Capítulo 5: Vive

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Sí he tenido días mejores.

Pero también he tenido peores.

—Gracias. —susurro, Dean asiente mientras me entrega la taza con chocolate caliente, bebo de ella mientras él toma asiento en el sofá al lado. —Lamento que tengas que estar aquí.

—Está bien, tú no me obligaste. —asiento, haciendo una mueca.

Dean se quedó conmigo, me acompañó a mi casa luego del trabajo. Son las cuatro de la mañana y me siento terriblemente culpable de hacerlo madrugar.

—Puedes irte a casa, Dean. —susurro. —Te estoy haciendo perder el tiempo...

—Hey, te dije que estaba bien. —lo miro. —De verdad. No me molesta acompañarte.

—Es sólo que... —estoy mirando a mi taza, no sé siquiera cómo me metí en este problema.

—Harry. —lo miro. —Puedes decirme lo que sea ¿lo sabes? No voy a juzgarte. —asiento, mientras regreso mi vista a la taza.

Necesito hablar con alguien.

Las cosas me están comiendo la cabeza y no puedo con el peso de todo.

—Yo... —niego. —Estoy seguro que no te va a gustar lo que te voy a decir. —él sonríe apenas con gracia.

—Hay muchas cosas que no me gustan, Harry. Pero no por eso voy a mandarte a la mierda. —niego.

—Es que no es cualquier cosa. —digo, los ojos me comienzan a arder.

—Ni que hubieras matado a alguien. —me dice, luego me mira con miedo. —¿Mataste a alguien?

—No. —digo apenas riendo. —No es tan grave.

—¿Entonces? —me dice, tomándome de la mano que tengo libre, suspiro.

—Es que... Hay un chico de la escuela...—comienzo, el estómago me está dando mil vueltas.

—¿Es el que va casi todos los viernes? —volteo a verlo.

No dije esto tampoco.

Louis suele ir los viernes en la tarde a comprar condones. A veces va por pastillas de emergencia, a veces me pide que se los lleve para cuando nos vemos. Es un asco, de verdad.

—Sí. —susurro. —¿Cómo lo sabes? —levanta los hombros.

—No lo sé. —me dice. —¿Qué pasa con él?

—Hace tiempo nos conocimos y me llevó a mi casa. —lo veo asentir. —Y terminamos... Bueno, terminamos juntos. —lo miro.

—¿Es tu novio?

—No, no, no. —susurro. —Sólo... Juntos.

Luego de un rato me mira.

—¿Te acostaste con él? —asiento, su agarre pierde fuerza pero no me suelta, de alguna manera estoy feliz por eso. —Está... Bien, supongo.

—No, no lo está. —digo. —Eso pasó hace más de dos meses y... Sigo accediendo a estar con él, y yo... Creo que me gusta y él sólo es... Una mierda conmigo todo el tiempo. —susurro, las lágrimas comienzan a mojarme las mejillas. Me siento estúpido en estos momentos. —Ni siquiera me ha besado, nunca lo hizo hasta hace una semana y me sentí como un idiota porque me encantó que lo hiciera y él es sólo cortante conmigo y en la escuela es un infierno y esto no ayuda, porque me trata mal en frente de todos y su novia me hace mierda la vida y yo lo dejo, Dean, lo dejo hacerme mierda porque es lo único que puedo tener de él.

Ya no me está mirando.

Apenas puedo verlo porque las lágrimas no me dejan.
Llevo mis piernas a mi pecho, me siento una mierda entera en estos momentos. Los brazos de Dean me abrazan y yo me siento pequeñito en el mundo, un idiota muy grande y una persona muy pequeña.

Cigarettes After Sex ☔︎  Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora