Capítulo Veintiocho

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Tardé un poco en poder sentirme bien y tuve que sentarme en la hierba para poder calmar mi exhausto cuerpo de aquella caminata del infierno.

—Eres demasiado testaruda —regaña mi hermano de cuclillas frente a mí—. Con la poca condición que tienes y todavía te quieres esforzar sin descansos.

—Bien podías esperarme y no dejarme atrás.

Extiendo mi mano hacia Christian, quien me ayuda a levantarme y rodea mi cintura dándome soporte para poder disfrutar de la vista que aquel lugar ofrecía y viendo como la ciudad se extendía frente a nosotros.

—Es una lástima que algunas personas se pierdan esto —comento refiriéndome al resto del grupo que se quedó atrás y me recargo en el sólido cuerpo de Chris.

—Creo que si lo van a ver —habla Jay.

Volteo rápido viendo al resto subir igual de cansados que yo aunque Guillian tenía un mejor aspecto del resto, quienes parecían que estaban muriéndose.

—Necesito trabajar en mi cardio —se queja Allison en cuanto llega—. Por favor, dime que ya no habrá actividades que requieran un enorme esfuerzo físico.

Por desgracia ni yo sabía ello, quien sabe que otro tipo de actividades habían en la caja del demonio, por fortuna y olvidando el esfuerzo que nos tomó subir nos dimos el placer de disfrutar de aquella vista e incluso tomándonos fotos para el recuerdo.

—Díganme que hay un elevador o algo parecido porque no quiero bajar.

—¿Tú crees que habría subido los mil escalones si hubiera un elevador? —pregunto cambiando de peso de una pierna a otra.

La rubia dejó escapar un quejido para comenzar el descenso mientras yo esperaba que fuera más tranquila que la subida, bajamos a paso lento sin las prisas de tener que correr ya que había quedado más que claro que no podría ganar en absoluto y lo único que me estaba dejando bajar era que Christian estaba ayudándome a bajar.

Y como dictaba las leyes para equilibrar la balanza de la vida, terminamos yendo a un restaurante de nombre Orchids para poder llenar nuestros estómagos de comida deliciosas.

—No, ustedes dos no pueden tomar —sentencia Christian con su tono de hermano mayor viendo a los dos chicos—. Aún son menores de edad.

Morgan deja escapar un suspiro de molestia resignandose a pedir un jugo mientras yo levantaba mi copa para darle un sorbo al vino y dándome cuenta de que el resto tenía botellas de cerveza en las manos, supongo que de algún modo si había sido influenciada por el hombre sentado a mi lado.

—Chicos, mañana no estaré en casa.

—¿Por qué?

—Iré a ver unos amigos de la marina, Ryn —Jay me sonríe del otro lado de la mesa jugando con la botella—. Les dije que estaba en Hawaii y quieren que nos veamos.

—¿Puedo ir contigo?

Siempre me había gustado salir con mi hermano cuando sus amigos iban a Nueva York de vez en cuando y supongo que ahora querían verlo después de su baja del ejército por TEPT para saber cómo estaba.

—No, no irás —sentencia Allie atrayendo la atención de todos— Morgan y tú vendrán conmigo, saldremos mañana de compras.

Miro a Christian con una sonrisa a modo de disculpa aunque sabía que realmente no estaba molesto ya que esto era bueno para que Morgan tuviera su tiempo de chicas así que, al día siguiente me levanté con la pijama favorita del momento la cual era una de las camisas de Christuian, quien seguía dormido. 

Sólo un "para siempre"Where stories live. Discover now