CAPITULO 3

78 8 2
                                    

Peeta.

Sigo a Max junto con Delly en completo silencio por dos razones, la primera es que no sé qué decir y la segunda es porque aun me siento abrumado por lo que vi. La forma en que se refirió tan groseramente a los chicos es algo raro en él, mucho más cuando al parecer la presencia de la chica de cabello negro le resulta repulsiva.

Una vez que estamos en la cocina me doy el lujo de observar con mayor detenimiento el lugar que es el doble de grande que mi casa.

—Les ofrezco mis mas sinceras disculpas —nos dice Max con la cabeza un poco gacha —estoy profundamente avergonzado.

—No te precupes —digo sereno—, de hecho soy yo el que te ofrece una disculpa, no quería invadir tu hogar pero tu hermana insistió.

—Te arrastró querrás decir —me interrumpe Delly molesta.

—Madge es así —argumenta su hermano un poco incómodo.

—Sólo intentó ser amable —alego tratando de disminuir la tensión.

Me siento fuera de lugar. Nunca soy mediador en nada, me conozco y pierdo la paciencia con facilidad y heme aquí, intentando ser razonable.

—Sólo vine porque tengo fresas —suelto al fin.

Él asiente y saca su billetera del bolsillo del pantalón. Tras hacer el intercambio me dirijo a la puerta pero su brazo me detiene.

—Sé que está de más decirlo, pero les agradecería discreción. Ya sabes, los trapos sucios se lavan en casa y resulta que mis padres son amigos de los padres de Andrew y Katniss.

—Cuenta con eso —afirmo y tras darle un asentimiento salgo de la casa. Camino unas cuantas cuadras con Delly en completo silencio.

—Fue de locos —comenta ella rompiendo el silencio.

—Si fue algo extraño —concuerdo.

—Para empezar no sabía que Matthew Undersee tuviera algo con esa niña.

Su comentario me molesta, aunque no tengo ni la menor idea del por qué; quizá por el hecho de que pensaba que ella, Katniss, era diferente. Ni siquiera sé porque idealizaba a esa chica pero tal parece que es de tener muchos "amigos", pues el otro rubio, Andrew, también mostraba interés en ella.

—Me importa un bledo la vida amorosa de los Undersee —declaro, y mi voz sale más fuerte de lo que pretendía. Delly se detiene y me observa por un instante—. ¿Qué? —pregunto con la ceja alzada.

—Estás extraño, no sé... Diferente.

—Sólo quiero que este estúpido día termine. Mejor vamos a prepararnos para ir a la plaza.

El resto del camino guardamos silencio. No puedo evitar pensar en las palabras de Delly, pero pensar me enoja, y mi enojo me parece inútil porque no resuelve el verdadero problema que se me avecina. Al final decido que no sirve de nada amargarme la vida y mucho menos hacerlo en un día de cosecha, nada cambia el hecho de que dos chicos se irán el día de hoy si o si.

—Nos vemos en la plaza —le digo a mi compañera.

—Ponte algo bonito —contesta sin humor.

Al llegar a casa me encuentro con mi madre y Thom listos para salir. Él lleva mi primer traje de cosecha: un pantalón gris y una camisa blanca por dentro; la cual le queda demasiado grande a pesar que mi madre la ha ajustado un poco.

Los saludo rápidamente y voy rumbo al pequeño cuarto de baño, en donde me espera una bañera con agua caliente. Cuando el agua hace contacto con mi piel me siento un poco más relajado, me restriego toda la tierra y el sudor y coloco una toalla al rededor de mi cintura. Al salir me encierro en la habitacion que comparto con mi hermanito y justo cuando termino de ponerme el bóxer escucho que tocan la puerta.

VENCEDORESWhere stories live. Discover now