Cuando uno de los criminales más buscados en todo Europa, lo convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Madrid, España, no duda ni un segundo en aceptar la oferta.
Lo que no penso fue en que quizá no terminaría su misión.
¿QUIÉN DIJ...
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- Tu amigo...
- Espero no te haya asustado, es un ca.brón... siempre ha sido así.- Cornelio abrió una lata de Tekate. Lú no le quitaba los ojos de encima. Había escuchado poco, pero lo necesario como para tener ciertas dudas.
- No me ha asustado.
- Entonces espero no a verte asustado yo.
-Te puedo hacer una pregunta?- sus bonitos ojos brillaron de repente. Cornelio la miró... que bien se sentía perderse en su mirada.
- ¿Qué?
- ¿Qué más harás conmigo? - le preguntó. Y en realidad era la pregunta que se había estado haciendo desde que había llegado ahí. Cornelio arrugó la lata, tirándola al pequeño basurero de la cocina. Y es que.. ni él mismo lo sabía.
- Te tendré aquí por un par de días más. - le dijo sin mirarla. No quería que ningún sentimiento estú.pido se pasara por él en ese momento.
- ¿Para qué? - le volvió a preguntar ella. Esta vez necesitaba saber más información, se puso de pie. -vas a matarme, es eso?
- No digas tonterías.
- Dime la verdad... lo he escuchado de tu amigo...
-Te lo dije, es un ca.brón. - Cornelio intentó irse, ahora fue Lú quién lo tomó de una mano antes de que él pudiera desaparecer.
- Dime. - le pidió. Cornelio bajó la mirada, la tibia piel de Lú rozaba con la suya tan exquisitamente, le gustaba, le parecía tan sublime. Volvió a mirarla.
- Te he dicho que no... - Susurró él. Ahora ligeramente tímido. Oh mierda. Odiaba con el alma sentirse de esa forma. Como si le costara hablar con ella.
- ¿Puedo saber por qué? - volvió a preguntar.
Y quizá esa era la pregunta más absurda que los oídos de Cornelio habían escuchado. Su propia víctima preguntándole por que no la asesinaba.
- Qué te de igual saberlo ¿vale?.. No te interesa. Es problema mío. - Cornelio la soltó de las manos, intentando irse de nuevo.
- Pero quiero saberlo..- Lú volvió a jalarlo, esta vez del brazo. Ya pesar de que él tenía la fuerza suficiente como para soltarse, no lo hizo. Sus fuerzas habían desaparecido en ese entonces.
- No quiero ir a la cárcel. No quiero problemas, solo quiero el dinero y te dejaré libre...
- Solo por eso? - Lú lo miró deseosa. Quería escuchar más. Tal vez un.. 'no te haría daño' algo que le diera una pista, una pista para qué? Ya ni siquiera ella misma sabía lo que quería.
- Sí -le respondió él. Y no diría más. - no quiero ni un jo.dido problema más en mi pu.ñetera vida. Ya son bastantes los que tengo.
- Perdón..- Cornelio se soltó esta vez. Lú lo dejó ir.
- Y pronto yo también dejaré de ser un problema para ti... - le dijo él. Como siempre. Sintiéndose la mi.erda más repugnante del mundo. La persona más cruel. El problema más grande. El y siempre él. Sin pensar que tal vez para Lú... y solo para Lú, él nunca había sido un problema. - pronto te dejaré libre...