CANADÁ [𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝]

5

🚩Aún no pongas la canción🚩

4 semanas después.

— ¡Esta es la peor idea en la que he estado involucrado en toda mi vida!— dijo Finn con los pocos alientos que le quedaban.

Ciara se encontraba algunos metros adelante de él, y aunque estaba bastante cansada, la sonrisa no se le borraba del rostro.

Se giró a verlo, la frente la tenía cubierta de sudor al igual que la zona de sus axilas, caminaba de un lado a otro como si le faltara el equilibrio y su caja torácica se expandía de una forma exagerada.

— ¡¿Dormiste bien?!— preguntó la chica, él levantó los hombros.

— ¡Eso qué importa!— le respondió Finn.

Los labios de ella formaron una sonrisa torcida y volvió a girar al frente, caminó un par de pasos de forma aligerada y su emoción volvió a su cuerpo.

— ¡Llegamos!— gritó, para comenzar a correr con sus últimas fuerzas, el chico soltó un pesado suspiró y trato de seguirle el paso.

La pelinegra frenó cuando estuvo cerca del abismo y sus ojos presenciaron la maravillosa mezcla del morado y el rosa los cuales jugaban con el brillante amarillo del sol, las nubes reflejaban este espectáculo que la naturaleza le estaba enseñando a sus lindos ojos azules.

Respiraba sin aliento, pero no por el cansancio, si no porque no tenía palabras para describir lo magnífico que se veía lo que parecía ser el final de la tierra, donde el mar se veía limitado y unido con el firmamento.

— Woah, esto es extraordinario— dijo Finn cuando por fin llegó a su lado y trataba de recuperar el aliento.

Ciara se quitó la mochila y rápidamente sacó las dos sábanas que traía para extenderlas sobre la verde y fina hierba.

Ambos se acostaron cansados, Finn se concentraba en normalizar su respiración, Ciara se concentraba en el paisaje que Nueva Zelanda le obsequiaba.

Al rato el rizado volteó a ver el perfil de la chica, 'estético y perfecto' pensó.

Levantó la vista y observó el pintoresco espacio.

— Lamento que no hayan ecuaciones en el cielo- comentó Ciara, él volteó nuevamente, pero para verla con ojos confundidos, ella mantuvo su vista al frente.

— Esto es incomparable con una ecuación— expresó, ella sonrió con sus labios.

— Lo sé— suspiró— desearía poder ser un ave para siempre estar en contacto con el cielo.

— Yo quisiera ser una cabra— dijo él.

— ¿Una cabra?— preguntó divertida, el asintió.

— Para poder estar sólo escalando montañas, y tener una increíble vista todo el tiempo— bajó sus ojos a la mejilla de ella y notó el pequeño lunar que tenía, el único que había en su fino rostro— Eres muy bonita Ciara— confesó impulsivamente.

Ella se recostó de lado y lo vio a los ojos.

— ¿Eso crees?

— No es una creencia, es un hecho— afirmó— y el que diga lo contrario está totalmente errado— ella sonrió.

— Tú eres demasiado atractivo Canadá, esta semana estuve pensando y tratando de explicarme por qué no tienes amigos o una novia— 'pero ahora te tengo a ti ¿no?' Pensó el pecoso.

— La afabilidad no es una de mis virtudes— detalló su cuello— Y toda la gente de ese maldito instituto la tienen.

— Yo no lo soy— el enarcó una ceja, lo que decía no era lógico— Que me hayas llamado la atención y haya querido hablarte es diferente— continuó, restándole importancia.