1 - El discurso

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Los ciudadanos de ConfinaTown se encontraban expectantes a las noticias. Algunos de ellos atentos a sus teléfonos, otros, a la espera del anuncio por la televisión, solos o en compañía. Los había que tendrían que esperar uno o dos días para recibir la información gracias a los cuchicheos de los demás o a algún periódico informativo y para otros no les supondría ningún cambio conocerla o no; en cualquier caso, el nuevo alcalde de la ciudad, nombrado Carlos de Confinatown, iba, por primera vez en mucho tiempo, a comparecer frente a todos los ciudadanos por televisión tras su salto al poder, creando así una evolución que no solo se vería plasmada políticamente, sino que también haría pivotar las vidas de muchos ciudadanos de la urbe.

«En breves instantes intervendrá el alcalde de la ciudad para indicarnos las medidas adoptadas frente a la epidemia actual» Comentaba la reportera del canal local de noticias. «Se trata de la primera vez desde que se inició la pandemia que un alcalde toma la iniciativa de comparecer ante los ciudadanos, posiblemente para indicar un cambio de rumbo en las relaciones y diálogos por venir. Le escuchamos:

»Ciudadanos y ciudadanas de ConfinaTown, me dirijo hoy a todos vosotros para explicaros la evolución de la pandemia que nos rodea y las medidas que nos vemos obligados a tomar dada la situación actual en la que nos encontramos. Hemos pasado momentos duros, nos tuvimos que encerrar en casa para proteger a nuestros prójimos y evitar un colapso en los hospitales irremediable. Hemos hecho prueba de unidad para crear vacunas que en épocas pasadas habrían tomado décadas en ser efectivas. Hemos dudado, nos hemos decepcionado y hemos caído en depresiones, pero poco a poco y todos juntos, estamos consiguiendo aquello que buscamos durante tanto tiempo y que aún no habíamos conseguido.

»Hace más de diez años que no existen cambios en nuestras vidas. El teletrabajo, las compras a distancia, la importancia de la conexión internet, temas que sin lugar a dudas han formado parte de nosotros y para los que un cambio en la actualidad resulta casi inimaginable.

»Hoy, vecinos de ConfinaTown, tengo una noticia que daros, tan importante que me ha permitido dar el paso de hacerlo personalmente en nuestro canal local. Como habéis podido descubrir en algunas ciudades de nuestro alrededor, la situación está mejora poco a poco. El virus, anclado a nuestra vida desde hace, como decía, más de una década, nos está dejando. Así lo demuestran en todo el reino, hay urbes que llevan días sin casos y eso les ha permitido volver a ver la luz y establecer medidas excepcionales.

»Ciudadanos, ciudadanas, debo informaros de que hace cuarenta y ocho horas que no existe rastro de la epidemia en ConfinaTown; en cierto modo, estamos libres de él. La decisión que voy a anunciaros no ha sido fácil de tomar. Tras un debate de largas horas entre los miembros actuales del gobierno, y después de numerables y justificados intercambios, hemos llegado a la siguiente conclusión: A partir de hoy, 14 de Mayo de 2031, a las doce del medio día, queda abolido el confinamiento obligatorio en la ciudad y todo su territorio. Después de diez años encerrados, necesitamos volver a salir, reactivar la actividad tanto individual como grupal, y volver a trabajar y socializarnos. Debo daros las gracias y aplaudir el esfuerzo que habéis hecho. Sois un ejemplo a seguir.»

Las caras de asombro aparecieron en cada uno de los habitantes de la metrópoli, durante un instante, muchos de ellos quedaron petrificados ante la noticia. Sus vidas habían dado un vuelco y otros debían, a su pesar, enfrentar de nuevo el mundo exterior.

«Ya habéis escuchado las palabras del alcalde Carlos de ConfinaTown, a partir de hoy a las doce, queda abolido el confinamiento, una noticia que, sin duda, permitirá a los habitantes de la ciudad poder disfrutar de ella sin restricciones. Buenos días. Marta Brownie, para ConfinaNews.»

Al contrario de lo que se esperó. La noticia no fue aplaudida por todos. Se escucharon gritos de rabia por la ciudad, los vecinos salían con cacerolas a los balcones para protestar contra el desconfinamiento. Los mensajes en aplicaciones seguidos del hashtag #queremosseguirencasa no tardaron en aparecer. El mundo exterior estaba esperándoles de nuevo. Las tiendas, bares y otros comercios, que hasta el momento se habían dedicado a la venta por internet, podían volver a abrir, siendo obligados a reorganizar el local para poder acoger público. El descontento entre la población se dejó notar, pero la medida, necesaria según las palabras del alcalde debía aplicarse. ConfinaTown volvía a recuperar la libertad.

Los primeros ciudadanos que pisaron la calle fueron los seguidores del alcalde, sus militantes, que lucharon por el cambio de poder durante casi cinco años para acabar con la dictadura creada gracias al virus dando lo que se conoció como el «golpe de estado virtual». Dispuestos, pero con cierta suspicacia, muchos abrieron las puertas de sus casas casi por primera vez desde el comienzo de la pandemia.

—Señor Alcalde, ha sido usted muy valiente —apremió la concejal tras el discurso televisado—. Sabe que llegan momentos difíciles, las disputas con la oposición no son nada fácil, sobre todo, después del golpe de estado que han perdido.


A algunos cientos de miles de kilómetros desde su nave espacial en órbita por la Luna, Elidroide se acercaba poco a poco a la atmósfera terrestre

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A algunos cientos de miles de kilómetros desde su nave espacial en órbita por la Luna, Elidroide se acercaba poco a poco a la atmósfera terrestre. Hace tiempo que estudiaba a los humanos, sus comportamientos, su forma de vestir, sus capacidades o reacciones ante cada situación, entre otros, gracias a las ondas electromagnéticas que le llegaba desde la distancia. Decidió escaparse de su planeta y civilización en busca de nuevas aventuras durante un tiempo limitado, no más de una semana, y eligió la tierra como el lugar adecuado para avanzar en sus estudios. Ahora estaba allí, había conseguido su objetivo, ya solo debía conseguir mezclarse con la población y analizar sus comportamientos.

—Muy bien —dijo para ella misma con un acento español bastante acertado—. Ahora solo queda elegir un punto en el que aterrizar.

Cerró los ojos, y marcó con el dedo un lugar al azar en un mapa del mundo que ella misma había dibujado.

—ConfinaTown, ajam... No la conozco muy bien, pero parece un buen lugar para comenzar. Grande, cosmopolita y desarrollada. ¡Allá vamos!

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