Capítulo Veintisiete

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—Ya está listo el desayuno.

Todo el mundo se acerca al comedor donde los platos ya estaban servidos, me siento en una de las sillas viendo como las sillas se iban llenando de uno a uno pero el problema fue cuando Allie y Jay se acercaron casi a empujones para ver quién sería el que se sentara junto a mi como un par de chiquillos a la hora del almuerzo ya que a mi izquierda estaba sentado Christian tomándome de la mano.

—Dejen de pelear ustedes dos —reclamo intentando levantarme pero siendo detenida por el firme agarre de Chris—. Sólo siéntense ya —hablo en mi lugar.

Los dos se dejan caer en sus sillas a la vez que veía la sonrisa de Allie mostraba su felicidad por haber ganado antes de tomar de su vaso de jugo. Tomo mi taza de café y dejo escapar una ligera risa al ver la mirada de Christian puesta con cierto enojo sobre su hermana quien parecía muy ensimismada en la conversación que tenía con Lukas. Dios, si tan sólo las miradas pudieran matar, pienso en mi dándole un apretón en la mano para que su atención se viera desviada hacia mí.

—Bueno, ¿qué haremos hoy? 

—Kaiaka Bay está casi sola a esta hora —habla Guillian antes de tomar un bocado de comida y masticar—. Podríamos ir a surfear un poco.

Cuando el plan quedó decidido y el desayuno terminó cada quien fue a sus respectivas habitaciones para tomar las cosas necesarias para un día en la playa. Tomo uno de mis bolsos que traía para comenzar a guardar mis cosas.

—Ponte esto —habla Allie antes de lanzarme algo en el rostro.

—¿Cuando tuviste tiempo para comprar ropa para mí? —pregunto al ver lo que me había lanzado. Era un crop top negro todavía con la etiqueta de compra.

—¿Tú hubieras tenido tiempo para hacerlo después de lo mucho que trabajas? —ceja levantada, claramente notando que tenía razón—. Vístete.

Hago caso a sus órdenes y saliendo para esperar a ver cómo nos íbamos a acomodar en los dos coches que disponíamos.

Al bajar me quito los lentes de sol para poder ver la playa frente a nosotros y tomando mi bolso para colgarla a mí hombro.

—¿Ahora qué? —pregunta Morgan a mí lado y volteando a verme.

—Vengan.

Tomo la mano de Christian para seguir a Guillian por la playa hasta llegar a un lugar donde se rentaban tablas de surf.

—¡Kalani! 

El chico que estaba en aquel lugar y quien estaba dando una tabla a una adolescente voltea rápido al oír su nombre y sonríe antes de brincar la barra para acercarse a paso rápido para abrazar a Guillian.

—Mi haole favorito, ¿qué haces aquí?

—¿Haole? —pregunta Allie a mi lado haciendo que me encoja de hombros sin saber qué era lo que significaba aunque ambas lo descubrimos instantes después cuando no lo presentó como un buen compañero de hace unos años.

Y, haole, significaba extranjero en hawaiiano. Kalani, al ver que éramos demasiado los que venían nos ofreció un ligero descuento para rentarnos demasiadas tablas de surf. 

Miro las olas del mar notando que no eran demasiado altas y era algo que agradecía, ya que aún no era buena manejando las olas altas, me quito la blusa dejando a la luz la todavía visible cicatriz que tenía en el abdomen y la que aún hacía a la mayoría enojar. Me acomodo la cinta en mi tobillo ajustándola antes de levantarme cargando la tabla.

—¿Vienes? 

—Estoy justo detrás de ti.

Aún quedaban demasiadas cosas por descubrir de la vida de Christian, como por ejemplo, que era un buen surfeador, casi no al mismo nivel de Guillian pero realmente lo hacía bien a diferencia mía que todavía tenía varios problemas para tomar las olas cosa que, como era de esperar, pasé más siendo revolcada por las olas que sobre ellas.

Sólo un "para siempre"Where stories live. Discover now