EPISODE 13

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Para Yibo, conocer a los refugiados Karnianos fue una de las experiencias más fascinantes en su viaje, poder comunicarse con ellos fluidamente, compartir anécdotas, conocer más hechos de Karnak de lo que Xiao Zhan le había contado...era increíble, inimaginable.

Por su parte Yibo también les narraba hechos de su planeta, aunque eran tantas que no sabía por dónde empezar. Los Karnianos estaban asombrados de saber que los humanos parecían ser diferentes a como el joven humano lo contaba, eso los hacía sentir incluso más curiosos.

Yibo conoció a Laya, una refugiada karniana que tal y como dijo Xiao Zhan era una experta preparando aperitivos. Era una alienígena bastante agradable y tenía un pequeño hijo que se llamaba Frey, bastante tímido, aunque Laya le comentó que solo actúa de esa forma porque no está acostumbrado a la presencia de extraños y menos de un humano, por más amable que sea. Él entendía pero le hizo saber a Frey que no le haría daño y que podrían ser muy buenos amigos.

El pequeño solo había asentido y se había escondido detrás de las piernas de su madre una vez más.

Asimismo, el humano tuvo la oportunidad de conocer al muy mencionado "Georg", un karniano de estatura baja, cabello corto, orejas ligeramente puntiagudas y ojos completamente oscuros pero con una sonrisa petulante como ninguno.

Cuando Xiao Zhan le había dicho que el tal Georg era un poco arrogante estaba en lo correcto, este hablaba de lo bueno que era en combate cuerpo a cuerpo y que hasta el momento había derrotado a cientos de Kamlos. Yibo solo sonrió y le dijo "Eso es porque aún no has intentado combatir con un humano", aunque Georg pareció algo fastidiado por el comentario, luego ambos sonrieron y acordaron que una vez que la guerra en Karnak acabara deberían combatir el uno contra el otro, solo para medir fuerzas.

Finalmente, conoció a la grandiosa Nalea, Xiao Zhan le había hablado tanto de ella que tenía mucha curiosidad. Nalea era una alienígena de cabello tan oscuro como el carbón y solo tenía una mecha naranja que sobresalía en su oscura cabellera. Pálida. A diferencia de los ojos negros que todos poseían, ella tenía ojos completamente blancos, como si tuviera una delgada capa nublada que cubría su iris. Lo demás, el cuerpo de una humana alrededor de los veinticuatro años. Su voz era bastante suave como un susurro y Yibo no se sorprendió cuando la oyó cantar a pedido de Xiao Zhan. Sin duda, una voz melodiosa.

Estaba oscureciendo y Yibo ya había tenido el gusto de conocer a la mayoría de los refugiados, en total eran treinta. Incluidos Yue Yue, Xiao Zhan y él.

Mientras todos charlaban en la sala, algunos nostálgicos de extrañar su planeta, otros furiosos de que esté en manos ruines; Yue Yue ingresó a la sala y alzó su voz para que lo oyeran.

— ¡Karnianos! Necesito su atención —Yue Yue habló y todos se giraron en silencio.

Xiao Zhan quien estaba sentado al lado de Yibo, se puso de pie como todos los demás. Yibo imitó el acto.

—Como sabemos, Karian tiene el poder de Karnak en el momento —Yue Yue empezó y Yibo pudo sentir el ambiente volverse sombrío cuando el rubio alienígena mencionó el nombre —También sabemos, que Karian está en busca de Xiao Zhan, no conocemos con exactitud la razón de querer capturarlo pero podemos asumir que no es para nada bueno. Nuestro actual gobernante Lee quiere comunicarse con ustedes...

— ¿¡Mi padre!? —Xiao Zhan se sobresaltó y miró a Yue Yue con el ceño fruncido.

—Exactamente, Zhan.

Yue Yue colocó el pequeño aparato que tenía en sus manos sobre una de las mesas de cristales y presionando algún botón hizo que un holograma apareciera frente a todos. Inmediatamente, todos los refugiados hicieron la seña del saludo que Xiao Zhan solía hacer en sus primeros días en la tierra, Yibo imitó la acción, ya sintiéndose uno de ellos.

—Karnianos, mi raza —El gobernante de Karnak habló. Su voz profunda, firme. Llevaba puesto un traje distinto a todos. —No sé con qué cara vengo a estar de pie frente a ustedes cuando he huido en el momento más importante. No he asumido mis errores como un buen gobernante debe hacerlo y siento que estoy pagando mis malas acciones cometidas en el pasado.

—Padre...—Xiao Zhan dijo en un susurro apenas audible. Yibo, instintivamente, tomó su mano para brindarle confort y Xiao Zhan la apretó agradeciendo en silencio.

—Lamento mucho lo que está sucediéndole a nuestro planeta en estos momentos y voy a remediarlo así sea lo último que tenga que hacer. He hablado con Yue Yue, tiene un buen plan, confíen en él tanto como yo. —El hombre alto de pronto dirigió su mirada hacia Xiao Zhan —Hijo, mi pequeño guerrero, el futuro gobernante de Karnak —Mencionó el hombre con ternura y Yibo pudo sentir su mano ser un poco más estrujada. —Pido tu perdón. Debí haberte escuchado cuando me advertiste de la situación. Me siento muy viejo ahora, pero espero que no sea demasiado tarde para arrepentirme. Nunca desconfíes de tus decisiones, nunca dudes de tus instintos. Sé que ahora hiciste una buena elección y lo apruebo —El hombre habló dirigiendo ahora su mirada hacia Yibo, quien tragó pesado al sentir la profunda mirada del padre de Xiao Zhan. Tenía que admitir que se sentía un poco intimidado.

—Padre...—Xiao Zhan volvió a susurrar, pero con una voz quebrada esta vez. Yibo giró su cabeza para mirar el rostro del alienígena y pudo ver sus ojos brillando por las lágrimas amenazantes por salir. —G-Gracias.

El hombre asintió y nuevamente dirigió su mirada hacia Yibo.

—Humano, apruebo la relación que tengas con mi hijo y aprecio que hayas dejado tu planeta para ayudar al nuestro junto a Xiao Zhan. Eres uno de los nuestros ahora, si así lo deseas. Si mi hijo confía en ti lo suficiente para haberte traído hasta aquí, no tengo nada que discutir al respecto.

—No le fallaré, lo prometo —Yibo juntó sus fuerzas para poder pronunciar esas palabras ante tan poderoso hombre frente a él. Las palabras que había dicho eran fuertes y se aseguraría de cumplir cada una de ellas. —Ni a Xiao Zhan, ni a Karnak.

—No lo dudo —El hombre sonrió y dirigió su mirada una vez más hacia los refugiados —No puedo anunciar ahora mi paradero, solo quiere que sepan que no los he abandonado. Yue Yue, aquí, les comentará el plan del que hemos estado hablando. Recuperaremos Karnak.

— ¡Recuperaremos Karnak! —Gritó un karniano desde su lugar.

— ¡Recuperaremos Karnak! —Gritó otro karniano alzando un puño en el aire y pronto todos empezaron a corear las mismas palabras. Yibo no pudo resistirse e hizo lo mismo, pudo sentir la mirada de asombro de Xiao Zhan y luego una sonrisa dirigida a él, el alienígena imitó el acto gritando la frase como una promesa que debía cumplir con su vida.

El holograma del padre de Xiao Zhan sonrió orgulloso de su gente. Pronto recuperaría su planeta y tenía que ser antes de que fuera demasiado tarde.

Poco después, el holograma desapareció y Yue Yue pidió la atención de todos una vez más.

— ¡Karnianos! Ha llegado la hora —Pronunció con seriedad y haciendo a un lado el aparato que había colocado sobre la mesa de cristal minutos antes —Ahora mismo contamos con armas y una nave que está siendo resguardada por Derbus, hijo del KleineTalnor. También tenemos a nuestros mejores guerreros Georg, Anis, Kira, Zed, Khal, Venise, Golem, Yin, Galf, Doodrog... —Yue Yue comenzó a mencionar la lista de guerreros refugiados, eran todos muy buenos, pero la cantidad no era suficiente para enfrentarse a un batallón de Kamlos —...Saphire, Talit y Trevor, por supuesto, aquí el humano Yibo, nuestro futuro gobernante, Xiao Zhan quién les habla. No seremos muchos, pero somos lo suficiente fuertes y resistentes para acabar con al menos treinta kamlos cada uno.

Todos asintieron, excepto Yibo, él solo trago pesado y nervioso ¿treinta kamlos? ¿Cómo demonios iba a resistir eso? Lo que sí se prometió fue no volverse un estorbo y acabaría con tantos Kamlos como fuera posible, además tenía muchas ganas de combatir contra Karian.

Yue Yue sacó un pequeño cubo, el mismo objeto que Xiao Zhan una vez usó en la habitación de Yibo para mostrarle el mapa del universo. El rubio alienígena lo posicionó sobre la mesa de cristal e hizo que frente a todos apareciera una imagen ilusoria de un campo de arena. Yue Yue gesticuló unos movimientos sobre el holograma que había aparecido ante la vista de todos los refugiados.

—Golem, Yin, Galf, Kira y Zed estarán al frente. Se encargarán del primer batallón de Kamlos. Venise y Saphire se harán cargo de la batalla aérea, Kira, puedes ayudarlas también, ya que eres el de mejor puntería. Todo esto será un distractor, para que Derbus pueda llevar a otro grupo hacia el núcleo principal donde se encuentra Karian. En este grupo, estarán Georg, Anis, Khal, Doodrog, Yibo, Zhan y yo. Sabemos que Karian está bien resguardado además que él es muy bueno en las batallas, ya que fue entrado junto con Zhan.

Todos asintieron. Yibo miró a Xiao Zhan por el rabillo del ojo, podía ver su ceño fruncido y sus manos apretadas en un puño. La ira y frustración emanando de su cuerpo, pero siendo controlados al mismo tiempo. Sabía que el enfrentamiento entre Karian y Xiao Zhan sería a muerte y eso lo ponía nervioso y ansioso. No es que no confiara en las habilidades de Xiao Zhan para combatir, pero el solo hecho de pensar en Karian poniéndole un solo dedo encima a Xiao Zhan era suficiente para que su sangre comenzara a hervir. No lo permitiría y no estaría solo en esa batalla.

Estaba tan inmerso en sus propios pensamientos y en cada posible muerte que le daría a ese tirano si lo tuviera en frente que no escuchó el resto del plan que Yue Yue estaba informando. Finalmente, el rubio alienígena pidió a todos que fueran a descansar ya que mañana empezarían el viaje a Karnak.

Todos comenzaron a movilizarse fuera la sala y Yibo volvió a la realidad cuando sintió la mano de Xiao Zhan sobre su hombro.

— ¿Estás bien? —El alienígena preguntó con cierta preocupación —Parecías estar distraído.

—Hmm...nada. Solo.... —El humano se rascó la nuca y resopló. La situación era más complicada de lo que pensaba —Desearía que todo esto terminara pronto y así todos los Karnianos pudieran vivir tranquilos con sus familias y...

El alienígena sonrió ante el confundido humano, realmente apreciaba lo que estaba haciendo por él y por todos los Karnianos en general. No había duda alguna. Yibo era definitivamente el elegido.

—Esto terminará pronto. Seguiremos lo indicado por Yue Yue y Karian pagará por todos sus actos cometidos —El alienígena dijo sin titubear. —Vamos, tenemos que descansar, mañana será un día largo.

Yibo vio al alienígena dirigirse a la salida de la sala. Se veía tan determinado en acabar con esta guerra como todos los demás Karnianos que incluso lo asustó un poco. Xiao Zhan sería capaz de dar su vida si fuera necesario y eso a él no lo tranquilizaba en lo absoluto.

Si tan solo tuvieran más poder. Ambos. Entonces todo sería un poco más sencillo.

Como si un foco se hubiera iluminado en su cerebro, Yibo pensó en ello: El ritual de compatibilidad. ¿Cuáles eran las probabilidades de que él fuera el elegido? Ha sobrevivido el viaje a otra galaxia, eso tenía que significar algo ¿no? Bueno, quizá casi muere en el proceso pero lo importante es que está vivo ahora. No cualquier ser humano lo hubiera soportado...no es que hubiera alguien más que haya hecho el mismo viaje que él ¿verdad?

Tenía que intentarlo. Tenía que hacer ese ritual de compatibilidad con Xiao Zhan y con suerte, ambos obtendrían ese poder y salvarían el planeta Karnak.

Ambos estarían destinados a estar juntos...siempre.

— ¡Xiao Zhan! —Yibo llamó al alienígena justo antes que se girara por el pasillo fuera de la sala.

— ¿Sí? —El alienígena ladeó curioso su cabeza esperando lo que sea que el humano tuviera que decir.

—Hagamos el ritual de compatibilidad.

Las palabras golpearon los sensibles oídos del alienígena con sorpresa. ¿Sabía el humano lo que estaba diciendo? ¿Tenía conocimiento de las consecuencias que esto conllevaría? ¿Tenía la más mínima idea de lo que eso significaba? Por supuesto que no, porque Xiao Zhan había sido tan estúpido de no mencionarlo.

El alienígena suspiró y no pudo evitar fruncir su ceño, lentamente se acercó al humano ansioso en frente de él.

— ¿Serías capaz...? —El alienígena preguntó en voz baja — ¿Serías capaz de sacrificar todo lo que alguna vez tuviste por mí? ¿Por Karnak?

Yibo no pudo responder ante eso al instante, la pregunta era bastante directa, clara y él era lo suficiente inteligente para no dar una respuesta presurosa. ¿Sería capaz? ¿Sería capaz de sacrificar su vida de humano para entregarse completamente a la vida de un karniano?

Miró fijamente los ojos del alienígena. Profundos, penetrantes, atrayentes, hermosos...como si el universo entero estuviera en ellos.

—Sí —Respondió sin más. Lo sentía en su corazón, sentía que tenía que hacerlo, quizá esta era su misión en la vida. Ya había dejado la tierra, se encontraba en otra galaxia ¿Qué más tenía que perder? Al contrario, ese ritual conllevaba a tener una vida siempre al lado de Xiao Zhan y el humano sentía que eso era lo que más anhelaba en el momento. Estar a su lado. Protegerlo.

El alienígena asintió lentamente sin apartar la mirada de Yibo. Quería descifrar que pasaba por la mente de este humano, poder leerlo, pero no podía. Los humanos eran tan complicados y a la vez tan sencillos. Todo era muy confuso.

Xiao Zhan tomó la mano de Yibo y lo guio fuera de la sala. Había llegado el momento. El ritual se llevaría a cabo y nadie iba a impedirlo.

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