CANADÁ [𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝]

10

🚩Aún no pongas la canción🚩

1 mes después.

Ciara estaba haciendo la fila en la cafetería para reclamar su comida, sus ojos no se despegaban de Finn, el cual estaba sentado en su mesa totalmente solo.

Estaba dudando en si acercarse de nuevo a él, desde ese día no habían vuelto a hablarse.

Decidió hacerlo, el remordimiento la estaba carcomiendo.

Se acercó, se sentía como el primer día en el que se conocieron.

Finn con sus audífonos, mirando a la ventana y mordiendo su sándwich; a Ciara le sorprendía que volviera a esa mala costumbre alimenticia, con ella siempre comía el almuerzo de la cafetería, y ahora, todo era como antes.

— Te había dicho que dejaras de comer esas cosas— le comentó ella mientras se sentaba en la mesa, él ni siquiera la miró.

Ella esperó a que contestara mientras pinchaba su pedazo de carne, pero por obvias razones no lo hizo, Finn estaba a nada de levantarse de allí. Las marcas en su cuello aún se hacían evidentes.

— Te ves igual de lindo que el primer día— halagó.

Finn soltó su emparedado y lo metió en la típica bolsa de papel, se levantó para irse.

— Canadá por favor no te vayas, sólo quiero hablar contigo—  le pidió Ciara.

— Aléjate de mí.

La pelinegra se quedó allí sola, un nudo se formaba en su garganta, se sentía terriblemente mal y aún peor porque había arruinado todo con el primer hombre que la había amado.

El apetito se le había ido, se sentía como la idiota mas grande del mundo.

Se levantó de allí, dejó todo su almuerzo sin importarle nada y salió de la cafetería, los pasillos se encontraban totalmente solos, sin pensarlo empezó a caminar en ellos, en su mente sólo estaba la imagen de aquel muchacho y en su corazón un dolor inexplicable.

— Oye preciosa, ¿A dónde vas? — la voz de Oliver sonó, por primera vez, irritante para Ciara.

— Ni se te ocurra acercarte— amenazó ella, pero el rubio sin hacerle caso se le adelantó y se paró enfrente de ella.

— ¿Dónde está Wolfhard?— preguntó burlesco— ¿Pelea por ti y ahora te deja sola? Él es tan ridículo, por eso no deja de ser el rarito de este instituto...— la mano de Ciara golpeó la mejilla de Oliver.

— Me da igual si él ahora no me quiere ni ver en sus sueños, pero eso no cambia el hecho de que no voy a dejar de defenderlo del idiota que sea— contestó la pelinegra con firmeza y seguridad, la cual se acabó cuando Oliver la tomó del brazo con fuerza, obligándola a acercarse a él .

— Escúchame pequeña zorrita, te recuerdo que tú fuiste la que decidió acercarse a mí porque su amor no fue correspondido como quería.

— Suéltame Oliver— murmuró Ciara.

— Te crees tan especial solo porque piensas que vas a salvar a un desecho de esta sociedad— los dedos se enterraban cada vez más en el delicado brazo de Ciara.

— Oliver por favor suéltame, me estás lastimando— le pidió ella totalmente nerviosa y con los ojos cristalizados.

— Acéptalo Ciara, no pudiste salvar a tu abuela ¿Ahora crees que podrás lograrlo con él?— un golpe bastante bajo, que logró que Ciara por fin reaccionara.

Su rodilla se levantó para golpear el sexo de Oliver, el cual la soltó y se retorció adolorido.

— Eres una perra— dijo entre dientes.