerlo, Hermione.

La sangre de la aludida hirvió.

—¿Ah sí?

—Sí.

—¿Seguro, Malfoy?

—Totalmente seguro, Granger.

—Bueno. —Tras depositar un último beso en la cabecita de su bebé, Hermione lo sentó en su sillita del comedor—. Si no tengo más remedio...

Y entonces, antes de que Draco pudiera hacer o decir algo más, Hermione apuntó el fular con su varita y, tras un hechizo no verbal para agrandarlo, hizo levitar a Draco y se lo colocó como si se tratara de un bebé.

—¿Qué mierda, Grang...? Ahhh ¡Bájame! ¡¡Bájame, Hermione!! —Draco se llevó las manos a sus piernas—. ¡¡Me está apretando las bolas!!

Hermione lo colgó del aire, procurando que la posición fuera tan incómoda como lo era para un bebé al estar mal posicionado.

—¿Te gusta la sensación, querido?

—Nooo ¡Mierda, Hermione! ¡¡Ya bájame!! Mis bolas... Voy a morir aquí, colgado y sin bolas...

Hermione sonrió satisfecha y lo hizo descender con cuidado.

—¿Quieres que te enseñe como portear correctamente a Scorpius, mi amor?

Draco se sobó su adolorida entrepierna.

—Sí cariño —Draco la miró con resentimiento—, explícame cómo colocarlo bien para no lastimarlo.

—Con mucho gusto. —Hermione sonrió con malicia—. Por cierto, hoy te ves guapísimo. Si no te dolieran las bolas, te saltaría encima en este preciso momento.

Y fue así como Draco Malfoy salió de casa, porteando correctamente al pequeño Scorpius y olvidando su corbata en el sillón de la sala.

Era la segunda vez en su vida que Hermione le daba una buena lección a alguien, y no se arrepentía de nada.