Fallo

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— ¿Eh? — Kanao miraba los cristales — Y... ¿Qué hago? —

Mitsuri piensa un poco — No podrás participar hoy, yo le avisaré a Obanai ¿Vale? — Se sienta en otra silla y cierra los ojos, a los segundos los cristales se vuelven verdes.

Kanao suspira y se levanta de la silla.

¿Y ahora? Mira el lugar y empieza a caminar, los otros estudiantes simplemente la ignoraban, así que ella caminaba mirando los alrededores.

— ¡Kanao! — La profesora la llama desde lo lejos — ¡Espera! —

— ¿Mm? — La voltea a ver, corría haciendo que sus grandes pechos se sacudieran en el aire — Qué grandes... —

— Perdón, intenté hacerlo lo más rápido pero igual tardé — Sonrie — Ah, por cierto, un segundo en el reino espiritual son 3 en el reino físico —

— ¿Qué? — Eso era muy raro — ¿Enserio? —

Mitsuri asiente — ¡Es muy raro! Pero es así — Camina a su lado y toma su mano — ¡Vamos a la cafetería! —

— Kanroji — Una voz la llama — ¿A la cafetería? Creo que tienes un maldito trabajo que hacer ¿No? —

Ambas voltean a ver al dueño de la voz, un albino más alto que ellas, bastante guapo la verdad.

— E-Es que ella no pudo ingresar y... — Intenta encontrar una excusa que no fuese que quería ir a comer.

— ¡Y una mierda! Ve a trabajar, nueva, ve con Tomioka — Sacude su mano — Ahora —

Mitsuri infla sus cachetes y sigue caminando — Hasta luego — Kanao se despide.

Sin más indicaciones camina hacia la salida, mira las pinturas de los héroes y nota algunas diferencias en las armaduras.

La de Yoriichi-sama tenía una espada con el sol detrás en la parte derecha de su pecho.

La de Sabito-sama tenía un escudo con una montaña en la parte izquierda de su pecho.

La de Michikatsu-sama tenía una luna, una espada y un escudo en la parte derecha de su abdomen.

La de Makomo-sama tenía un arco y cinco líneas que parecían luces en la parte central de su abdomen.

Y la Giyuu tenía una lanza con un reloj de arena.

¿Qué significaban esos simbolos?

— ¿Te preguntas por los símbolos en las armaduras? — El profesor Rengoku le habla

— Maestro — Kanao hace una reverencia — Veía que eran distintos —

Kyojuro sonrie — Lo son, cada figura además de su arma significa la bendición que recibieron, Yoriichi-sama recibió la bendición del Fuego celestial, un ser espiritual muy poderoso y de los 3 más importantes en el reino espiritual —

Kanao escucha todo atentamente.

— Sabito-sama recibió la bendición del coloso antiguo, que es representado como una montaña, otra de las tres entidades más poderosas del reino espiritual — Sigue hablando Rengoku — Michikatsu-sama recibió la bendición de la Luz Divina, al igual que Makomo-sama, Giyuu-san recibió la bendición del Dragón Ancestral, era desconocido hasta que Giyuu-san fue salvado por él de una cantidad de Demonios superiores a 5000, luego de eso le dio su bendición y volvió a desaparecer —

Kanao aprieta sus labios — Hay... seres poderosos desconocidos ¿Verdad? — Rengoku asiente — Uh... —

— Ellos fueron los únicos y los últimos bendecidos, la orden fue creada hace 30 años, cuando Giyuu-san tenía 14 años, a esa edad se unió a la orden y empezó a desempeñarse junto a su grupo de amigos — Suspira — Lamentablemente hace 10 años cayeron todos menos él —

Kanao agacha su mirada — ¿Donde están las pinturas del... Rey Espiritual Maligno? —

Rengoku sonríe — Sígueme —

Luego de caminar un rato llegan a la sala de la Concentración.

— No hagas ruido — Él se quita los zapatos y los deja en un lugar de la entrada — Todos deben de estar meditando —

Luego de también quitarse los zapatos, entra a la sala, varios estudiantes más estaban en ella meditando.

Caminan unos segundos hasta llegar a un lugar, el profesor apunta hacia el frente.

Él es — En un susurro casi inaudible le habla.

Kanao mira la pintura, eran grande, unos 5 metros en total, abarcaba su buen pedazo de pared.

Una armadura igual que los héroes, pero negra con líneas carmín, pocas de ellas que subían de manera vertical, al inicio de sus pies eran anchas, y poco a poco se iban volviendo finas hasta al llegar al abdomen, alli ya eran hilos pequeños.

Poseía un abrigo ancho y grande sobre la armadura de color negro rojizo que caía hasta la mitad de sus pantorrillas.

Su cara estaba ensombrecida y tenía la capucha puesta, pero una sonrisa algo macabra estaba dibujada.

Unas marcas rojas salían desde su cuello, subiendo por la parte izquierda de su cara hasta más arriba, donde la oscuridad de la capucha no le dejaba ver.

Tenía sus brazos extendidos hacia los lados, una postura de prepotencia y mostrando su pecho.

Estaba parado en un risco, no había señas de que hubiese alguna casa o algún castillo o nada por el estilo, solo un risco con una montaña de arena rojiza detrás, en el cielo se podían ver una cantidad extrema de estrellas y hasta constelaciones.

Sus ojos son tapados por la mano de su profesor.

— ¿Sensei? — Intenta quitarse la mano, pero el maestro no se lo permite.

— No mires esa imagen por más de 2 minutos, puede que lo invoques en tus sueños — Ella asiente, así que el maestro quita su mano de su cara.

Le echa una ultima mirada a la obra ¿Una pintura podía invocar a ese ser en sus sueños?

Se fija en su armadura, buscando un símbolo... y lo encuentra.

Un puño hacia arriba, un semicírculo lo rodea, un rayo parte en 2 el semicírculo y baja por el puño, diferentes formas de estrellas están cerca de ese puño ¿Qué era?

Sigue mirando y encuentra en la armadura las formas de constelaciones, podía ver a varias conocidas, siguió revisando, si seguía mirando y seguía las constelaciones, pronto llegaría al sol ¿No?

Se fija muy bien, tanto como puede.

Sigue las formas de las constelaciones hasta que llegar a donde se supone estaba el sol, el lugar: Sus ojos.

Como si de un truco se tratase, cuando mira el lugar luego de seguir las constelaciones, unos ojos rojos la miraban con esa sonrisa macabra y ambas cejas alzadas, como burlándose.

— ¡Kanao! — Es lo último que escucha.

Una existencia - KanaoWhere stories live. Discover now