nakamoto yuta

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-¡Helado!

Hyuck corrió a una pequeña heladería que se veía a lo lejos, atravesando a las personas reunidas en el parque, mientras Mark y Yuta venían detrás hablando tranquilos. Me adelanté para alcanzar a Lee hasta que escuché un estruendo, un muchacho estrelló su bicicleta en un árbol, debido a la cercanía, me apuré para ayudarle.

-¿Estás bien? ¿Te duele algo? -me siguió con la mirada hasta que me acerqué.

-Oh, no es nada. -me observaba con una pequeña sonrisa adolorida e intentó enderezarse pero falló- Auch, mi tobillo.

Apartó la bicicleta que descansaba sobre su tobillo y lo tomó, aún mirándome.

-¿Puedes pararte?

Me levanté y me imitó, en aquel intento tropezó sujetándose de mi cintura.

-Ja, esto está difícil.

Agarrado del árbol, me acercó más y comenzó a caminar como podía.

-Estás muy callado, Yuta. -escuché a Mark por lo lejos y giré, el japonés me miraba cruzado de brazos.

-No puedo planear un homicidio en público.

Soltó con disgusto en su cara, aún con los ojos clavados en mi.

-Oye, preciosa. Podría tratarse de un esguince, ¿intercambiamos teléfonos? Nunca puedes encontrar gente tan amable y atractiva.

El muchacho sonrió coqueto mirándome de arriba a abajo y agitando su celular. Tímida, se lo marqué y se fue en su bicicleta, sin antes guiñarme un ojo.

Fuimos por el helado y volvimos luego de visitar el cine, mientras tanto Yuta me ignoraba por completo incluso en la casa. Necesitaba saber el motivo, así que decidí visitar su cuarto.

-Yuta -golpeé su puerta-, ¿podemos hablar?

Sin escuchar una respuesta por largos segundos, ingresé al cuarto oscuro donde reposaba con su móvil. Me senté a su lado y seguía callado, sin siquiera levantar su vista.

-¿Qué pasó, leoncito? -intenté sonar amigable hasta que una mirada llena de furia me atacó.

-¿Qué pasó? -volvió a su móvil y rio sarcástico- ¿En verdad te atreves a preguntar eso?

-¿Podrías contestarme?

En segundos, me lanzó a la cama y colocó sobre mí, mirándome serio con sus brazos de costado.

-El idiota de la bicicleta. ¿Cómo pudiste ser tan descuidada e ilusa?

-¡Oye!

-¿Siendo insultada? Así me sentía yo, ese baboso escaneándote y tú tan despreocupada. Hasta parecía que te agradaba -golpeó la cama con un puño a mi lado y subió su mirada-. Parece que no supieras quién es el mejor para ti.

Bajó rápido y unió nuestros labios en un feroz beso, seguí sus pasos hasta que insertó su lengua, allí perdí el control. Tomó mis caderas y pegó su pelvis a mi centro, creando roces de grandes movimientos. Su lengua recorría mi boca mientras desabrochaba mi short. La calentura de aquel beso y sus constantes meneos me quitaron algunos suspiros, cosa que Yuta notó e inmediatamente metió su mano en mis bragas.

-Ya estás mojada -sonrió de costado e insertó dos dedos en mi, robándome un gemido-. ¿Ahora cómo debo hacerte entender que esto es un castigo por coquetear con un imbécil?

-Yuta, yo no...

-Quítate la ropa. Ya.

Se sentó en el borde de la cama y, al verme quieta, chasqueó sus dedos y señaló al frente suya donde me paré.

-Con tanta espera, me enfadaré aún más -entrecerró los ojos y bajó su tono-. No quieres eso, cariño.

Mi ropa ropa era lo único que me cubría cuando me posicionó en medio de la cama en cuatro, mientras tallaba mi cuerpo. Rio al sentir mis escalofríos por sus largas dedos y se quitó la remera para dejarla en el piso y tomar algo. Escuché su cinto desabrocharse y sujetó mis manos, las ató y me empujó hacia adelante.

-Hoy tomaré el control, okay? -intenté levantarme y golpeó mi trasero- ¿Okay?

Asentí rápido y otra nalgada cayó para hacerme soltar un bajo "sí". Lo oí reír y jugueteó con su duro miembro en mi entrada, lo movía tan rápido que intenté ahogar mis gemidos en la almohada.

-Si ya gimes con esto, lo que te espera -dijo burlón y se adentró de un golpe-.

Con duras estocadas y sujetada del cinto, me hizo delirar. Sus gruñidos tenían un tono bajo que nunca había descubierto, era tan excitante. De a poco, con cada nalgada o ajuste de cinto, logró que mi cuerpo comenzara a tensarse.

-Yuta, yo... -intenté explicar mis intenciones con el accidente para reducir su rudeza antes de que explote pero las palabras lo salían.

-Cierra la boca -golpeó mi trasero y lo estrujó fuerte-. No quiero oír torpes excusas.

Sus duros choques comenzaron a atontarme y me recosté en la almohada. Siempre que lo oía reír debía alertarme, y esta vez no me equivocaba: colocó algo en mi clítoris. Bajé la vista encontrando un anillo vibrador, me giré y lo vi sonriendo de costado tapado por sus largos mechones. Luego, me atrajo a él mediante el cinto y apoyó en su pecho cuando noté mi celular en su mano. En vano eran mis intentos de quitárselo, sus choques y el vibrador me dejaron torpe. Lo desbloqueó y entró al chat del muchacho, abrió la cámara y, con una mano en el celular y la otra con el anillo, comenzó a grabar de nuestra boca hacia abajo.

-Gime -susurró en mi oído besándolo-, que sepa que no te tendrá.

Quise morderme el labio y gruñó un "Vamos, puedes más que eso" para chupar el lóbulo de mi oreja. Lloriqueé su nombre y sonrió satisfecho así enviarlo. Lanzó el celular y jugó con mis senos.

-Aprietas tanto -gimió en mi oído-, me encanta.

Me recostó nuevamente y aceleró sus movimientos tomando mis caderas. Rendida, grité su nombre mientras él susurraba el mío entre jadeos. Al recuperar el aire, me desató y sentó a su lado para tomar mi mentón y besarme lentamente, luego reposó nuestras frentes juntas.

-¿Baño? -sonrió y asentí avergonzada.

Me colocó una remera suya y nos escabullimos al baño. Ya cerrando la puerta, Jaemin salió de su cuarto sorprendido y me vio, rápidamente cerré la puerta y fui a la ducha con Yuta.


-n/a: soy simp de yuta 🥵 quedó algo largo pero era necesario :s
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