Cuando uno de los criminales más buscados en todo Europa, lo convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Madrid, España, no duda ni un segundo en aceptar la oferta.
Lo que no penso fue en que quizá no terminaría su misión.
¿QUIÉN DIJ...
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- Me importa un co.ño lo que tengas que decirme, déjame en paz. - se le escapó un gemido. No podía contener las lágrimas ni un segundo más.
-Vaya, vaya..-.quién iba a pensar que la billonaria tenía ese vocabulario? - Cornelio abrió los ojos.
-Eres realmente insoportable..- quería llorar, ahora más que nunca.
Un sollozo salió de sus labios.-repugnante. - una lágrima se desprendió de sus ojos. - te odio.
- No llores
- Te odio muchísimo...
- No me gusta que llores. esas palabras salieron tan fugazmente que ni siquiera pudo escucharlas bien. Lo miró a los ojos, ahora ligeramente irritados por aguantarse las lágrimas. Cornelio también lo hizo.
- Suéltame por favor...
-Ya... - la soltó suavemente.
Lú respiró hondo. Desquitándose. Intentó irse, sin decirle nada más. Pero Cornelio volvió a voltearla para tenerla para él una vez más. - no quise que lloraras...a veces no se lo que digo.
- Olvídalo.
- Olvídalo tú primero...- él le sonrió. Lú no pudo evitar sonreír a medias por la preciosa sonrisa de ese hombre. - ahora, me dejas ducharme? O es que quieres...ducharte conmigo..
- No.
- Vale, vale.. - la vio salir. Menos cabreada que antes. Lo cual le hizo sonreír un poco más... "Lú, Lú" se dijo así mismo. Tenía claro que jamás le diría lo que ebria sí le había podido confesar y que ahora sentía: Me gustas, y cada vez más.
