treinta y uno.

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—Areum...

La chica realmente se sorprendió cuando al entrar a casa vio a su abuelo sentado en aquel sofá de siempre. Quiso suspirar, sabía que esto no era bueno, algo tenía qué pasar.
Sus padres la miraban con los brazos cruzados mientras esperaban a que ella se acercara.

—¿Si?— Preguntó acercándose a él. Tratando de pensar positivo, había sido aceptada a la universidad, no en la que quería pero no se quejaba, estaba cerca de los chicos.
Su ánimo ahora era el peor, y ver a su abuelo solo lo había empeorado, ¿no podían estar cosas a bien por unos días más?

—Se que ya entraste a la universidad, pero si te soy sincero, no estoy de acuerdo...— Areum abrió su boca sorprendida. ¿Que estaba diciendo ahora? Él mismo le había dicho que ya no importaba mientras sus notas fueran buenas, y había estado esforzándose.— Termina este año y el próximo me encargaré que te mudes al extranjero y termines la universidad allá.

Apretó sus puños con impotencia, sus uñas se encajaron fuertemente en la palma de su mano logrando lastimarse. La chica quiso gritar histérica pero en cambio se obligó a calmarse.

—No estoy de acuerdo en eso, abuelo.— Dijo finalmente.
Lo había decidido, su hermana tenía toda la razón, ellos solo estaban buscando una marioneta que pudieran manejar a su antojo, sus padres la estaban utilizando para su propio fin, y la habían estado manipulando tanto tiempo, haciéndola sentir miedo del fracaso, obligándola a obedecer sin objeciones. Eso debía de terminar, de ahora en adelante tomaría decisiones para ella misma.

Aún así no podía mentir, cuando las miradas de sus padres y de su abuelo se posicionaron sobre ella, la hicieron temblar.

—¿Que dijiste?

Areum respiro hondo antes de contestarle.

—Dije que no.— Su abuelo al escuchar eso solo pudo reír amargamente. Sus padres la miraban furiosos.— Creo que tengo la suficiente edad y madurez para hacerme cargo de mi misma...

Nadie dijo nada ante eso. El hombre se levantó de su lugar y se rió de ella, Areum no entendió por que pero aún así su semblante fue siempre el mismo, tratando de no verse intimidada. Les había dado la oportunidad de utilizarla tanto tiempo, y de verdad fue tonta por no haberse dado cuenta.

Su abuelo miro a la pareja y salió de aquella casa.
Apenas la puerta se cerró, sus padres rápidamente la atacaron. La mano de su madre impactó contra su mejilla, era de esperarse, pero aún soltó un jadeo.

—¿En que demonios estás pensando, Jung Areum?— Masculló su madre furiosa.
Areum la miro con tanto resentimiento que su padre tomó a la mujer de los hombros y la alejo.

—Debes disculparte con tu abuelo y pedirle...

—No voy a hacer eso.— Los reto.— Estoy cansada de que siempre quieran decidir por mi, ¡es mi vida!

—Por Dios, Areum, tienes razón, no eres una niña no actúes de esta manera.— Dijo su padre frustrado.— Deberías agradecernos, lo único que queremos es que tengas el camino fácil, ¿entiendes?

—Eso no es cierto.— Farfulló.— Son tan egoístas que ni siquiera pensaron sobre cómo me sentiría. ¿No ir a mi baile de graduación solo por desobedecer? ¿Entienden que si tan solo hubiera echo las audiciones probablemente estuviera en la universidad que siempre he querido?

—¿Entonces estás diciendo que ni siquiera fuiste al baile y lo hiciste solo para retarnos?

Esta situación la estaba frustrando tanto. Peino su cabello desesperadamente y dejó salir un pesado suspiro.

pathetic | hwang hyunjin Onde histórias criam vida. Descubra agora