Nuevo trabajo

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Hay estaba un pálido enfrente de un hombre de pelo largo y negro con mirada rojiza bastante amenazante.

-Señor, Otsutsuki, ¿cierto?- Preguntó el hombre recostado en su escritorio.

-Correcto- Contesto intentando mantener la calma.

Era de día, pero el lugar estaba bastante oscuro, alfombrado de color rojo oscuro y paredes negras, un lugar bastante amenazante como para ser una oficina.

-¿Cómo nos encontró?- Cuestiono el hombre de pelo largo.

-Tengo contactos- Realmente había ido a uno de los barrios más bajos, donde se rumoraba que la mercancía que vendían provenía de los mafiosos japoneses. Al estar ahí amenazo a uno de los tipos, que le dio la dirección.

-Bueno, ¿qué quiere?- Espetó el hombre líder.

-Necesito eliminar a alguien- Su mirada clara era decidida.

-Puede contratar a cualquier sicario para eso- Explicó con aburrimiento el pelinegro.

-No solo quiero eliminarla, quiero que sufra- Determinado no se iría hasta que ellos aceptaran.

-¿Y qué ganamos nosotros?- Preguntó un poco más interesado.

-No solo les pagaré por el sicario, les daré mensualmente por un año la mitad de los ingresos de mi compañia-

-¿Qué compañía es?-

-Tenseiga- Interesante, ese muchacho era uno de los dueños de esa enorme empresa conocida en todo el mundo.

-Bueno, puedo llamar a cualquiera de mis sicarios- Tomo un teléfono a punto de llamar a alguien.

-No, quiero el mejor, más grande, más temeroso. Alguien con quien no se meta ni Dios-

Entendió perfectamente lo que ese tipo estaba buscando y mando a llamar a no solo su sobrino y uno de los lideres de la mafia, si no que también era un hombre de sangre fría, experto en tortura y ocultar evidencia, Sasuke Uchiha.
●●●●

Un azabache iba caminando por la calle a plena luz del día como si no hubiera cremado a alguien vivo hace unos pocos minutos.

Su traje entero se veía impecable sin una sola mancha de sangre, su cabello peinado y su apariencia en general se veía fresco como lechuga.

No tenía nada que temer, su familia siempre fue líder y fundadora de la mafia y como buen Uchiha claro que seguiría el negocio familiar.

La única diferencia que tenía con sus familiares era que a él le gustaba estar en medio de la acción, no solo en un escritorio dando ordenes.

La policía ni siquiera lo buscaba, ni siquiera sabían quien era, solo sabían que se trataba de alguien de la Mafia Japonesa y con ellos no se metía nadie, incluyendo gobiernos, policias, etc.

Mientras caminaba enfrente de la Casa Blanca por solo mirarla y burlarse sonó su teléfono.

-¿Sí?- Contestó.

-Sasuke, te tengo un trabajo nuevo-

-¿Qué es?-

-Necesitan eliminar a una mujer-

-¿No tienes algo mejor?-

-No es cualquier mujer, ven acá y te explico-

No quería un trabajo tan sencillo como solo asesinar a una mujer, tardaría solo dos minutos y a él le gustaba jugar un poco.

Sin más rodeos se devolvió por su auto y llego al edifico donde estaba su gente, incluyendo su tío.

Fue recibido con saludos y subió hasta el lugar donde Madara lo estaría esperando.

-Llegue- Dijo entrando por la puerta y sentarse en uno de los sillones negros cerca de su tío y de un tipo raro de piel clara.

-Otsutsuki, él es el hombre del que le hable- Presentó Madara de esa manera a Sasuke.

-El señor Madara me ha hablado maravillas de usted y me gustaría que llevara a cabo este trabajo- Expuso Toneri.

-Cuenteme todo- Pidió prendiendo un cigarro.

-Bien. La familia Hyuga y la familia Otsutsuki comenzaron juntos una empresa hace unos 20 años, llamada Tenseiga. Desde el principio se repartió la fortuna entre ambas partes. La familia Hyuga tuvo 2 niñas y un niño, mientras que mi familia solo a mí.

Cuando llego el momento la familia Hyuga decidió no trabajar más en la compañia, pero seguirían siendo parte de la Junta Directiva y por supuesto que dueños y accionistas.

Mi madre hizo malas estrategias de mercado y fue embargada por una empresa fantasma que nosotros mismos creamos, jamás le diríamos a los Hyuga.

Eso hasta que Hiashi Hyuga se dio cuenta y se retiro por completo de la compañia, por cuestiones legales sus hijos aún no podían hacerlo. Hiashi no le dio detalles a sus hijos, pero ellos sabían que tendrían que salir cuando pudieran. El dinero de los mocosos seguía estando con nosotros, pero congelado.

Uno a uno fuimos eliminando a los Hyuga para que no pudieran sacar su dinero y de esa manera volver a ser la empresa de prestigio que todos conocen.

Todo iba bien hasta que en el testamento de los Hyuga dejaron todo a nombre de la última mocosa que queda viva, por lo tanto, cuando ella tenga la edad que necesita para retirar el dinero lo hará y nos dejara en banca rota-

-¿Cómo se deshicieron de los Hyuga?- Preguntó Madara curioso.

-La esposa de Hiashi murio de una enfermedad, ahí no tuvimos nada que ver, al padre de el único varón le dispararon y tampoco tuvimos nada que ver. La más pequeña, Hanabi Hyuga murió envenenada, por nosotros claro, el problema fue que el chico Hyuga estaba sospechando, así que le pague a alguien para chocarlo "accidentalmente" y al Hiashi le pusimos una bomba en el avión- Explicó sin sentimientos.

-¿El avión que iba para Italia hace 5 años?- Preguntó Sasuke.

-Sí, le pague a un tipo que se llama Deidara-

-¿Volaste un avión entero solo para deshacerte de un tipo?- Preguntó Madara.

-Así es-

-Bien, ¿quién es la chica?- Consultó Sasuke. Ese tipo le caía bien.

-Hinata Hyuga- Respondió Madara sacando de la impresora información de ella.

-Hinata Hyuga, 20 años, estudió el el Instituto Konoha y se graduó en pediatría y actualmente trabaja en el Hospital Central- Leyó el ojirojo.

-¿Qué quieres que le haga?- Preguntó Sasuke tomando las hojas.

-Quiero que sufra, no sé como, eso se los encargo-

-¿Quieres que la torture? Tengo muchas formas-

-No, quiero algo más que tortura física. Ella debe pagar todo lo de su familia-

Madara llamo a su mejor hombre para recolectar información.

-Madara-sama, ¿qué se le ofrece?- Preguntó un joven entrando.

Le explicaron la situación y enseguida Sai, el jefe de los ambu, que así se le conocía al equipo que recolectaba información se ponía en marcha.

Trabajo fallidoWhere stories live. Discover now