Trabajo

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Pasaban las semanas y Hinata como esposa recién casada deseaba ser del azabache carnalmente hablando, sin embargo, no se había dado la situación.

Sasuke sabía bien que esa mujer era hermosa en todo el sentido de la palabra, cara, cuerpo y personalidad, pero tener relaciones con ella era algo que se quería evitar.

Desde hacía tiempo le estaba tomando cariño a la muchacha, cuando cocinaban juntos, limpiaban, miraban películas, salían, entre otras actividades  cotidianas que se podían considerar normales, pero no, ella no podía ni siquiera llegar a ser su amiga, debía eliminarla y solo por eso estaba con ella.

Era obvia la tensión sexual que había entre ellos dos, por esa misma razón el ojirojo se vio forzado a contratar una prostituta especial, sin embargo, por alguna razón nunca le daban ganas de hacerlo con ella.

Normalmente salía de casa a las 7:00a.m y se iba a trabajar. Su esposa creía que iba a la empresa pero claro que no era así, se iba a hacer su trabajo se toda la vida.

Llegaba tarde por la noche, al ahí de las 9:00 p.m después de terminar su trabajo y Hinata lo esperaba despierta.

-Llegue- Dijo Sasuke entrando a su hogar.

-Bienvenido- Contesto Hinata levantandose del sillón para darle un beso en los labios.

Sasuke se sentó en el sillón soltando su corbata mientras daba un gran suspiro.

-Estas muy cansado. ¿Quieres un té?- Preguntó ella mirando como el azabache cerraba los ojos y él contestó con un "Por favor".

-Cuentame que hiciste hoy- Tomo un bolsa de té y comenzó a disolverla en agua caliente.

Esa era una conversación que tenían todos los días, como una pareja normal, así que él siempre se veía forzado a inventar alguna cosa.

-Bueno... hoy tuve un cliente muy importante- Su "cliente" era uno de los líderes de la Mafia Coreana.

-Tardo un poco en llegar a mi oficina, parece que se perdió, pero al final pudo llegar- Realmente el hombre que no era nada tonto sabía que lo estaban siguiendo, por lo que intento escabullirse en algunos callejones, hasta que como Shikamaru había predicho, entró a un garaje abandonado donde el azabache lo estaba esperando.

-Luego se sentó en la silla de invitados, se veía algo incomodo- Lo había tomado por atrás y lo agarró a una silla.

-Hablamos un poco de negocios, ya sabes, el me dijo su propuesta y yo la mía-

Conversación real.

-Por favor no me hagas nada, tengo hijos- Rogaba el nombre.

-No se preocupe señor Kim, si me dice lo que yo quiero, puedo considerar hacer lo que quiera usted- Contesto el Uchiha mirandolo con sus profundos ojos rojos como la sangre.

-¿Qué quiere?- Pregunto desesperado.

-Sé que tienen un contenedor en Japón lleno de mercancía, y también sé que usted fue quién lo hizo así  que digame, ¿donde esta ese maldito contenedor?- Preguntó mientras encendía un cigarro.

-No lo sé- Respondió rápidamente.

-¿Ah no?- Preguntó irónico. -Entonces... ¿quien lo sabe si no es usted?-

-Yo lo llené pero se lo llevaron a otro lugar- Intentó explicar el nombre.

-Si usted no sabe donde esta tal vez sus hijos Yong y Kou si lo sepan- Dijo con una burlona sonrisa.

-¡Ellos no saben nada, no les haga daño!- Suplicó el hombre.

-Entonces será mejor que empiece a hablar. Tengo un hombre en Corea vigilando su casa en este momento- Sasuke saco su teléfono y mostro como uno de los Ambu estaba grabando la casa del tipo.

-Señor, si le digo mi jefe me torturara hasta morir- Replicó el hombre asustado.

-Señor Kim, la paciencia se me esta agotando. Elija, lo tortura él o lo torturó yo-

Entre ser torturado por el menor de los Uchiha o por su jefe muchos creían que no había diferencia, pero claro que la había. Definitivamente con este hombre su tortura seria lenta y dolorosa.

-¡Puerto! ¡Puerto! ¡El contenedor esta en el puerto!- Gritó el nombre desesperado.

El pelinegro se acercó y apunto con una pistola a la cabeza del hombre.

-¿Qué creen? Mis hombres están en el puerto, y el contenedor no esta ahí- Sin esperar mucho disparo, dejando al hombre sin vida.

-Así que no pudiste cerrar trato con el amor?- Pregunto Hinata sentándose a su lado.

-No, pero después investigue un poco más, tal vez fue un error no haber aceptado el trato-

-Este tipo no sirvió para nada- Soltó el azabache por el micrófono.

-Sasuke, estamos en el puerto. Aquí esta el contenedor- Dijo Sai comprobando lo que había dentro.

-...Ups...- Dijo mirando el cuerpo del hombre, pero claramente no se arrepentía del todo, pero había gastado una de sus preciosas balas y ahora tendría que limpiar todo.

-Bueno, al menos ya estas en casa- Comentó la ojiluna dándole un suave beso en la mejilla.

En un movimiento Sasuke la montó encima de sus piernas y comenzó a besarla apasionadamente. Ni siquiera él entendió porque pero su hermosa cara al recibirlo en casa era irresistible.

Le comenzó a tocar los muslos y al darse cuenta de lo que estaba provocando en su entrepierna se paró.

-¿Pasa algo?- Preguntó su esposa preocupada mientras le tomaba la mejilla.

-Lo siento, es que... tengo miedo- Sasuke, uno de los hombres más mentirosos del planeta por primera vez no se ocurría nada.

-¿Miedo de qué amor?- Preguntó tocándole las mejillas.

-...Soy virgen... - Que grandísima estupidez había dicho.

La ojiluna se quedo sorprendida ante eso, en su noviazgo no lo había preguntado directamente pero ciertos comentarios apuntaban a que no lo era.

Sasuke se vio forzado a inventar una nueva historia para que creyera en su virginidad, por lo menos, la mental.
○○○○

Al día siguiente Sasuke fue a la oficina de su tío, que lo estaba esperando junto a Toneri.

Entró a la habitación sin tocar y se encontró con ambos y Shikamaru.

-Sasuke, que bueno que llegas, vamos con la siguiente parte del plan- Dijo Madara contando unos billetes.

-Mande- Se sentó en el sillón y espero a que le explicarán.

-Shikamaru mañana irá a tu casa para que firmes un testamento, necesito que convenzas a Hinata para que lo haga y deje todo a tu nombre-

-Bien, comprendo- Esa era la segunda fase para deshacerse de ella.

-Ahora vete, te tengo otro trabajo- Le extendió una hoja y la miró.

Caminó hacía el lugar donde se haría cargo de esa nueva persona pero no entendía porque se sentía diferente, algo de lo que habían hablado en esa reunión no le había gustado.

Trabajo fallidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora