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Lú se levantó

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Lú se levantó. Tenía el cuerpo
ligeramente cubierto por una fina capa de sudor. Sumándole todo el dolor que sentía en ella por a ver dormido sobre esas sábanas que Cornelio había preparado para dormir. Se había hecho de noche en menos de lo que había imaginado. Fue hasta el baño donde, recordaba, había dejado su ropa secando después de a verla lavado como pudo. Se la puso y cuando pudo salir del pequeño baño...sus oídos escucharon lo que jamás nunca le hubiera gustado percibir.

- ¡Si! - gritó una voz femenina desde
afuera. Lú agudizó el oído.

— ¡Oh sí! Sigue...sigue... - gritaron de
nuevo. La piel de Lú se erizó por completo, optando por un color
diferente. Ruborizada, intentó abrir la
puerta de la habitación. - ¡Más! Oh...si,
más... - la vista se le nubló por completo al observar a Cornelio haciéndoselo a una mujer en el diván. Tragó saliva. La oscuridad la ayudaba a ocultarse. Asco. Esa mujer no dejaba de gemir cada vez que él entraba en ella con fuerza. Y Lú podía verlo, observaba como se retorcía cuando Cornelio la embestia con ganas, bombeándola de placer, apretando las manos, gozando hasta el punto máximo ese inmenso deleite.

- ¿Te gusta? - le preguntó él. Aquella
voz la estremeció por completo. Tanto
que hasta procedió a morder su labio
inferior, deseosa...si...deseosa por estar en el lugar de esa mujer.

- ¡Sí., Dios...sigue! - le ordenó ella. Y
Lú en su lugar, también deseaba
que siguiera follándola, haciéndoselo,
observarlo todo. Cuando de pronto, los sentidos volvieron a su lugar y en vez de seguir observando, se encerró en la habitación de nuevo, haciendo sonar la puerta con fuerza.
Los gemidos se detuvieron. Lú sintió que moría, la habían descubierto.
Trató de esconderse en el baño, pero
él...ya estaba dentro de la habitación.

- Estas pálida- le dijo, al encender las
luces. Traía los pantalones a la cadera,
ligeramente sudado y despeinado.
- Si, si... debe ser.. - le respondió ella. No quiso mirarlo a los ojos por qué sintió que se ruborizaría de nuevo.

-Y como no vas a estarlo si has visto
lo de afuera. - Cornelio soltó una risa
pequeña.

- No ha sido intencional...

-Sí, claro!

-No me gusta ver porquerías. - le dijo
molesta. - al menos deberías tener un
poco de respeto por mí.

- Lo tengo.

-Oh claro... y por eso traes a esa pu.ta
a este departamento mientras yo estoy aquí. - se ruborizó de nuevo.

¿Por qué le reclamaba al propio secuestrador?

- ¿Te ha molestado guapa? Te recuerdo que esto no es más que un secuestro! - la miró. Ahora él también estaba enfadado, y al notar que ella igual, decidió seguirle el juego.

- Además... si lo he hecho es porque te has dormido en ropa interior...- Lú tragó saliva. Ahora si sentía la sangre sobre su rostro.

- Es que solo a alguien como tú se le
ocurre dormirse en ropa interior con
alguien que ni siquiera conoce. - la
miró a los ojos, comiéndosela con la
mirada. Sus ojos fueron a parar entre
sus senos, de nuevo pensó en lo dulce
que sabrían en su boca. Al igual que
su sexo. Delicioso.

- Y no dudaría...- susurró, y entrecerró la puerta un poco más de la habitación. Poco a poco fue aminorando la distancia que había hasta ella. - En pensar que estás
mojada... - Lú tembló por dentro
al escuchar esas palabras.
¿Cómo lo sabía? ¿Acaso...lo sentía? Relamió sus labios involuntariamente. - Mojada después de a verme visto haciéndoselo a alguien... - Lú retrocedía a medida que él se acercaba, tanto que fue a parar hasta la pared, chocando con ella, sin escapatoria, pues él estaba del otro lado, impidiéndole salir. - ¿me
equivocó? - suavemente posicionó sus
manos sobre las caderas de Lú.

Se había excitado en menos tiempo
con ella, que con la pu.ta que había
contratado para saciar sus deseos. Y
es que su deseo era ella. Follarla. Se
apegó a Lú, respirando su propio
aliento, y rozando su erección en el
vientre de ella, haciéndola sentir de
alguna manera todo lo que provocaba
en él. Se movió en círculos, la misma
Lú soltó un leve gemido.
Ahora si estaba realmente mojada.
Excitada en su punto máximo. - dime que quieres sentirme dentro de ti. - susurró él - dímelo...vamos...- No. - le dijo ella.

El sentido común había vuelto a ella a tiempo. Lú lo alejó, a pesar de tener las manos de Cornelio firmes en sus brazos.  Al menos tenía una cosa clara. - jamás estaría con alguien como tú.

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Hola mis amores bonita noche. Nomas termine escribir y editar la segundo parte de esta novela subiré más rápido los capítulos.

S-E-C-U-E-S-T-R-A-D-A ¹Where stories live. Discover now