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      Después de haberle dicho eso, ella alejó lentamente su vista del rostro de Nikki dejándolo contemplando el perfil de la chica tal como si fuera una obra de arte.

—¿Quién eres?—preguntó retóricamente riéndose a carcajadas.

Mientras ella aún no contestaba, él seguía admirando su rostro con una felicidad trágica. Miles de pensamientos pasaron por la cabeza de ese rockero que había perdido la esperanza en esta vida, como si hubiera nacido una nueva forma de belleza la cuál el era el primero en contemplar de la manera correcta. Un privilegio.

Amelia rió junto con el.

—Esa es una muy buena pregunta—le sonrió de costado—Todos estos años y ni siquiera yo he podido responderla.

La chica se abrazó a sí misma al sentir el viento frío que corría a esas altas horas de la noche lamentando llevar puesta tan poca ropa. Nikki al ver ese gesto acercó a ella y le rodeo los hombros con su brazo para darle calor. Los pelos de la muchacha le erizaron poco a poco, no se hubiera imaginado que alguien como Nikki, quien se veía solitario y molesto con la vida pudiera entregar tanto calor con solo un abrazo y el tampoco tenía en cuenta lo bien que le hizo sentir a ella ese gesto.

—Es bastante tarde—dijo Nikki por fin rompiendo el silencio entre los dos. —¿Quieres que te acompañe a tu casa?

Ella le miró quebrando un poquito más el poco espacio que quedaba entre ellos.

—Eso estaría bien.

Los dos comenzaron a caminar en medio de la calle tambaleándose por todo el alcohol y las drogas que habían consumido.
Amelia le soltó la espalda a Nikki para llevársela al bolsillo.

—Me queda un cigarrillo—dijo sacando una cajetilla.—¿Lo compartimos?—Nikki asintió y le encendió el cigarrillo. Amelia le dio la primera calada y sonrió haciendo que el la mirara.

—¿Qué?

—¿Cuál es tu verdadero nombre?—preguntó ella repitiéndo seguidamente el nombre "Nikki".

El respondió con una profunda carcajada quitándole el cigarro de la boca a la muchacha.

—Nikki, me llamó Nikki Sixx.

—Eso es... Eso es muy extraño, hombre—respondió mientras los dos se reían—No te creo.

—¡Es verdad!

El la miró mientras sonreía, dios como le gustaba verla de perfil.

—Mi madre no me puso ese nombre de nacimiento,—continuó—si eso es lo que preguntas.

—Pero es tu nombre legalmente.

—Sí, yo mismo me nombre así.

—Muy bien eso es mucho más creíble—respondió ella aún incrédula a pesar de sus palabras.—Es un lindo nombre, memorable.

La forma en que dijo que memorable hizo a Nikki sonreír ampliamente, Amelia le hacía sentir cómodo como si fueran amigos de hace mucho tiempo, definitivamente sintió cercanía con ella, pues no era como las demás chicas que siempre lo rodeaban, esta le recordaba a alguien, a sí mismo. Era como si no hubiera habido ninguna posibilidad de que sus caminos no se cruzaran en algún momento de la vida y mientras más avanzaban en la calle y mientras más pasaba el tiempo, más se iba dando cuenta de que esta persona sería importante en su vida. ¿Lo gracioso de esto? Los dos estaban pensando exactamente lo mismo.

El silencio era tan cómodo incluyendo el nerviosismo de los dos asi que ninguno dijo ninguna palabra, no era necesario. Dieron la vuelta en una esquina y Amelia se paró en frente de una casa.

My kinda lover ||  Nikki SixxWhere stories live. Discover now