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DRACO ESTABA EN SILENCIO ESA NOCHE PENSANDO EN Holly, o más bien en lo que hay dijo.
Harry quería hablar un poco con Draco, pero este se encontraba mirando el horizonte, el viento golpeaba su rostro y su pelo danzaba gracias a ello.
─ Draco...
─ ¿Si, Potter?
─ ¿Sucede algo? ─ Preguntó algo preocupado.
Draco lo miró y negó con la cabeza. ─ Todo está bien.
─ Genial. ─ Nuevamente volvieron a quedarse en silencio.
─ Potter.
─ ¿Si? ─ Los dos chicos se miraron, Draco miró unos segundos los labios de Harry para luego mirar el cielo.
─ ¡Mira una estrella fugaz!
Harry miró rápidamente y logro ver la estrella que pasaba. ─ Hay que pedir un deseo.
Draco cerró los ojos pidiendo su deseo, al igual que Harry.
─ Hey Potter. ─ Llamó Draco, el chico abrió los ojos y lo miró. ─ Realmente me agrada pasar tiempo contigo.
─ A mi también. ─ Contestó sonriente Harry.
─ Creo... que realmente quiero besarte ahora. ─ Confesó dejando sorprendido a Harry. ─ Pero no quiero asustarte.
─ Oh, no e-esta bien. ─ Harry había besado antes, por supuesto que sí, pero por alguna razón se sentía nervioso.
Nunca había besado a un chico antes.
Y Draco tampoco.
─ ¿Puedo besarte? ─ Preguntó Draco.
Harry asintió nerviosamente, Draco sonrió de lado y se acercó a Harry. Colocó su gran mano en las mejilla de Harry, el chico de anteojos se estremeció ante el toque, su anillo estaba algo frío.
El rubio cerró los ojos y se acercó lentamente a Harry, quien lo imitó.
Sus bocas se unieron en un beso lento y tierno, no tenían apuro alguno. Estaban disfrutando de ese momento sin molestias. Harry se sentía bien, le estaba gustando ese beso.
Draco se sentía completo, sintió como su corazón se llenó de amor.
Pero rápidamente se alejó del chico de anteojos, lo miró algo asustado, se levantó del suelo y salió de la habitación de astronomía dejando a un Harry algo confundido y dolido.
¿No le había gustado como besaba? ¿No le gustaba él?
