Cap 31

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Habían pasado tres días desde que Lisanna y yo regresamos de la aldea. Continúe mi trabajo como una Miko normal pero con una tarea adicional, la cual era ser la tutora de las niñas. Tal como yo comencé, las levantaba temprano y formando una fila con Natsu al final de la misma, avanzábamos hacia el lago, repetimos el proceso de siempre y pude ver como el cuerpo de todas se purificaba mas no había un cambio muy significativo como el que según Natsu hubo conmigo. Deje que las niñas se secaran y colocaran nuevamente sus ropas tranquilamente.

-¿enserio, ninguna tuvo...algo especial?

Natsu negó mientras dejaba caer la canasta con cientos de manzanas que había ido recolectando por el bosque.

-no, ya te dije. Ninguna es tan poderosa como tu Luce. Eres especial...mi sacerdotisa especial.

Me encantaba oírlo decir eso. Nuestra relación había mejorado demasiado, él quería hacerme su compañera pero primero debíamos liberar el alma de Zeref y Mavis...y de cierta forma esperaba que el alma de Kagome también fuera liberada.

-Luce... ¿hay algo más que debas contarme?

.no... ¿Por qué?

-pues, te he visto pensativa estos días.

Suspire y me levante del pequeño tronco en el que me había sentado.

-no es nada de qué preocuparse, además sé que siempre estas pendiente de mí y si hubiera peligro me salvarías de inmediato.

Ahora fue el quien sonrió y se levantó cargando la canasta. Esa sonrisa de superioridad y arrogancia me daba gracia, era su orgullo el que estaba en juego cada que decía eso.

-por supuesto que sí. Un dragón...

Él se quedó callado y yo tenía una duda en la cabeza.

-¿Por qué...?

-¿Por qué mencione un Dragón...? Yo soy un Shifter...

-si pero...

-¡Lucy-sama! ¡Auxilio!

Mis sentidos se alarmaron por completo y sin dudar fui ante el llamado de mis niñas. Al llegar pude ver como un enorme monstruo ciempiés había traspasado la barrera y tiraba veneno hacia las pequeñas quienes estaban dentro de un campo de energía. El haberme descuidado me enojo, estire mi brazo para poder purificarlo de una vez pero una flecha pasó a gran velocidad a mi lado enterrándose en el cuerpo del monstruo que murió al instante. Gire a ver quién fue, Lisanna se alzaba poderosamente frente a mí, con su expresión de siempre, fría y controladora. Un completo tempano de hielo.

-¡Lisanna-sama!

Las niñas exhaustas y temblorosas corrieron hacia ella quien solo fijo su mirada en mi para luego hablar con ese tono frio.

-de no ser por mí las niñas hubieran muerto.

-no es así Lisanna. Yo iba a matar al monstruo.

-te descuidaste. Incumpliste la misma regla que tú me reprochaste al volver de tu entrenamiento. Más vale que enseñes a las niñas a usar sus arcos o estarán en peligros constantes...sobre todo si vas de arriba abajo con ese enemigo natural nuestro.

-no es nuestro enemigo y las niñas lo saben.

-pues ellas aún no saben la realidad. Espero verlas para su práctica de talismanes.

Todas respondieron en afirmación, con eso Lisanna se retiró de nuestra vista. No pude evitar apretar mis dientes ante la ola de enojo que se apoderó de mi cuerpo. Lo que ella dijo era verdad, rompí mi propia regla y expuse a las niñas...maldita sea.

Mi querida caperucitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora