38 CAPÍTULO

461 101 31
                                    

Las llantas del carro que conducía Arthit chirrearon cuando la luz del semáforo marcó la luz verde, la velocidad con la que manejaba era por encima del límite permitido, pero eso era lo que menos le importaba ahora a Arthit, sus manos picaban por apretar el cuello de Neo hasta asfixiarlo, necesitaba asegurarse que Kongpob y su padre no corrían peligro.


Golpeaba el volante con frustración de reconocer lo ingenuo que había sido dejando la seguridad de Kongpob en manos de Neo, ahora toda la poca esperanza que Neo no lo traicionara se había extinguido. Las cartas que estaba jugando su chofer eran peligrosas, estaban afectando su plan y ahora estaba envuelta Namtarn a consecuencia de ello.


New no había enviado ningún mensaje sobre la ubicación de Prem, pero ahora Arthit podría asegurarse a sí mismo que confiaba más en Prem que en Neo.


El carro frenó justo en la puerta de la empresa, donde a esa hora, temprano de mañana, los trabajadores ingresaban con presteza para el día laboral que estaba por iniciar.


Colocó sus lentes oscuros antes de bajar y se dirigió hasta la oficina donde suponía que se encontraba Krekkrai a esa hora, necesitaba cerciorarse que estuviese bien.


Grande fue su sorpresa cuando abrió la puerta y el Rey estaba justo en el asiento detrás del escritorio mientras fingía revisar algunos papeles.


“Viejo inculto”


Pensó con sorna.


Arthit estaba casi seguro que su abuelo no sabía ni que decían aquellos papeles o si pudiese si quiera saber leer, nunca había estado realmente dentro de la empresa, siempre tuvo personas que trabajaron para él haciendo esto y aquello para que su riqueza creciera a una velocidad descomunal, pero sí de su abuelo dependiera, podía jurar que estaría en la ruina, incluso él no estuviera vistiendo un traje de diseñador o manejando un auto último modelo.




–Buenos días Ai Oon – saludó casualmente, fingiendo que la noche anterior no había sucedido nada importante entre ellos.


–Buenos días Su Majestad.


–¿Sabías que he perdido a mi amada? –la esquina de sus labios se levantó un poco.


–Para nada, justamente ayer hablé con la Reyna antes de retirarme de su casa – contestó con seguridad.


–¿De quién hablas?


–De P´Kenny, ¿de quién más podría estar hablando?


Con altanería el rey se colocó de pie y rodeo el escritorio por un lado para enfrentar a su nieto.


–Estoy hablando de la señorita que está encinta – sus manos se pasearon por el cuello mal acomodado de Arthit – supe que fue tomada por alguien ajeno al palacio y al parecer ha salido del país.


–La única esposa que reconozco como mi Reyna es Kenny Rojnapat, ninguna otra su majestad.


Las manos de Arthit tomaron las del rey y con fuerza las retiro de encima suyo.


–Te has convertido en lo peor, tu padre escupiría tu cara si supiera que le deseas mal a tu rey.


El comentario lastimó el corazón de Arthit, justamente como lo había esperado su abuelo, pero estaba dispuesto a luchar, él sabía que su padre había sido un hombre estricto y con poco amor a la familia, pero no creía que pudiese proteger a su padre más que a su hijo, mas sabiendo que éste lo había matado.

INVISIBLE (Kongpob/Arthit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora