Prologo

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(Hace unos días, alguien me preguntó qué era lo que más extrañaba de mi vida antes del brote.)

(Nunca no lo había pensado. Estoy demasiado ocupada tratando de mantenerme con vida, supongo.)

(Creo que ya tengo la repuesta. Extraño el lujo de sentirme a salvo.)

(Los sobrevivientes que hacen de esta comunidad su hogar gozan de ese privilegio.)

(Las barricadas y las torres de vigilancia los mantienen a salvo.)

(Mi trabajo, y el trabajo de mis hermanos de armas, es proteger esta sensación de seguridad para ellos.)

(Día tras día, salimos y arriesgamos nuestras vidas para traer suministros.)

(Pero... no hemos tenido tanto éxito últimamente...)

Perdida en mis pensamientos, llego al cuartel general.

Afuera reina un silencio inquietante. La brisa acaricia mi nuca, dándome escalofríos.

(Otra vez llega diciembre... ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí...?)

— ¡Buenos días, Lucy!

— ¡Ah, buenos días! Oye, ¿Has visto a alguien más de la unidad de Jacob? Suele haber alguien de guardia afuera, pero...

— ¡Oh, están en la sala de conferencias! Se rumorea que a tu equipo se le asignará una nueva misión.

—Será mejor que me apresure a entrar, entonces. ¡Gracias!

—No hay problema. ¡Mantente a salvo!

Sintiendo curiosidad por esta nueva misión, me apresuro a la sala de conferencias.

Antes de llegar, veo a uno de mis compañeros apoyado contra la pared con los brazos cruzados.

(Si alguien sabe qué es esta misión de la que hablan, esa persona es Raven. Se lo preguntaré a él.)

—... Hola.

Raven asiente, comunicándome que me escucha.

(No le gusta mucho hablar... especialmente por las mañanas.)

— ¿Qué es esto de una nueva misión?

Raven pone los ojos en blanco y se endereza.

—Otra vez nos mandan a hacer la compra.

— ¿Han encontrado algún depósito que no hayamos revisado ya? Eso sería un alivio... pero entiendo por qué no te gusta mucho la idea.

—... No es algo que espero que todo el mundo entienda.

(Parece que está preocupado por algo.)

—Somos compañeros de equipo, Raven. Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?

—No es una cuestión de confianza, es... que quiero pelear. Quiero matar hasta el último maldito zombi de este mundo. Quiero recuperar el mundo para nosotros.

(¿... No es eso lo que queremos todos?)

—En cambio, tengo que escabullirme, rodando comida como una rata.

—Comparto tus sentimientos, Raven. Sé que perdiste a tu hermano en esta guerra y...

Raven me mira con los ojos entrecerrados.

—Lo... lo siento.

Avergonzada, aparto la vista. Raven se queda en silencio un momento, pero luego sus hombros se relajan.

—No debería sorprenderme que lo sepas. No hago mucho por esconder cuánto odio a esos monstruos.

—No estás solo, ¿Sabes? Puedes contar con nosotros.

Attack of the DeadWhere stories live. Discover now