Cap 37

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-Lucy.

-¿si?

-no tenemos agua para purificar los límites del templo y las niñas ya están dormidas. ¿Me harías el favor de traer agua del lago?

-si.

Deje mi cuenco a medio comer, le di una mirada rápida a Kikyo-sama y salí del templo para tomar una cubeta de madera. La noche se cernió sobre nosotros con rapidez. Podía sentir la tensión dentro del templo pero aun así debía mantenerme serena.

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-bien. Vamos.

-te dije que no lo harás.

Los ojos de Lisanna estaban cargados de tanto odio, no podía mirarla sin sentir repudio. Al verla...me recordaba a mí misma consumida por la maldad. Baje mi mirada al entender que si no podía hacerla entrar en razón...tendría que hacer aquello.

-¿Kikyo?

Sonreí, comencé a reírme en voz baja y poco a poco fui aumentando hasta que alce mi rostro nuevamente mirándola con burla.

-veo que sigues igual. Supongo que no me queda más opción.

Lisanna esbozo una sonrisa, dejo su cuenco y se levantó.

-ya me parecía raro que jugaras a ser la sacerdotisa buena. Eres igual a mi Kikyo, igual de rota, igual de traicionada. Ven, acompáñame a acabar con la vida de Lucy, para que así mi alma deje de sentir odio y pueda vivir en paz.

Cuando Lisanna me tendió la mano, los hilos a su alrededor se apretaron con más fuerza.

-¡ja! Por supuesto que te ayudare. No necesito tu mano.

Me levante, ambas tomamos nuestros arcos y salimos de la cabaña en dirección hacia el lago. Donde Lucy me esperaba...donde Inuyasha me esperaba...donde todos estaban aguardando para acabar con la verdadera causante de todo esto: Minerva.

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Podía oír el sonido de los cascos de los caballos aproximándose a gran velocidad, la respiración agitada de ambas Miko me mantenían totalmente alerta. Inuyasha y Zeref se encontraban en los lugares que Lisanna le había dicho a cada uno de ellos. Ingenua, cree que realmente atacaran a Lucy...en realidad ellos lo que harán será atraparla para que Minerva salga y entonces podremos matarla. No perdonare a esa maldita. Desgraciando vidas de inocentes...manchado el corazón de seres puros, poniendo hermana contra hermana, padre contra hija...amante contra amante. No lo hará, no lo haría nunca.

-Natsu...

Mis orejas dieron un tirón cuando la voz de Lucy se escuchó a mis espaldas, me gire de inmediato y la vi. Hermosa, bañada por los rayos de la luna...sin embargo...

-Lucy... ¿Qué...qué diablos haces?

-traidor...eres...un traidor...

Mi amada Lucy estaba ahí, frente a mí. Con sus ojos bañados en lágrimas, tensando fuertemente su arco, con una flecha dirigida hacia mí.

-¿Lucy?

-maldito... ¡maldito!

La flecha salió disparada, siendo rodeada por un aura roja, logre esquivarla con las justas saltando a la rama más cercana. ¿Por qué Lucy decía esto? ¿Traidor? ¿Maldito? Mi compañera no diría eso nunca, no a mí.

-¿Lucy que ocurre?

-¿Qué ocurre? ¡LO SE TODO! ¡SE QUE PLENAS MATARME PARA QUEDARTE CON LISANNA!

Mi querida caperucitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora