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Eran aproximadamente las 12 de la tarde y Amelia como nunca ya estaba levantada y lista para salir, de hecho la noche anterior se había quedado en casa con miedo de no despertarse a la hora para ir donde Nikki la había citado.
Había terminado su maquillaje y quedó mirándose unos minutos al espejo. Su estómago le dolía como si fuera a vomitar y estaba muy ansiosa cosa que a ella nunca le pasaba menos al pensar en un chico y odiaba saber que Nikki tenía ese control en ella pero nadie la había hecho sentir así mucho hace tiempo.

—¿A dónde vas tan temprano?—le pregunto una de sus amigas de la casaocupa.

—A ver a una banda ensayar.—al contestar eso se ruborizó al imaginarse viéndolos tocar.

—¿Desde cuándo qué te juntas con bandas primerizas?

—¿Desde cuando preguntas tantas cosas? -Amelia empujó a la chica amistosamente—Voy saliendo, no me esperes despierta—se despidió dándole un beso en la mejilla.

—¡No lo haré!—le respondió viendo a Amelia alejarse por la calle.

La castaña recibía las miradas de todos los extraños mientras caminaba pero hoy ni siquiera se había fijado en eso, su mirada iba al frente y su caminata era rápida como si fuera tarde a algún lugar y no tuviera tiempo de ningún tipo de distracción, para su sorpresa la casa de Nikki no quedaba muy lejos de la suya.

Entró a lo que parecía ser un estacionamiento y al mirar hacia arriba en las escaleras había un muchacho pelinegro afirmado en la baranda fumándose un cigarrillo.
Amelia se acomodó su chaqueta y comenzó a caminar a donde estaba Nikki quien ya había entrado de nuevo al departamento. Al subir las escaleras se quedó un largo rato afuera de la puerta y donde podía escucharle tocando el bajo y tarareando.
Encendió un cigarrillo y decidió llamar a la puerta.

Nikki dejó el bajo a un lado confundido. Al abrir la puerta pudo verla afirmada en la baranda con su pelo moviéndose junto al viento.

—Hola—saludó confundido—No esperaba verte tan temprano.

Amelia miro por atrás de Nikki notando que no había nadie más en su casa y al rededor todo era un completo desastre.

—Lo siento, es que realmente no me dijiste a que hora venir—espondió bajando la voz tímidamente en sus últimas palabras.

El sonrió.

—Pasa.

Ella entró analizando bien el piso en donde vivía, estaba lleno de latas y colillas por todo el piso, le recordaba mucho a su propia casa.

—Perdón por llegar tan temprano—rió disculpándose de nuevo—Estaba un poco ansiosa por venir.

Nikki quien se había sentado en el amplificador levantó la vista al escuchar la confesión de Amelia.

—No es nada, agradezco la compañía—le sonrió—¿Quieres algo comer?—preguntó y la muchacha asintió.

Nikki se fue a su cocina y Amelia acercó al bajo de Nikki y comenzó a tocar y a cantar And I love her.
El se acercó a ella con un plato de comida sin hacer ruido para no interrumpirla.
Amelia levantó la cara y se ruborizó al ver que Nikki había estado mirándole todo ese tiempo.

—Lo siento—dijo dejando el bajo en el suelo para ir a sentarse al sofá con el.

—Tu voz es muy hermosa.—le dijo pasándole el plato.

Amelia le recibió el plato con comida y quedó mirando a Nikki por unos segundos con una sonrisa de oreja a oreja. Al devolver los ojos al plato pudo ver que era solo arroz, el cual no se veía muy bien.

My kinda lover ||  Nikki SixxWhere stories live. Discover now