Capítulo 42

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Había pasado todo el domingo ocupada, no tuve tiempo ni siquiera de revisar las redes, hoy me sorprendí al ver los estúpidos titulares de "Por fin sabemos quien es su amor real" "Era de saberse" "¿Romance entre un futuro Doctor y una hermosa modelo?"

El último no puedo ni pensarlo, me sigue fastidiando la mente ¡Yo también seré una futura Doctora! No quiero desistir a mi sueño.

No había escuela el Lunes, pero si muchas horas de trabajo como modelo, y en la tarde grabación de la película; me llegó la noche.

El único lugar en el que ahora me siento un poco más segura es aquí, en la habitación de mi padre, él sigue postrado en la cama mientras estoy en el sillón, viendo al suelo repitiendo mentalmente algunos lamentos y oraciones; ya no sé que más hacer.

—¿Keila? —

Escucho la voz del Doctor Christopher, levanto la mirada para notar que ha entrado a la habitación y se está parado frente a mí.

—Hola, Doctor —respondo amable.

—¿Qué haces aquí? —cuestiona confundido.

—¿Visitando a mi padre? —respondo un poco dudosa—, ¿Cómo sigue? ¿Algunq novedad?

—Keila... —suspira con melancolía— es mejor que te prepares para lo que sigue.

—¿Porqué? —pregunto con miedo a la respuesta— ¿De qué habla?

—Tu padre firmó...

—¡Sí, ya sé que firmó, pero aún falta tiempo!

—El papel dice que si no hay mejoras deberán desconectarlo un mes antes.

—¿Qué?

—Es la voluntad de tu padre.

—No, pero... ¡Debe haber solución!

—Entre más pronto lo asimiles, será menos doloroso para todos.

Sus palabras resonaban en mi mente, ni siquiera trato de asimilarlo, no puedo, todo parece un mal sueño del que no puedes escapar, mis ojos se cristalizan al instante.

—Solo trato de ayudarte...

—¡Largo de aquí! ¡Largo! —grito furiosa.

Estoy sintiendo todo tipo de emociones de una manera tan vacía y melancólica, las lágrimas salen solas y, el tiempo sigue, seguirá sin importar nada.

—Keila —habla de repente una voz suave y melodiosa—, ¿eres tú?

La sorpresa me invade y al instante limpio mis mejillas con las manos para ocultar mi llanto, volteo para verla y ahí esta, con una mirada de asombro directa hacia mí, en sus manos trae algunas flores frescas.

— ¡Susan! —me levanto del sillón.

—¡Keiliz —se acerco para abrasarme—, pero cuanto tiempo ha pasado!

Susan tenía historia con papá, habían llegado hasta ha comprometerse, pero luego de un viaje de papá pospusieron su boda, y sé dieron un tiempo.

Lamentablemente ese tiempo se vio interrumpido por un accidente, y ahora ella está aquí, la verdad que ella es la persona indicada para papá, tan amable, pacífica y comprensiva, son tal para cuál.

—¡Pero haz crecido tanto! —se aleja un poco para verme— ¡Eres toda una señorita! ¡Ya casi una mujer!

—Gracias, Susan —agradezco rieno—. Tú igual te ves bien, ¿como te ha ido?

—Bien, muy bien... pero cuéntame de ti, desde hace mucho que no te veo.

—Pues...

Me gustaría decir que todo sigue igual, pero es evidente que no, todo ha cambiado y ahora sigo una rutina abrumadora, podría decir "aburrida", pero en el sentido de que ningún momento es para mí.

Finalmente un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora